XV - Amabilidad ciega

1.4K 232 42
                                    

Erin obligó al albino a poner las manos bajo el grifo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Erin obligó al albino a poner las manos bajo el grifo. El agua tibia corría con fuerza y aunque siseó al principio, se sintió aliviado al instante.

No se atrevía a hablar con ella porque aún tenía los labios fruncidos y una expresión seria que no solía lucir habitualmente. En cambio, Erin esperaba escucharle decir algo. Quejarse por hacer un trabajo que no le correspondía, gruñir malhumorado.

—Dime la verdad, ¿te ha hecho algo?

—¿Por qué preguntas?

—Porque te has hecho daño.

No era verdad. Sus manos ardían por haber rozado con el suelo, nada más.

—¿Estás enfadada por las flores?

—Claro que no
—Suspiró—. Me molesta que te hayas hecho daño. Escucha, no soy tonta Saeran. He visto como le mirabas.

Lo que sólo hacía que Saeran se preguntara, «¿Por qué me miraba a mi

—Me ha hecho caer pero no importa. Se la devolveré.

Se dio la vuelta para coger una toalla.

—No vas a hacer nada porque me voy a ocupar yo.

Secó con cuidado las manos de Saeran.

—¿Y qué vas a hacer? ¿Sonreírle y pedirle amablemente que no vuelva a hacerlo?

—Eso piensas... —Murmuró.
Se forzó a cambiar la cara al instante.
—Te repito que no soy tonta.

—¿Me estás diciendo que sabías que te tiraba los tejos y le dejabas hacerlo? ¿Que sabías que se escaqueaba, y lo permitías?

—No, te estoy diciendo que ser amable no me hace estar ciega. Mi enfermedad un poco, pero mi amabilidad no.

—Ser amable te hace parecer tonta, y es por eso que la gente se aprovecha de ello.

Erin parecía enfadada, más que con el repartidor.

—Es triste pensar así. —Le miró directamente a los ojos—. Todas las personas sufren, Saeran. Piensas que con esa coraza te proteges del dolor, ¿verdad? Pero te diré algo, si alejas a los demás y les tratas con frialdad, ¿no crees que será peor? Cuando te hacen daño, a veces solo quieres devolverlo. Justo como quieres hacer con él. —Señaló la salida de la trastienda—. Si tú les haces daño, ellos te lo harán a ti.

Abandonó el aseo sin decir una sola palabra más, dejando una semilla en el corazón del chico, que se miraba en el espejo queriendo hacer pedazos su reflejo.

Abandonó el aseo sin decir una sola palabra más, dejando una semilla en el corazón del chico, que se miraba en el espejo queriendo hacer pedazos su reflejo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El amor a través de ti - Mystic MessengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora