III - Acromatopsia

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Saeran se cruzó de brazos, irritado

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Saeran se cruzó de brazos, irritado. No había más que echar un vistazo para darse cuenta de que algo no funcionaba en aquella floristería, pero Erin no parecía darse cuenta de ello. En la actualidad, las tiendas de flores no tenían tanto éxito como hacía años, y aquel batiburrillo de plantas no era atractivo a la vista. Bueno, quizás lo podría ser para aquellos que no diferenciaban las especies de las flores.

—Que tontería. —dijo él. Su sinceridad era abrumadora—. Separarlas por color, ¡ponerles una etiqueta! Se ve claramente de qué color son, ¿por qué perdería el tiempo así? 

Las palabras de Saeran eran crudas e insensibles. A pesar de ello, Erin no se molestó, y trató de comprender la desmesurada reacción del muchacho. Con una sonrisa imborrable en sus labios, asintió, tomando el turno para hablar.

—Tienes razón. —Respondió con calma en su voz—. Todos podéis ver claramente el color de un clavel o de un lirio. —Solo le estaba dando la razón, y por algún motivo eso le desconcertaba más—. Que afortunados. —Pronunció con cierta amargura—. Yo no puedo ver esos colores, Saeran. Te lo iba a explicar... si me dejas.

No añadió nada. Erin tomó su silencio como un sí.

—Nací con una enfermedad que no me permite ver colores. En realidad, te estoy viendo en blanco y negro, ¿sabes?

¿Por qué decía algo tan aterrador con una sonrisa?

—No sé como son los colores, pero eso no impide que adore las flores. No me importa que una rosa sea roja o azul, me encanta y ya está. —Saeran frunció los labios—. Siento haberte molestado antes con el delantal. No era mi intención. También entenderé si no quieres etiquetar y separar las flores, es un trabajo pesado y también... inútil.

Era una molestia tener que ordenar las flores por colores, y no conforme con eso, tenía que ponerles una etiqueta para que la chica pudiera leer el color que correspondía.

—¿Por qué no te buscas otro trabajo que puedas hacer mejor?

—Si no quieres el trabajo, de acuerdo. —escupió de inmediato, ignorando las palabras del chico—. Podré encontrar a alguien que sí quiera hacerlo.

Era ridículo. Tanto, que Saeran no podía contener la risa. ¿Qué demonios pasaba en la cabeza de aquella chica? Trabajar en un lugar repleto de colores cuando no podía ver ninguno de ellos. No era su sitio, y no importaba cuánto amor sintiera por ellas. De la misma forma en la que un daltónico no podía ser piloto, por mucho que adorase conducir.

—No es cuestión de encontrar a alguien, ¿sabes? —Se apoyó sobre el mostrador—. La cuestión es que este no es tu lugar. Deberías encontrar algo que sí puedas hacer por tu cuenta.

La enfermedad que tiene Erin es acromatopsia, es congénita

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La enfermedad que tiene Erin es acromatopsia, es congénita. Es una alteración genética en unas de las células fundamentales de la visión, los conos. Los conos tienen tres tipos de pigmentos para diferentes longitudes de onda, pues Erin los tiene alterados y no ve colores (es posible que ni tenga pigmentos).

Es una enfermedad que di en mi clase de Psicología de la percepción y la idea de repente surgió en mi mente.

Espero que os esté gustando la obra <3

El amor a través de ti - Mystic MessengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora