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Quiero hacer una dinámica con ustedes.

A partir de éste capítulo voy a poner una pregunta que ustedes tienen que responder. Así que están en su derecho si no quieren contestar o no lo recuerdan.

¿Cómo se llama el hombre que perseguía a Moe chikita?

Estaba en el puesto de tacos junto a Taiju, cabía resaltar que me escapé del castigo de Draken, y probablemente ahorita esté buscándome con todo y policía.

—Oye, ¿La salsa pica? —Me preguntó un chico a mi lado, con su platito con dos tacos.

—Nah, está buena, échale de la verde. —Le dije dándole una mordida a mi taco.

—Va gracias. —Murmuró y le echó toda la cucharada.

Mentalmente me estaba riendo porque sabía que le iba a picar, tipo, tengo buena resistencia a lo picoso, pero los viles mortales no.

El chico se confió de mi y le dio una mordida a su taco, no pasaron ni cinco segundos cuando dejó el plato en la mesa del puesto y comenzó a correr como loco.

Ahí si me reí a carcajadas, Taiju a mi lado solo se lamentaba por haber venido conmigo.

Ambos acabamos nuestros tacos y le pagué al señor para después irnos, vi al chico a lo lejos tomar agua con su amigo riéndose de él.

—Desventajas de conocerte, cuando se trata de salsa... Eres una maldita. —Dijo Taiju caminando hacia mi auto.

—Ay no es cierto, soy un angelito. —Hice un puchero.

Taiju manejó mi auto, yendo hacia su departamento y tras dejarlo yo fui al mío.

—¿Se puede saber dónde piñas andabas? —Exclamó Draken molesto, extrañamente tenía un mandil rosa con las palabras: "I luv Moe's". —Ya hasta te anuncie en la tele como desaparecida, casi casi ponen alerta Amber.

—Ay, solo fui a dar un pequeño paseo. —Le dije. —Me agrada tu mandil, es muy... Hogareño. Pero te faltan los tubos de cabello.

—Silencio mugrosa. Estabas castigada, ve a tu habitación.

—Pues al cabo que ni quería estar aquí, amargado.

Draken me lanzó su chancla y justo entré a mi habitación.

—¡Regresame mi chancla! Por favor.

Abrí la puerta y le lancé su chancla dándole directo en la cara.

—¡Te voy a matar!

—¡No es mi culpa tener buena puntería!

Cómo ya era de noche, Draken me habló poco tiempo después para comer.

—¿Y la salsa? —Pregunté mirando en el refri, en los muebles de la alacena, pero nada.

—Se acabó, pero no mames, ya le puse chiles a la comida, no tienes llenadera.

—Vale queso, al menos tengo mi bolsita de salsa Valentina. —Sonreí sacándola de mi chaqueta.

Luego de comer nos fuimos a asear y luego a la camita.

Al siguiente día caminamos juntos hacia la casa de los Sano para ir a despertar a Mikey. Afortunadamente ya estaba despierto por lo que Draken lo vistió rápidamente y yo lo peiné a cómo pude.

Y luego de que el abuelo le diera una tostada y una cajita de leche de chocolate nos fuimos a la escuela.

—Que flojera, ¿Yo para que quiero saber historia? No me sirve de nada. —Gruñó Mikey. —Ni la geografía ni las matemáticas. Me voy a graduar en pandillerismo con honores.

NEXT LEVEL [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora