Erin saludó a Saeran al entrar a la tienda. Pasó saliva, intentando encontrar las palabras para disculparse por haber salido corriendo. Y por muchas otras cosas.
No estaba siendo del todo sincera con él. No estaba siendo valiente. Y tampoco estaba siendo justa.
Sin embargo, no era tan fácil como pedir perdón. Esta vez no. Porque la razón más grande por la que debía disculparse era por no admitir sus sentimientos.
Y esa era la paradoja. Que si se disculpaba por eso los estaba admitiendo. Aún sin estar preparada para ello.
Se acercó en silencio hasta quedar a unos metros de él. Lo suficientemente cerca para ver lo pálido que estaba. Para descubrir sus ojeras.
Lo suficientemente lejos para no descubrir que le temblaban las manos.
—Siento lo de ayer. —dijo atropelladamente. No pudo evitar disculparse de golpe al verle en ese estado—. De verdad... no debí haberme ido así. —Al recordar el suceso sintió una punzada en el corazón: culpa—. Te dejé con la palabra en la boca, y me arrepentiento de haber reaccionado así. Estabas tratando de decirme algo importante y no quise escucharte. No merecías que me comportara de esa forma.
Saeran apretó los puños hasta el punto de dejarlos sin riego.
—No me lo merezco.
Por primera vez, sintió un escalofrío al mirarle a los ojos. No era como las otras veces. Antes era capaz de sostenerle la mirada tanto como quisiera. Antes, Saeran intentaba intimidarla. Y nunca lo conseguía. Pero ahora no lo intentaba, lo lograba sin ponerle empeño.
¿De donde había salido toda esa oscuridad?
—En absoluto. Por eso quiero ofrecerte estas disculpas, y te aseguro que no volveré a hacerlo. —Se acercó un poco más a él—. Podemos plantar esas semillas, porque es una gran idea.
—No.
Erin dio un paso atrás por acto reflejo. Saeran liberó la tensión de sus puños, pero a cambio apretó la mandíbula.
—Lo sé, ¿vale? Me he portado muy mal. Estoy terriblemente avergonzada y apenada. Por eso he venido a disculparme.
—¿Y qué? —rugió de pronto—. ¡Me da igual! Yo sé lo que es esto. Sé lo que te está pasando.
Con el corazón encogido y una sensación gélida entrando en sus pulmones, Erin se quedó de piedra.
Como era propio de Saeran, más que de Erin, se arrancó el delantal y franqueó la puerta sin mediar palabra.
Me duele, me quema y me lastima. Así es.
No tengo más comentarios al respecto 😕
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Lamento ser pesada pero realmente me encantaría que pudierais echarle un vistazo a mi cuenta de psicología en instagram y, si os animáis, seguirla, que de momento somos poquitos.
Recientemente estoy hablando de autolesión o suicidio. Temas muy "tabú", y quizá os pueda interesar!
@laverdaderapsicologia
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El amor a través de ti - Mystic Messenger
FanfictionSaeran adora las flores. Erin tiene una floristería. La nueva vida del chico comienza cuando su hermano decide buscarle un trabajo en un lugar que le guste, un lugar repleto de plantas y árboles en flor. •Mystic Messenger FanFiction• Unknown/Ray/S...