No podía creerse lo que acababa de pasar, pero así era. Saeran había escapado como si estuviera en la madriguera del lobo feroz. Erin recogió la maltratada corona de flores del suelo y, mirándola fijamente con algo de incomprensión y tristeza, habló en voz alta.
—¿Tan mal consuelo? —Dejó la pieza sobre el mostrador y se dirigió a la trastienda, en busca de un cepillo de barrer y un recogedor—, ha salido corriendo... ¿estaría enfadado o algo?
No tuvo demasiado tiempo libre para pensar, dos muchachas entraron en la tienda y tuvo que atenderlas con su mejor sonrisa, pero, ¿donde estaba?
Siempre había sido capaz de sonreír, aunque el cielo se le estuviera cayendo a pedazos. Aunque tuviera millones de problemas fuera, en el mundo exterior. De alguna forma, siempre había sido capaz de echar todos los males fuera de la floristería. En cambio, con lo que acababa de pasar se sentía perdida. De verdad quería ayudarle, y por un momento pensó que lo había conseguido. Tal parece que no fue así.
Erin se preguntaba qué era aquello que Saeran necesitaba para estar bien, qué era aquello que le faltaba y no le permitía ser feliz.
Si tan solo pudiera ser el mismo más a menudo. El chico que cuidaba de los claveles de buen humor, alegre y tranquilo. Estar con él así, verle como realmente era... la verdad es que no era nada malo.
—¡Muchas gracias por su visita, vuelva pronto!
Suspiró y miró el reloj. No esperaba que regresara teniendo en cuenta la forma en la que se había marchado, sin embargo esperaba al menos una llamada, quizá un mensaje.
No podía evitar preocuparse por él, no porque Erin fuera demasiado amable, sino porque había desarrollado un cariño especial por el chico. Tenerle en la tienda era agradable, mucho mejor que estar sola. Era muy diferente a todas las personas con las que había trabajado, pero no había disfrutado de las flores de esa forma con nadie salvo él.
Levantó el teléfono de la floristería y llamó a Saeyoung algo avergonzada, ya que si bien le había echado hacía algunas horas, ahora se ponía en contacto con él para saber algo de Saeran.
En vano. Saeyoung no sabía nada. El paradero del menor era desconocido. Que terrible era que el albino desapareciera, porque lo hacía con todas sus consecuencias. Sin dejar rastro, sin pedir disculpas por adelantado.
¿Dónde estaría?
ESTÁS LEYENDO
El amor a través de ti - Mystic Messenger
FanfictionSaeran adora las flores. Erin tiene una floristería. La nueva vida del chico comienza cuando su hermano decide buscarle un trabajo en un lugar que le guste, un lugar repleto de plantas y árboles en flor. •Mystic Messenger FanFiction• Unknown/Ray/S...