Saeran dejó escapar un bostezo. Caminaba por la calle con los ojos apenas abiertos probablemente porque era muy temprano por la mañana. Llegó hasta la avenida en donde estaba la floristería y atravesó la calle con calma. Estaba vacía, y como Erin, muchos dueños abrían sus negocios para prepararse la jornada.
Llegó hasta el escaparate, que no se veía tras el cierre de la tienda. Era raro, siempre que llegaba el metal pesado que cubría la tienda estaba subido. Decidió no darle importancia, seguro que a Erin se le había olvidado porque tenía demasiadas cosas en la cabeza. Se dirigió a la puerta de atrás y la abrió con las llaves que ella le había confiado.
Atrapó su adelantal nada más entrar, pero se detuvo antes de ponérselo. Había un rastro rojizo por el suelo, gotas y manchas que apuntaban al interior de la floristería.
Tenía el color de la sangre.
Saeran se aventuró al interior de la tienda con velocidad, buscando con sus ojos azules la cabeza castaña de Erin.
—Oye, ¡tú! —Intentó llamar su atención cuando la encontró de espaldas tras el mostrador. El rastro de sangre la precedía—. ¿Se puede saber por qué está todo manchado?
La fémina se giró sobre sus talones al escuchar las palabras del albino, que abrió la boca consternado. Erin sujetaba unas tijeras de podar, pero estaban cubiertas de sangre, sus manos estaban rojas y tenía trazos carmesíes por la barbilla y el cuello.
—Sae--
—¡Joder, Erin! —Se acercó a ella, le quitó la herramienta de las manos y la plantó en el mostrador. Agarró sus manos y presionó con la tela de su delantal por todas partes para tratar de secarle la sangre, desesperado. Erin no sabía cómo reaccionar, su tacto era eléctrico—. ¡¿Duele?! ¡¿Cómo te has hecho esto?!
Levantó el delantal y observó que sus manos estaban ilesas, aún parcialmente teñidas. La muchacha le miraba con una sonrisa, y no parecía adolorida, claro, porque no tenía ni una sola herida.
—¡No te preocupes, Saeran! ¡Es falsa! ¿Ves? —dijo, enseñándole el bote de sangre que había pasado desapercibido por completo—. Hoy es Halloween, y quiero aprovechar para vender flores rojas y sangrientas. ¿Qué piensas?
Saeran lanzó el delantal con rabia lejos de él, y con el rostro tomando color gruñó como solía hacer.
—Tú y tus tonterías.
—Perdón por haberte asustado...
—¿Asustado? ¡Bobadas! —se cruzó de brazos—, ¡pensaba que te habías hecho algo!
—¿Entonces estabas preocupado?
Erin lo decía con mucha ilusión. Así es, le ilusionaba que Saeran se hubiera preocupado por ella. Él, que siempre parecía preferir distanciarse y no involucrarse con nadie.
El chico chasqueó la lengua.
—Sería lo normal, ¿o no? Me he manchado el delantal. —Bufó.
—¡No pasa nada, tengo algo para ti!
Erin se llevó a Saeran a la trastienda, haciendo una bola delantal manchado de sangre falsa.
—¡Ponte esto! ¡Por favor!
Saeran ojea el disfraz oscuro decorado con murciélagos.
—¿Es una broma?
—Venga, al menos pruébatelo. —Suplicó con la mirada—. Si no te gusta esta bien, ¡pero no puedes saberlo si no te lo pones!
El albino rodó los ojos y le arrebató el disfraz de las manos. Tardó unos minutos en colocarselo y entonces, salió.
—¡Wow! ¡Sabía que sería perfecto! ¡Te queda súper bien, Saeran!
La intensa mirada de Erin le ponía nervioso. Saeran se llevó la mano a la nuca y evitó mirarla a los ojos.
Este arte le pertenece a Zafiro-97. El recurso lo he obtenido de su cuenta de amino. ¡Me ha encantado! Recomiendo muchísimo que busqueis su cuenta porque hace unos fanarts súper bonitos
¡Feliz Halloween a todos!
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El amor a través de ti - Mystic Messenger
FanfictionSaeran adora las flores. Erin tiene una floristería. La nueva vida del chico comienza cuando su hermano decide buscarle un trabajo en un lugar que le guste, un lugar repleto de plantas y árboles en flor. •Mystic Messenger FanFiction• Unknown/Ray/S...