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¿Qué comieron hoy?

—¿Con quiénes hiciste ese convenio? —Pregunté acercándome.

—Era una mafia... Yo en esos tiempos no tenía la gran empresa que es ahora, hice ese trato con ellos para crecer la empresa. Ellos me ayudaron pero a la hora de regresar el favor, yo me negué y los saqué de todo lo que tenía que ver con la empresa... Fue ahí cuando ellos me amenazaron. Soyeon te dejó en el basurero y... Cuando Lia se enteró de la verdadera razón, me odió tanto y murió después.

»—Cuando quise volver a reunirme con ellos hace algunos años y devolverles el favor... Ellos no quisieron hacerlo, y al contrario, ellos provocaron el accidente donde perdí la mitad de mi pulmón. Son personas peligrosas... Por eso no debes siquiera presentarte a la familia, no sabemos si ellos puedan divulgar la noticia y...-

—¿Me pueden explicar cómo es que la hija de Niell está aquí? —Una mujer entro a la habitación con unos adolescentes detrás de ella.

—¿Yingsun? ¿Qué haces aquí?

—¿Ella es la hija? —Exclamó mirándome. —¿A ella fue la que le diste la herencia? No puede ser posible, yo soy tu hija y ella prácticamente una desconocida.

—Cuida tu asquerosa boca. —Bramé encarandola.

—¡Hey, aléjate de nuestra madre! —Exclamó uno de los chicos tomando mi brazo.

—Y tu aleja tus manos de ella. —Gruñó Mikey poniendo su mano en el hombro del chico.

El chico rápidamente se alejó asustado por el semblante tan intimidante de Mikey.

—¿Así que Momo Yamada? No eres como pensaba, realmente eres hija de Soyeon. —Dijo con aires burlones.

Me quedé seria pero igual levanté mis cejas y ella trago saliva alejándose junto a sus hijos.

Ahora que los veía bien, la mujer era como de mi estatura, pero llevaba tacones así que algo más baja. Cabello rubio seguramente teñido, labios escandalosamente rojos, gafas de sol porque seguramente se le perdió el sol. Un traje blanco, completamente contradictorio a un funeral.

Pero sus hijos, los cuales eran tres chicos, vestían ropas deportivas.

—¿Y entonces? ¿Nos dejaras algo de herencia o ya no te queda nada? —Cuestionó la mujer.

Mikey se puso a mi lado, mostrándose intimidante a los demás.

—No habrá nada para ti, eres una interesada, Yingsun. —Dijo el abuelo sentándose en la cama de a poco.

—¿Disculpa? Trabaje lo suficiente como para merecer algo, y esta niñita ni siquiera estuvo presente.

—Cierra la boca, y lárgate, creí haberte dicho que no volvieras a esta casa.

—Ya escucharon al abuelo, mucho ayuda el que no estorba. —Dije comenzando a empujar a la mujer.

—¡No me toques bastarda! —Ella me soltó una cachetada.

Cerré mis ojos y giré mi cabeza hacia ella, cuando los abrí sonreí levemente.

—Desearás no haber hecho eso. —Dije y entonces le solté un cabezazo.

Ella grito y sus hijos se pusieron a la defensiva, pero no se acercaron gracias a Mikey.

—¡Estúpida! —Exclamó sujetandose la nariz.

—Largate, o te parto tu madre.

—¡Eres una majadera!

—Que te valga madre.

Ella y sus hijos salieron de la habitación, fui a cerrar con el seguro la puerta y volví a mi asiento.

—Lo siento Momo, Yingsun es muy...

—¿Demente? Se nota. —Dije virando los ojos, el abuelo rió pero luego tosió.

Pronto comenzó a tocarse el pecho y la máquina a su lado sonó muy fuerte, Mikey corrió a abrir la puerta y entonces entraron unas enfermeras.

Pero la máquina dejo de sonar, sólo un pitido largo.

—Lo sentimos... —Dijo una enfermera haciendo una reverencia mientras que la otra cerraba con su mano los ojos del abuelo.

Asentí saliendo junto a Mikey de la habitación.

—Por aquí señorita. —Dijo Min, el mayordomo.

Nos llevó a la sala donde estaban todos los que serían de la familia.

Min comentó la situación a los demás y al instante todos soltaron las lágrimas de cocodrilo.

—¡Ella fue la culpable! —Exclamó la mujer de hace un rato. —¡Por su culpa mi padre murió!

—¿Y ella quien es? —Preguntó un hombre.

—Señores... Ella es la hija de Niell y Soyeon, Momo Yamada, la heredera de todos los bienes y de la empresa. —Dijo Min.

Todos los demás quedaron shockeados, incluso yo, nadie me había mencionado lo de la empresa.

—Señorita, pasemos al despacho del difunto señor Yagi a firmar algunos papeles. —Dijo el abogado de la otra vez, asentí yendo junto con Mikey.

Luego de firmar algunos documentos, todo lo que era de mis padres y del abuelo fue transferido a mi nombre.

—Me temo decirle, señorita, pero debe manejar la empresa usted misma, a menos que deseé que alguien más lo haga. —Dijo el abogado. —Pero de ser usted tendrá que venir a vivir aquí y de esa forma manejar la empresa.

Miré a Mikey, él estaba sorprendido.

—¿Quién sería la persona que se encargaría? —Pregunté por duda.

—Usted es la dueña legítima, sin embargo pueden haber jefes, puede contratar o de la misma familia. Pero según tengo entendido no conoce a nadie.

—Contrataré a alguien que yo considere es de confianza. —Le dije y él asintió.

El abogado salió y yo me fui a sentar.

—¿En serio dejaras esto? Es increíble. —Dijo Mikey mirando por la ventana, debía admitir que es una buena vista. —La primera vez que vine me pareció como un castillo de Drácula, pero ahora parece tener más vida.

—Venderé la casa si es necesario, no quiera quedarme con algo de esto. —Murmuré.

—Moe, es una gran oportunidad, en lugar de liderar una pandilla podrías liderar una empresa, ¡Es mil veces mejor! —Dijo sentándose a mi lado.

—Ni siquiera sé si quiero algo de esto... Nunca me llamó la atención el dinero... No sé que podría hacer con todo eso, es demasiado. Tampoco quiero vivir aquí porque eso significaría alejarme de todos ustedes.

—Bueno, sea lo que sea que decidas, estaré contigo. Incluso si quisieras venir a vivir aquí, yo también vendré y te acompañaré. Eres como mi hermana, así que no me permitiré dejar a otra persona que aprecio.

Puse mi puño y él lo choco, estábamos algo lejos como para abrazarlo.

NEXT LEVEL [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora