XXII - Hermanos Choi

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El albino abrió la puerta con cuidado y trató de atravesar el pasillo de la entrada silenciosamente, sin éxito

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El albino abrió la puerta con cuidado y trató de atravesar el pasillo de la entrada silenciosamente, sin éxito.

—Saeran, ¿que tal la semana?

Su hermano asomaba la cabeza desde la sala de estar, como siempre metiendo las narices donde no le importaba.

—Bien.

—¿Que has aprendido? Erin sabe mucho sobre plantas, ¿sabes?

—No he aprendido nada. Ya se suficiente para el trabajo que tengo que hacer.

Melissa, la novia de Saeyoung apareció y se unió a la conversación.

—Es una pena. ¿Por qué no le pides que te encargue otras cosas?

—Si me pagará más, pues quizá.

Lo cierto es que bastante le estaba pagando para el trabajo que hacía, pero Saeran no veía la hora de hacer dinero y más dinero. Solo así podría salir de la casa de su hermano.

—Puedo hablar con ella, tal vez lo considere. Podría pasarme un día de estos por la floristería.

Saeran le dedicó una mirada ardiente.

—Ni se te ocurra.

Las cosas estaban bien como estaban. Aunque el dinero le vendría bien, preferiría no tener la esencia de su hermano en aquel lugar tan hermoso. Era su refugio. Saeyoung no pintaba nada allí.

—¿Por qué te enfadas? ¡Si es por ti!

—¡Es que no quiero que hagas nada por mi! —Gruñó—. ¡Estoy harto de tener que agradecerte las cosas!

Melissa decidió abandonar la sala sin hacer ruido. Meterse enfadaría a Luciel, y Saeran perdería más el control.

—¡No tienes que agradecerme nada! ¡Soy tu hermano, Saeran!

—¡Me importa una mierda! ¡Deja de meter las narices de una vez!

Salió de la sala bufando, echando humo por la nariz y dejando a su hermano con la palabra en la boca. Fue entonces cuando Melissa entró de nuevo, y trató de consolar a su novio, que estaba desconcertado.

—No sé qué es lo que hago mal.

—Ten paciencia. —Le acaricio unos mechones rojos—. Hace poco que salió del hospital. Aún está adaptándose, ¿no crees?

—Tiene muy mal carácter, Mel. No estoy seguro de que su alta fuera la mejor opción.

—Confía un poco en él, Seven. Déjalo estar, ¿vale?

Saeyoung no dijo nada, porque dudaba que pudiera hacer algo así. No pensaba dejar a su hermano de nuevo por nada del mundo.

 No pensaba dejar a su hermano de nuevo por nada del mundo

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El amor a través de ti - Mystic MessengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora