Meribeth en multimedia
Me tranformo en lechuza y me paro sobre el hombro de mi lady.
- ¿Te cansaste de estar sentada querida? - ríe sin apartar la vista de los caballeros que empujan la carroza que conduce mi lady.
Dentro de esta ya llevamos varias doncellas dispuestas a servir a la fama Dimitrescu algunas por voluntad propia y el resto fueron entregadas como sacrificio por parte de su familia. Los humanos son seres tan deprimentes.
Desde este ángulo puedo ver perfectamente el escote de mi señora.
- Se lo que estás haciendo pequeña ave.
Ups me han atrapado.
Después de un largo y cansado recorrido llegamos al castillo dónde de inmediato mi lady comenzó a asignar puestos a cada una de las doncellas, decidiendo quien serviría como sirvienta y quién estaría destinada a convertirse en vino.
Una vez terminando mi lady se prepara para dormir y por supuesto que yo le doy las buenas noches antes de ir a continuar con lo que es mi trabajo mientras todo el castillo duerme.
Por la mañana Madre Miranda hace acto de presencia en compañía de Donna justo como me avía comentado mi hermosa mujer gigante.
Y aquí estoy sentada entre madre Miranda y Lady Dimitrescu.
- Es un gusto volver a verte Meribeth - saluda Miranda.
- El gusto es mío señora Miranda - respondo con educación pues es importante caerle bien a la suegra.
- Alcina me habla maravillas de ti, conozco a mi hija y pareces muy importante para ella.
- Es todo un honor brindarle el amor que se merece a su hija señora.
- También quería agradecerte directamente por salvar a Heisenberg es un gesto muy amable de tu parte después de lo que pasó en nuestro primer encuentro.
- ¿Y cómo está él ahora?.
- Mucho mejor que antes.
Y así pasamos el resto de la reunión conversando entre las tres ya que Donna no hablaba para nada solo su molesta muñeca no estaba ni el mounstro horrible ni Heisenberg. Hubo un momento en el que Miranda se fue junto con mi amada Alcina a un lugar más lejos para hablar a solas, ahora tengo curiosidad de saber lo que decían. Pero lo que me incómodo de esa reunión fue que Miranda nunca me aparto la mirada.
¿Será que sabe que yo fui quien le hizo daño a Heisenberg? o ¿quiere algo de mi?.
Dejando a Madre Miranda de lado, Donna se quedara durante unos días en el castillo. Las nuevas criadas ya están preparando la habitación donde se quedara.
Mientras ocurren todos esos movimientos mi lady y yo decidimos divertirnos un poco en el cuarto de baño.
Observo a mi lady adentrarse a la bañera llena de sangre.
- ¿Que haces ahí parada querida?, ven acá - una vez dentro de la bañera junto con ella, la abrazo recargandome en sus suaves pechos usandolos como dos grandes almohadas muy cómodas - Te ves cansada Meri, ¿hace cuánto que no duermes? - dice acariciando mi cabeza.
- Solo unas semanas - levanto la mirada para verla a los ojos - Prefiero pasar el tiempo contigo lady.
- ¿Por eso no duermes criatura nocturna?.
- Exactamente lady, hay cosas más importantes que dormir, como por ejemplo tú - me acerco a su rostro y beso sus labios con labial rojo mezclandolo con mi labial violeta.
Pasamos a algo más que solo un beso cuando comienzo a desplazar mis manos por sus pechos estrujandolos con delicadeza. Mi lady suspira pidiendo más de mi, entonces se lo doy bajando mis besos lentamente por su cuello asta esos deliciosos pezones ya erectos que me encanta devorar.
Me sorprende como está mujer logra prenderme tanto, nunca me hubiera imaginado que estaría de esta forma con otra mujer.
Salimos de la bañera para irnos a su habitación y ahí continuar con lo que empezamos.
- Siéntate en mi cara lady - digo acostada boca arriba.
- Tu lo has pedido - abre las piernas y se sienta en mi cara sobre sus rodillas dandome mejor acceso a su clítoris y zona vaginal. Mirando hacia arriba en esta pocision puedo alcanzar a apreciar su pubis, abdomen y sus enormes pechos desde abajo dándome una muy buena imágen.
Me sostengo de sus muslos.
Primero comienzo con delicados besos por sus labios y clítoris antes de deslizar mi lengua, sus movimientos me dan a entender que lo disfruta.
Toda esta humedad de su vagina me está volviendo loca.
Da un brinco y grita de placer al sentir mis labios precionando su clítoris. Aumento mi ritmo para hacerla retorcerse, introdusco mi lengua escuchándola gemir, sigo estimulandola asta que su interior se contrae y su cuerpo comenza a tener los espasmos del orgasmo entonces acaricio su clítoris para culminar el orgasmo.
Las piernas le tiemblan y sus fluidos salen disparados directo a mi boca.
Tener a mi lady de esta forma me pone tan caliente, siento que me prende desde adentro, me nubla por completo y hace que la deseé cada vez más.
Está llama que crece en mi interior me pide que no sea amable, quiero follarla sin parar.
Lady Dimitrescu es mía y solo mía.
Su cuerpo entero me pertenece, sus gritos, sus gemidos y sus jadeos también me pertenecen.
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Ave Del Paraíso
FanficLady Dimitrescu Advertencia: Historia no apta para todo público, contiene escenas +18 Meribeth Borst es una hechizera prácticamente de distintas magias siendo la principal la magia oscura e ahí por qué el apodo de "bruja". Tras un insistente con las...