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Re fácil: en la primera cita de Moe, ¿Cuál era el código que usó Draken para los demás?

—Al fin te encuentro. —Sonreí metiendo mis manos en mi abrigo.

Hacia un buen de calor, pero la nena quería usar el abrigo que le regaló Sanzu.

—Ah, eres tú. —Murmuró cerrando los ojos y recargandose en la ventana. —¿Qué quieres?

—Bueno, no es mucho en realidad. ¿Recuerdas que querías hacer negocios conmigo? Quizás si la oferta se mantiene, podemos trabajar juntos.

Kokonoi abrió los ojos y me miró sonriente a la vez que sacaba juguetonamente su lengua.

—¿De qué estamos hablando?

°°°

—¡Llegué! —Exclamé cansada tirandome al sillón.

—¿Cómo te fue? —Preguntó Draken desde la cocina.

—Cansado, odio la vida. Apenas salí de la escuela tuve que correr al trabajo. Casi vomito por el olor de los dulces, pero logré sobrevivir.

—Tss, lamento decirte esto... Pero ya no hueles a salsa Valentina, ahora hueles a dulces. —Dijo burlón Mikey oliendo mi cabello y luego mi ropa.

—¡Ven aquí mugroso! —Exclamé abrazandolo con fuerza, enredando mis piernas en su cadera y mis brazos en su cuello. —Estoy cansadita, dame mimos.

Mikey puso su mano en mi cabeza y comenzó a dar un leve masaje, sentía que me dormía.

—Ya casi es el cumpleaños de los gemelos, ¿Les darás algo? —Preguntó Draken saliendo con unos hotdogs para después darnos uno a Mikey y a mi.

—Su familia les hará una pequeña fiesta, y me invitaron, así que sólo les daré un regalo y los llevaré a cenar o desayunar, dependiendo a qué hora sea su fiesta. —Dije medio adormilada y mordiendo el hotdog.

Mikey quiso quedarse a dormir, ¿Y cómo no? Se quedó conmigo.

—No fuiste a ningún trabajo. —Dijo cuando estábamos acostados y yo miraba mi celular.

—¿Ah? ¿De qué hablas?

—Tu olor a dulce tiene un ligero aroma a alcohol, es un perfume.

—Bueno, si me eché perfume, para no oler tanto a dulce. —Gruñí. —Pero no funcionó porque mi perfume es algo dulce.

—Deja de mentirme. —Dijo levantándose y sentándose de forma india en la cama. —Quise ir a visitarte en la dulcería que dijiste, y no estabas, cuando pregunté por ti dijeron que no trabajaba ninguna Maimoe ahí, ni una Momo Yamada.

—Mikey.

—¿A dónde fuiste?

—A trabajar.

Mikey puso sus manos en mis mejillas, acercando su cara a la mía, y viceversa.

—Deja de mentir, te conozco. No tienes ningún trabajo, ¿Qué hiciste antes de venir aquí?

Tragué saliva y ladeé la cabeza hacia la ventana.

—Quiero crear una pandilla. —Murmuré. —He estado hablando con ciertas personas... Y dijeron que lo harían.

NEXT LEVEL [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora