XVIII- En solitario

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Erin se cruzó de brazos para intentar verse más autoritaria, aunque de nada le servía si seguía manteniendo ese aspecto amable y puro

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Erin se cruzó de brazos para intentar verse más autoritaria, aunque de nada le servía si seguía manteniendo ese aspecto amable y puro.

—No me gusta tener que dejarte solo, pero no puedo posponer la cita. —Explicó la fémina, entristecida—. Volveré lo más rápido que pueda. —Aseguró, levantando el dedo índice— Normalmente no tenemos mucha clientela tan pronto, así que deberías estar bien.

—Voy a estar bien.

—De cualquier manera, voy a llevar mi móvil con sonido. Llámame si algo sucede

—No va a suceder nada.

La despreocupación de Saeran era por un lado envidiable, y por el otro preocupante. Parecía que nada le importaba.

—Muy bien... Todo controlado, supongo que no tengo nada de lo que preocuparme entonces.

—Eso es.

—Pues me voy...

—Que te vaya bien.

La muchacha abandonó la floristería no muy convencida. Dejarle completamente solo con el poco tiempo que llevaba allí podría ser un poco irresponsabile, y no quería que Saeran pensará que lo era. Bueno, ni Saeran ni nadie.

Para el chico se estaba complicando la vida. no había hecho falta que Erin se lo prometí era para saber que volvería tan pronto como su consulta terminase. Además, revisar sus ojos periódicamente debía ser importante.

Se apoyó sobre el mostrador y suspiró. La tranquilidad de la floristería era agradable, pero de alguna forma extraña. Quizás lo raro era no tener a Erin alrededor.

Escuchó el sonido de la campana de viento al abrirse la puerta. Una cabellera castaña asomó tras ella, muy similar a Erin, pero no era ella. Avanzó por la floristería a paso firme y con una mirada de superioridad difícil de atravesar.

Se parecía a Erin, pero su presencia era totalmente distinta. Su mirada era fría, y beligerante, aunque Saeran no pensaba dejarse amedrentar.

¿Quién era ella?

¿Quién era ella?

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El amor a través de ti - Mystic MessengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora