Una mañana normal en nuestra querida Shibuya, hacía tiempo que no había ningún ajetreo en la ciudad, además de las pandillas claro.
—¡Vuelve acá perra infeliz! —Exclamó el hombre corriendo detrás de la niña de apenas unos nueve años de edad.
—¡Que yo no fui! —Chilló cuando sintió en jalón en su cabello que la hizo caer de espaldas golpeándose la espalda.
—Devuelveme lo que robaste. —Gruñó el hombre bolseando a la niña. —¿En dónde lo escondiste?
—Yo no tengo nada. —Dijo llorosa sintiendo su cabeza palpitar con fuerza.
—¡Lo tiraste entonces, tendrás que venir conmigo y verás...!
—¿A dónde piensas llevarla, HongDo? —Un niño súper alto miró al hombre que la sujetaba del brazo, jalandola y haciendo que se raspara las rodillas. —¿De nuevo dejas que te roben para después propasarte con los más jóvenes? Eres un asco.
—D-Draken... ¡N-No es lo que piensas! ¡Ésta niña robó comida de mi tienda!
—Yo me encargaré entonces, ahora lárgate. —Bramó y el hombre no tuvo de otra más que irse. —¿Entonces?
—Yo no robé nada, lo juro. —Dijo la niña desde el suelo. —Vi que unas chicas salieron, pero yo no lo hice.
—¿Cómo puedo creerte?
—Yo no... no tengo nada con qué probarlo.
—¿Y tus padres?
—Ah, no... no sé que sean esos padres. —Dijo jugando con sus dedos. —Gracias por no dejar que ese hombre me golpeara, se está apagando el cielo, tengo que irme.
—¿Tienes donde dormir?
—No, pero puedo dormir en una banca o en el suelo y... ¿Qué haces? —La chica miró sorprendida al chico que la sujetaba de la muñeca y la jalaba para caminar.
—Te llevaré a dónde vivo, no es el mejor lugar pero las chicas serán comprensivas.
Esa noche, nuestra protagonista tuvo la mejor cena de su vida, incluso durmió como nunca... Pero el temor la llevó a ir a la cama del chico que la había ayudado, y aunque al inicio estaba reacio finalmente la dejó dormir con él.
Al otro día, cuando el chico despertó por unos extraños movimientos miró a la niña mirándolo sentada en la cama.
—¿Qué te pasa?
—Quiero hacer pis. —Dijo incómoda.
—Pues ve.
—No quiero ir sola. —Dijo con un puchero. —Me da miedo que aparezca un borracho y...-
—Bien, vamos. —Dijo virando los ojos, ambos se levantaron y caminaron hacia el baño, pero ella no entró. —¿Qué esperas?
—¿Puedes entrar conmigo?
—Ni hablar, dejaré la puerta entreabierta, estaré aquí afuera.
Ella creyó que ya había hecho mucho, así que tragó saliva armándose de valor y entró al baño, se bajó los pantalones y se sentó para hacer sus necesidades. Cuando acabó, no supo que hacer.
—¿Qué es ésta cosa? —Cuestionó mirando el lavabo, el chico fastidiado entró y al ver qué ella no alcanzaba ni siquiera un poco, la tomó por el torso levantándola y haciendo una silla con su rodilla para apoyarse y de esa forma abrir la llave.
—Ahí puedes lavarte las manos, toma el jabón de ahí. —Señaló y ella lo tomó curiosa.
—¡Es espuma! —Exclamó cuando apretó el recipiente y salió el jabón.
Era sorprendente como no sabía lo que era algo tan básico.
—Uff, hueles mal, ¿Hace cuanto no te bañas? —Preguntó dejándola en el suelo.
—¿Qué es bañar? —Él se quiso golpear la frente contra el espejo.
—¿Cómo te llamas? —Preguntó tratando de tener paciencia.
—Ah, la gente me llama, mugrosa, horrenda o niña, puedes llamarme niña. —Sonrió inocentemente.
—¿No tienes un nombre?
—¿Cómo es eso? —Ladeó su cabeza.
Ambos salieron del baño y volvieron a la cama, se sentaron en ella para conversar.
—Mi nombre es Ken, pero me hago llamar Draken, que es un apodo.
—Ouh, yo no tengo un nombre. —Hizo puchero. —¿Ahora como podrán reconocerme?
—Te pondré un nombre. —Dijo él y ella asintió emocionada. —Uhm... Pero primero le diré a alguien que venga a bañarte.
•••
—Ya estás lista dulzura. —Le dijo la mujer bonita mientras le sonreía. —Tengo que trabajar, los veo en la tarde.
—¡Gracias señora bonita! —Exclamó la niña y fue hacia el tal Draken quien estaba moviendo su mano sobre una hoja. —¿Qué haces?
Cuando el rubio la miró, casi se va de espaldas.
—¿Cuántos kilos de mugre te quitaron? —Cuestionó sorprendido.
—Ah no sé, ni siquiera sabo que son kijos. —Murmuró confundida.
La que antes era una niña morena, con el cabello enredado, apestosa y feita, ahora era una niña de piel pálida, cabello castaño y bonita con ojos muy lindos.
—¿Qué qué haces? —Volvió a preguntar medio molesta.
—Ah, n-nada... Digo, estaba buscando nombres para ti. —Dijo dirigiendo su mirada a la hoja en la que estaba escribiendo.
—¿Y como me voy a llamar?
—Bueno, tengo varias opciones. —Murmuró nervioso ante la cercanía de la niña.
—¿Y qué dice ahí?
—¿No sabes leer?
—No se que sea eso pero yo creo que no.
—Te diré los nombres y me dices si te gustan. —Murmuró y ella asintió con emoción. —Empecemos... Bomi, Maya, Moon, Raina, Sully, Sora, Moe, Mai.
—¡Maimoe! —Exclamó emocionada.
—¿Qué clase de nombre es ese? Se supone que debes escoger uno, no juntar dos... Pero suena bien, creo.
—¡Me llamo Maimoe! —Chilló feliz. —Draken, me llamo Maimoe.
El rubio se sintió bien con la emoción de la chica, después de todo no había sido una mala decisión traerla.
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NEXT LEVEL [Tokyo Revengers]
FanfictionBy: @Moross_ «Cuando la promesa se rompe todo se sale de control. Una señal de que te estás poniendo ansioso de vez en cuando. -Next Level, Aespa. » Inicio: 01/Agosto/2021. Final: 25/Agosto/2021.