NEXT LEVEL [Tokyo Revengers]

20

Ya estábamos en Shibuya, pero si Draken no pensaba en cambiarse a alguna de las propiedades que tenía, yo tampoco lo haría.

Pero sobre todo yo era feliz viviendo donde siempre.

—¿Te sientes bien? —Preguntó el moreno.

—Si, ¿Por qué? —Lo miré curiosa.

—Estás algo tensa. —Me dijo.

—No es nada, ¿Qué hay de tu nuevo puesto en la Toman? ¿Todo cool?

—Es algo shockeante, muchos parecen no quererme ahí. —Dijo suspirando.

—Creo que es normal, parece que ninguno te conocía y que llegarás siendo el nuevo capitán fue... Extraño.

—¿Para ti fue extraño?

—La verdad si, no sabía que serías tan fuerte como para estar en una pandilla. —Reí. —Pero está bien supongo.

—Moe, eres una gran amiga. —Me dijo sonriéndome.

—Obvio, soy genial. —Sonreí.

—Me gustaría decirte algo, es extraño para mí y sobre todo... No sé cómo vayas a reaccionar.

—Pues ya sueltalo. —Reí.

—Me gusta Hinata Tachibana.

Me quedé en silencio procesando lo que había dicho. Es decir, ella es novia de Takemicchi, ¿Kisaki lo sabe?

—Orale. —Murmuré. —Pero... Ella es novia de Takemicchi.

—Ya lo sé. —Bufó dándome la espalda. —Por eso quiero que me ayudes a conquistarla, quizás si logro enamorarla deje a ese chico.

—Oye no. —Lo interrumpí. —No puedes interferir en su relación, no es correcto.

—¡Pero ella me gusta!

—No me alces la voz. —Gruñí con la voz más tranquila que tenía.

—Por favor Moe, tu conoces un poco a Hinata, eres su amiga, puedes ayudarme.

—¿Sólo te acercaste a mi por eso? ¿Para que te ayudará con ella? Kisaki, lamento decirte esto, pero no pienso ayudarte. Si, eres mi amigo, pero Takemicchi y Hina también lo son, no voy a romper una relación de bastante tiempo solo por un berrinche. —Bufé tocando el tabique de mi nariz con mis dedos. —Hablame cuando no quieras interferir en la relación de ellos.

Tomé mi chaqueta y me fui de ahí. ¿Quién demonios se creía? ¿Romper la relación de ellos? ¿Por quién me toma?

En el camino me encontré a Hanma, me llamó hasta donde estaba y aunque quería seguir mi camino él decisio seguirme.

—¿Qué quieres? —Gruñí sofocada.

—Hablar. —Sonrió. —La última vez que te vi estabas muy molesta y preocupada por tu amiguito.

—¿Y como no iba a estarlo? Le dijiste a Baji que lo golpeara. —Bramé.

—Pero, no lo obligué a hacerlo. Tenía un plan de reemplazo, pero Baji decidió por su cuenta golpear al pobre chico. No fue mi problema.

—Bueno, ¿Y qué quieres?

—Cierta persona me confirmó que no estaba interesado en ti, así que... Ya podemos estar juntos mi linda Moe. —Sonrió abrazándome por la cintura.

—¿Qué? ¿De qué hablas? Sueltame. —Ordené.

—Moe, no sabes cuán loco estoy por ti. —Sonrió como maniático mientras acercaba su cara a la mía. —Por favor déjame besarte, por favor, por favor, por favor.

Traté de apartarlo pero él fue rápido y tomo mi nuca para después juntar nuestros labios, estaba claro que yo no sabía cómo hacerlo, pero igual decidí morderlo tan fuerte que lo hizo soltarme.

—Auch, nena eres una salvaje. —Dijo lamiendo su nueva herida. —Me agrada.

—Alejate de mi, maniático. —Bramé continuando mi camino.

Pero Hanma no quería dejarme, ya que me sujetó del brazo jalandome de nuevo hacia él.

—Moe, anda, sé mi chica, conquistaremos el mundo juntos. —Sonrió.

—Sueltame Hanma. —Exigí pero él me acorraló contra una pared evitando que yo pudiera alejarme de él.

—Di que si, y prometo dejarte.

—¡Me estás lastimando imbécil!

—¿Qué no la escuchas? —Una tercera voz se escuchó. Era un chico con una capucha y cubrebocas negro. —Te dijo que la sueltes, sueltala.

—Choji, que alegría verte. —Hanma no me soltó, pero ahora ya no estaba pegada a la pared. —¿Cómo está la familia? Oh, cierto, tu familia es un asco.

Hanma comenzó a reírse cuál maniático, pero el chico no se inmutó, sólo se acercó lentamente como un león cazando a su presa.

De un momento a otro le había lanzado una roca a Hanma, él me soltó y yo corrí detrás del chico de nombre Choji.

—¡Maldita rata! ¡Devuélveme a mi chica!

Choji le dio un puñetazo en la cara a Hanma cuando éste se acercó, y lo noqueo.

—Gran derechazo. —Le dije. —Oye gracias en verdad, no sé que hubiera pasado si no llegabas.

—Debes tener cuidado con tipos así. —Dijo mirándome.

—¿Estás enfermo? —Ladeé mi cabeza confundida.

—No me gusta el polvo del ambiente. —Dijo encogiéndose de hombros, asentí entendiendo.

—¿Quieres algo de comer? Cómo agradecimiento digo.

—Estoy bien así, nos vemos luego. —Él siguió su camino y yo también dejando a Hanma ahí tirado.

Cuando llegue a la casa de los gemelos me lancé a abrazarlos a ambos, ellos correspondieron mi abrazo y me mimaron sin preguntar nada. Incluso me dieron comida y apapacharon mucho en lo que llegó Draken por mi.