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—Me lleva la chinita. —Gruñí caminando hacia la escuela.

Había sido algo difícil despertarme solo con alarmas, normalmente era Draken quien me despertaba pero como ya no vivo con él tengo que acostumbrarme a las alarmas.

Escuché pasos apresurados hacia mi, entré en pánico y me giré soltandole un puñetazo.

—¿Takemicchi? ¡Lo siento, en verdad lo siento, creí que era un ladrón! —Exclamé sacando un pañuelo de mi mochila para ayudarlo a limpiarse la sangre de la nariz.

—No te preocupes, no debí haber corrido. —Murmuró.

—¿Qué te trae por acá? Tu escuela está al lado contrario.

—Cierto. ¡Moe deja que Draken te explique qué sucede, y luego perdonalo! —Exclamó.

—Ni hab.... Momento, si estás aquí por eso, significa que algo cambio en el futuro. —Murmuré. —Cuentame.

—Te fuiste de Shibuya, te volviste parte de una pandilla, que luego se unió a la Toman, pero al final fuiste algo así como una sicaria, intentaste matarme y luego moriste ahogada. —Narró.

—¿Y eso porque peleé con Draken? Bien, no te haré sufrir, vayamos con el golem.

Tomé el brazo de Takemicchi colgandome de él y caminamos en busca de Draken, para cuando lo encontramos estaba con la peliroja.

—Hola, te perdono. —Sonreí inocente.

—¿Qué? ¿Así de fácil? —Cuestionó entrecerrando los ojos.

—Sip. Pero no voy a volver a casa, me siento cómoda en... —Takemicchi me miró como de: 'Es la misma cosa'. Bufé y sonreí. —Volveré a casa.

—Oh, lo lamento, pero tú habitación fue ocupada por Yuku. —Dijo y yo sentí un maldito tic en mi ojo izquierdo.

—¿Disculpa?

—Yuku es nueva en el burdel, y le estaba mostrando Shibuya, se estaba quedando en un hotel, así como te molestaste tanto y te fuiste, le dieron tu habitación. —Dijo como si nada encogiéndose de hombros. —Dijiste que ya no querías tener nada que ver conmigo, así que a partir de ese momento tú y yo solo somos desconocidos.

—Takemicchi, ser sicaria y morir ahogada no me suena muy mal. —Gruñí entre dientes.

—Ay no, ay no. —Chilló Takemicchi.

—Entonces es el adiós definitivo, Ken Ryuguji. —Gruñí.

—Así parece, Momo Yamada.

Tomé el brazo de Takemicchi y nos fuimos de ahí.

—Lo lamento mucho Takemicchi, intentaré en el futuro no matarte y no matarme. —Murmuré. —Pero creo que nuestros caminos se separan aquí.

—¿Qué? ¿De qué hablas?

—Estaba aquí por Draken, los chicos de la Toman, la escuela, y todos fue por Draken, ahora que no tengo relación con Draken, no tengo nada que hacer aquí. —Murmuré. —Venderé los departamentos y me mudaré con mis padres.

—Moe... Debe haber otra alternativa.

—No la hay, creo que fui muy infantil en esa pelea, pero ya no queda nada que hacer, ¿Entiendes? Por favor despideme de todos.

Mi pecho se oprimió, el nudo en la garganta se hizo más grande a tal punto de ser doloroso no dejarlo salir.

—¿Vas a llorar? —Preguntó alguien.

—Hanma. —Por fin sollocé y fui a abrazarlo, él me apretó entre sus brazos. —Voy a dejar Shibuya.

—¿Qué? ¿Por qué? —Él me separó mirándome fijamente.

—Peleé con Draken, y me fui de casa, y él ya no quiere estar conmigo. Fue mi culpa, lo eché a perder. —Lloriqueé. —Ahora estoy sola, por eso me voy de Shibuya.

—¿Estás sola? ¿De qué hablas? Princesa no estás sola, aún me tienes aquí. —Dijo volviendo a abrazarme.

—No quiero estar aquí si solo me trae malos recuerdos.

—¿Entonces huiras como una cobarde? Esa no es la Moe que conocí.

—Maimoe era una persona que Draken y yo hicimos, pero ahora que ya no hay nada que ver sólo soy Momo Yamada, una llorona de mierda que seguramente va a ser una fracasada.

—Estoy a nada de golpearte porque no paras de decir burradas. —Bramó. —¿Somos gallos o gallinas?

—Gallinas. —Lloriqueé.

—Ay no puede ser. Momo Yamada si es una gallina.

—¿Verdad que sí? —Sollocé.

—Moe, tu eres la chica más increíble y valiente que he conocido, sin contar que eres demasiado inteligente, haz hecho muchas cosas que ninguna otra tipa ha hecho, ¿En serio sólo porque ese cola de caballo te rechazo vas a dejar a los demás? Y digo, no es como que me caigan bien, pero tienes amigos aquí, a la pelusa esa como tú novio, a mi como tu amante, ¿En verdad crees que estás sola?

—Chi. —Hice puchero.

—Me caes de la verga pinche Momo Yamada. —Hanma comenzó a sacudirme con fuerza. —¡Regresame a mi Maimoe!

—Hanma no me siento bien para estar aquí. —Murmuré ya sin llorar. —De repente se me quitaron las ganas de vivir.

—¡Agh, estoy harto! ¿Dónde piñas te estás quedando?

Luego de que Hanma me llevará al departamento, tomó mi celular y marcó un número, y luego otro y otro. Pero igual no puse mucha atención, solo quería llorar, morirme y ahogarme como dijo Takemicchi.

—¿De tener una vida perfecta... tendré una muerte horrible? —Susurré. —Hanma... Por favor mátame, termina con mi sufrimiento.

—Deja de decir estupideces... Si soy Hanma, hablé con tus amiguchos sobre Moe. Ya vengan, estoy a punto de patearla porque dice puras burradas.

Cerré mis ojos y comencé a recordar cómo conocí a Draken, todo lo que hemos pasado, los malos momentos pero sobre todo los que pasábamos juntos riendo.

—Fue mi culpa, fue mi culpa. —Sollocé jalandome el cabello. —Perdoname, no debí hacer eso, lo siento, lo siento.

Me levanté y fui a encerrarme al baño, yendo a la tina para encogerme y poder llorar a gusto.

—¡Moe! ¡Por favor no vayas a hacer nada estúpido! —Exclamó Hanma intentando abrir la puerta.

—Fue mi culpa, lo siento, por favor perdóname.

¿Morir ahogada? ¿Qué habría pasado en el futuro?

—¡Moe, abre la puerta! —Exclamó Smiley.

—¡No voy a hacer nada, solo déjenme en paz! —Exclamé llorando.

Tampoco estaba tan loca como para intentar matarme, aún tenía que ver a mis padres y al abuelo.

Me acosté en la tina, mirando el techo.

—Si no hubiera hecho eso, ahorita solo estaría molesta con él. —Me dije. —Pero hubiera estado en casa, con una puerta separándonos. Moe, a veces eres una estúpida.

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NEXT LEVEL [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora