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Las cosas después habían ido... relativamente bien. Aunque la Toman se disolvió, aún nos manteníamos todos en contacto.

—Ya deja esa cara larga, ¿No querías ir a Disney? —Preguntó Draken dando un toquecito a mi nariz.

—Aún no pasan ni tres semanas, siento que es incorrecto. —Murmuré tomando su mano y jugué con sus dedos.

—Moe, a ella no le gustaría verte triste. —Dijo acariciando mi cabello con su mano libre. —Vamos, salgamos a dar un paseo.

—Nooo, estoy muy triste. —Lloriqueé sintiendo cómo me jalaba de los brazos y luego me cargaba en su hombro cuál costal de papas. —Al menos no me vas a tener que hacer caminar, estoy muy triste para caminar.

—Hablé con Yuzuha y Hina, se juntaran para hacer cosas de chicas.

—Con Yuzuha nooo, esa chica me quiere hacer cosas indebidas. —Hice un puchero pero obvio no lo iba a ver.

—¿Cómo qué?

—Besuquearme, estoy felizmente en una relación con Smiley, soy papa casada. Y ella no quiere respetar eso.

—Momento, ¿Paso algo entre ustedes? —Cuestionó dejándome en el suelo tomándome de los hombros.

—Ay mira, un pajarito. —Señalé al cielo.

—Moe estamos en el elevador.

—Tecnologiaaaa.

—Ya dímelo.

—Puede que haya mentido cuando les hable de ella, de que me odiaba... Esa vez del torneo de voleibol, es cierto que me golpeó, pero luego me sedució, soy muy débil.

—Aguanta, aguanta, ¿También te atraen las chicas?

—Eh... nooo, ¿Cómo crees Drakencito? —Reí nerviosa.

—Cuentame, no tengo ningún problema con que te gusten las chicas también, o si en todo caso te llegarán a gustar solo las chicas. Espera, ¿Estás con Smiley para que no descubriera tu sexualidad?

—¡No! ¿Qué te sucede? Yo si quiero mucho a Smiley, diría que lo amo pero siento que es un sentimiento muy fuerte. Cómo sea, te estaba contando. Ella me dijo que si le daba un beso quedaba perdonada, y ya ves que en esos tiempos yo era muy... Ingenua, entonces la besé y ella quiso llevarlo a otro lado, pero obvio no la deje.

—¿Y te incómoda estar con ella?

—No tan así, pero me va a dar pena que llegue a decir sus cochinadas frente a Hina, Hina es pura y tierna. Además se enoja siempre porque cuando es competencia me enciendo gacho.

—¿Y cómo va Smiley? —Cambió de tema.

—Todo cool, ya puede caminar por sí mismo, y las heridas ya están sanando, aunque Angry y su mamá son muy sobreprotectores, no lo dejan hacer nada al pobre. —Reí.

—Me alegra que seas feliz con ese cabeza de plumero.

—Uy, no andes molestando a mi chico, cabeza de huevo. —Lo molesté.

—¿Ah? ¡Ven aquí pequeña mugrosa!

—¡Cabeza de huevo! ¡Cabeza de huevooo!

—¡A mí nadie me dice cabeza de huevo y se salva de mi furia!

—¡Aguas con la hormiga!

—¿Cuál hormi...? —Me empecé a reír porque el baboso se detuvo a ver al suelo. —¡Hija de tu madre!

—¡No aguantas nada! —Reí corriendo lejos de él. —¡Mira…..!

El wey volteó hacia donde señalaba.

—... Mi dedo, Juasjuasjuasjuas. —

Draken pasó un brazo por mi cuello y con sus nudillos de la mano libre empezó a moverlos en mi cabeza.

—¡No, ya estate quietoooo! —Chillé.

Cuando él paró estaba segura que parecía espanta pájaros.

—Aish, estás viendo que no me peino y tú despeinadome más. —Bufé.

Pronto nos encontramos con las chicas, él me dejó ya que iría a ver a Mikey.

Al principio no sabíamos que hacer, y después tampoco.

—¿Y si vamos a los trampolines? —Propuse.

°°°

—¡Pinche Yuzuha tramposa! —Gruñí.

—¡Chillona! —Espetó.

—¡Ya dejen de gritar! —Exclamó Hina.

—¡No te metas! —Gritamos ambas.

—¡Le voy a decir a Draken de ésto! —Volvió a gritar la de cabello corto.

—Por eso digo que mejor hagamos las pases, ¿Qué es una trampita?

—¡Qué no hice trampa!

—¡Me jalaste el tobillo y me caí de hocico! ¡Era mi oportunidad de ganar!

—¡No ibas a ganar! ¿¡Qué no viste al gordito que iba hacia ti! ¡Te salvé de ser aplastada!

—¡Pude haberlo evitado si estaba tan gordo!

—¿¡Por qué no solo admites que te ayude!?

—¡Me gusta llevar la contraria!

—Ay Dios. —Negó Hina. —Le voy a hablar a Draken.

—Hablemos como las personas civilizadas que somos. —Propuse. —¡Te voy a mandar al cochino infierno!

—¡Vete al cuerno!

—¡A mí nadie me manda a nada!

—Señoritas, les voy a pedir que abandonen el local, están asustando a las familias.

—¡Tú cállate! —Exclamamos. El pobre chico se asustó y corrió.

—¡Hubiéramos ganado! ¡Pude haber tacleado al gordo y tú hubieras pasado!

—¡Maldita sea Moe! ¡No es una puta competencia! ¡Solo tenemos que saltar y ya!

—¡Ya llegó Draken! —Exclamó Hina. —Vamonos ya.

Ambas nos salimos con la cola entre las patas cuál perro.

—¿Me pueden explicar por qué demonios pelean?

—¡Fue ella/ Fue ella! —Nos señalamos.

—Moe, nos vamos, Takemicchi lleva a tu chica a casa, Hakkai llévate a tu hermana, gracias por haberlas traído pero creo que no fue buena idea. —Dijo tocando el tabique de su nariz.

Cada quien se fue por su lado yo subí a la moto de Draken.

—Si Emma estuviera viva, nada de esto habría pasado. —Murmuré mordiéndome el labio y tratando de retener las lágrimas.

—Moe, lo entiendo, pero no conseguirás nada si sigues alejandote de todos. Incluso Hina parecía asustada.

—Lo siento... —Susurré.

—Sé que Emma fue tu primera amiga, y después Hina, pero también se que tuviste mejor relación con Emma, iban juntas a casi todos los lados. Pero, ella ya no está... Ambos tenemos que seguir nuestros caminos, con o sin ella.

—Ta' bueno. —Hice puchero.

NEXT LEVEL [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora