Saeran adora las flores. Erin tiene una floristería.
La nueva vida del chico comienza cuando su hermano decide buscarle un trabajo en un lugar que le guste, un lugar repleto de plantas y árboles en flor.
•Mystic Messenger FanFiction•
Unknown/Ray/S...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La castaña no entendía de coches, ni un poco. No obstante, bastaba con analizar la cara del mecánico para comprender que la avería del vehículo era mucho más seria de lo que Saeran pensó en un primer momento.
Así que seguían allí tirados. Por suerte, las verduras sí que estaban en perfecto estado. Lo malo era que Saeran debía llamar a su hermano. Habría preferido evitarlo, de hecho, era su último recurso.
Y aún así le reventaba tener que hacerlo.
Los suspiros colmaban la conversación telefónica del chico. Erin se temía lo peor, pudiera ser que Seven tuviera demasiado trabajo como para darse el lujo de hacer un viaje, o tal vez estaban peleados. No era de extrañar, Saeran se enfadaba con su hermano con mucha facilidad.
Pero no se trataba de nada de eso. Saeyoung no dejaba de reír por lo bajo, y es que la situación de su hermano le parecía tremendamente graciosa. ¿No era el destino el que le había dejado allí, apartado con Erin? ¿Una sola habitación? ¡Debía aprovechar y pasar otra noche allí!
Saeran lo tenía claro, le iba a arrancar la cabeza.
Erin esperó pacientemente a que e chico colgará el teléfono. Se frotó las sienes, como si aquella breve conversación le hubiera arrebatado 5 años de vida.
—¿Y bien?
—Va a venir a buscarnos.
—¡Qué bien! —Sonrió—, tu hermano siempre hace lo que sea por ti. Tienes algo de suerte, ¿sabes?
Demasiada poca suerte.
Saeran frunció el ceño. Los ojos de Erin se asustaron de inmediato. El joven lo tomó como una señal para respirar hondo y dejarlo estar. A lo que Erin, preocupada, decidió contestar.
—Lo siento.
—¿Por qué?
—He dicho algo que te ha molestado.
Saeran acarició la cabeza de Erin. Parecía empezar a tomar un hábito con eso.
—Sé que no tenías intención de referirte a nada malo. ¿Y sabes? Puede ser que sí que tenga algo de suerte.
Erin le miró desconcertada. Saeran sonreía levemente, con las comisuras ligeramente curvadas. Sino fuera porque la mayoría del tiempo permanece demasiado serio, no le habría sido fácil detectar esa media sonrisa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
