CAPÍTULO PILOTO

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Maimoe, 12 años.

—¿Entonces? ¿Me vas a cambiar por ese güero? —Preguntó la chica con un puchero y los ojos llorosos. —Draken, no me abandones, te prometo que ya me portare bien.

—Moe, basta, Mikey ahora es mi amigo, y tú eres como mi hermana. —Dijo revolviendo el cabello de la chica.

—Pero él es fuerte, yo soy débil, seguro me vas a dejar por él. —Lloriqueó. —¡Me voy a hacer fuerte y te ganaré Mike Wazowski!

La chica se fue corriendo y los dos rubios sólo pudieron ver por dónde había ido la pelinegra.

—¿Me dijo Mike Wazowski? —Se preguntó el más enano.

—Sigue siendo una niña pequeña, no la tomes en cuenta. —Dijo el más alto virando los ojos.

Por otro lado, nuestra protagonista estaba yendo con sus dos amigos gemelos.

—¡Ayuda! —Chilló ella en cuanto abrieron la puerta. —Ouh, hola señora, ¿Y sus hijos?

—Adentro, pasa Moe. —Le dijo riendo y ella sonrió agradecida, pero en cuanto vio a los gemelos se lanzó a llorar. —Dramatica, que linda.

—¡Háganme fuerte como ustedes! —Lloriqueó. —Necesito noquear a un güerito que me quiere quitar a mi Drakencito.

—¿Qué quieres aprender? —Preguntó sonriente el mayor de los gemelos, Nahoya Kawata.

—Pero ya deja de llorar, no es bueno que siempre estés llorando. —Le dijo aburrido el menor, Souya Kawata.

—¿Soy muy llorona? —Preguntó en un puchero.

—La verdad si, pero tranquila, te ayudaremos con eso. —Bufó el menor.

El papá de los gemelos era un entrenador de boxeo, así que le enseñó lo básico para defenderse, y tras bambalinas los gemelos le enseñaban a usar toda su fuerza pero sin lograr matar a alguien.

—Si alguien va a morir seré yo. —Dijo la chica desde el suelo. —Soy un fracaso.

—Levantate, es normal que estés así de cansada, eres una chica y sobre todo una niña que no tiene mucha fuerza. Pero ya verás que en algunos meses lograrás derribar a Souya.

—Ay, ¿Yo por qué?

—Era un ejemplo, bobo.

—Bueno, supongo que ya me voy, se está apagando el cielo y Drakencito se va a enojar si llego tarde. —Murmuró levantándose adolorida.

—Recuerda no ser tan llorona. —Dijo el gruñón.

—Trataré. —Murmuró afligida. —¡Adiós señora mamá de los gemelos, vendré mañana, otra vez!

—Siempre tan energética. —Rió Nahoya.

Moe llegó después de media hora, y miró asustada a Draken quien estaba en las escaleras esperando.

—¡Llegué! —Exclamó ella y el rubio finalmente la miró.

—¿En dónde estabas? —Cuestionó seriamente, eso hizo temblar a la pelinegra.

—Estaba con mis amigos... —Dijo suave pensando que quizás no tendría un regaño.

—¿Y por qué tienes raspones? —Draken se levantó y tocó la mejilla de la chica.

—¿Por qué tantas preguntas? —Él la miró serio y ella rió nerviosa. —Cuando dije que me haría fuerte, lo decía en serio, y mis amigos me están enseñando a serlo.

NEXT LEVEL [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora