Furioso, Saeran estaba como alma que llevaba el diablo. ¿Qué derecho tenía aquel hombre de gritarle así?
Ella no veía colores. El señor no lo sabía, pero esa no era excusa suficiente para justificar su mala educación. Y no es que le importara lo que le dijera a aquella boba, sino que no dejaba de gritar y detestaba oír sus chillidos.
Erin era tan sensible y bondadosa que agachaba la cabeza y le daba la razón, aún cuándo la estaba tratando con tanto despotismo. En otras palabras, para Saeran era una estúpida.
El chico recuperó el delantal azul y se lo ató a toda velocidad. Se acercó al cliente, con el ceño fruncido y unas ganas incontrolables de sacarle de la tienda a patadas. Al mismo tiempo, encontró unos ojos pardos, tan serenos y transparentes, capaces de calmar a la bestia que traía dentro. Como si ella misma le estuviera diciendo «Ahora no hagas nada malo». No había decepción ni enfado en el marrón de sus ojos, solo confianza. Erin había depositado sus esperanzas en que Saeran entendiera lo que decía su mirada, que lograra controlarse.
—Lo que mi compañera quiere decir... —Pausó. Sonó extraño porque en realidad era su jefa—, es que lo clásico está mal visto. ¿Una declaración, puede ser? Lo mejor serían rosas blancas, pureza y amor sincero.
Erin sonreía mirando a Saeran. El cliente abrió la boca, sorprendido, y no interpuso ninguna objeción.
—Me disculpo. Estoy muy nervioso por mi confesión.
—¿Serán blancas, entonces? —Preguntó la castaña.
El hombre asintió con la cabeza. Erin no demoró, en un par de minutos tuvo listo el ramo de flores que el señor pagó gustosamente.
Saeran miraba en dirección a la puerta, siguiendo al cliente con la mirada. Tan inmerso estaba en asegurarse de que se iba satisfecho, que solo se dio cuenta de que Erin había desaparecido de la barra cuando la tenía sobre él.
—¡Me has salvado! —decía alegremente—. Saeran, ¡eres el mejor!
El ojiazul guardó silencio, y se la quitó de encima en cuanto pudo. Si no fuera por la calma de sus ojos, habría terminado partiéndole la nariz a aquel tipo.
Y no sabía si se alegraba o no de que la castaña hubiera sido capaz de detenerle.
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El amor a través de ti - Mystic Messenger
FanfictionSaeran adora las flores. Erin tiene una floristería. La nueva vida del chico comienza cuando su hermano decide buscarle un trabajo en un lugar que le guste, un lugar repleto de plantas y árboles en flor. •Mystic Messenger FanFiction• Unknown/Ray/S...