64

2.2K 334 129
                                    

Dato curioso:

En un principio planeaba emparejar a Moe con Draken, es por eso que los primeros capítulos ella está celosa de Emma.

¿De qué animal o criatura son las pijamas de Moe?

—Ya deja de llorar, piensa que Emma está en un lugar mejor. —Dijo Hina viéndome junto con Yuzuha.

—Pero... —Sorbí mocos. —... la extraño tanto.

—Yo también la extraño, pero ella ahora está con su hermano.

—Pero aquí tenía un hermano también, a un próximo novio y a dos amigas, sin incluir a sus propios amigos y familiares. —Lloriqueé.

—No puede ser

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No puede ser. —Gruñó Yuzuha. —Ven, te conseguiremos una nueva amiga, amigos no porque tienes muchos.

—Tampoco quiero salir, aún tengo que vestirme como chica por la apuesta que hice con Draken.

—Perfecto, podemos salir a conseguirte algo que usar y además veremos si te conseguimos una nueva amiga, aunque no se para que quieres más si ya nos tienes a nosotras.

—Es que no lo entienden, y tampoco es por ofenderlas, son las mejores chicas... Pero Hina está casi todos los días o al menos todo el día en clases privadas, tú vives al otro extremo del barrio y casi nunca puedes venir. Edna vivía cerca y como quiera Draken o Mikey la traían o me llevaban.

—Vamos pues, te conseguiremos una amiga, o ya de plano una mascota para que no te sientas mal.

—Tampoco puedo tener mascotas, porque soy muy irresponsable.

Antes de salir de la casa Draken me pasó una bolsa en la que iban vestidos y cosas de chicas, así que no me quedo de otra más que ponermelo y además peinarme, las chicas me ayudaron a ponerme algo de maquillaje.

Para cuando salimos finalmente nos dirigimos al centro comercial más cercano. O sea, el mismo de siempre.

—Hina, ve buscando chicas. —Ordenó Yuzuha.

—En mis tiempos yo era la comandanta de éste grupo. —Me quejé.

—Silencio, veo a una vagabunda así como tú, quizás pueda funcionar. —Dijo jalandonos hacia la chica. —Holaaa, ¿Quieres ser amiga de mi amiga?

—Soy lesbiana.

—¿Y? Te dije que si querías ser su amiga no su novia.

—Lo siento, no quiero una amiga.

—Tss, gracias por nada. —Gruñó Yuzuha.

Nos retiramos de ese lugar yendo hacia el arcade, ahí ellas empezaron otra nueva búsqueda.

—Me quiero volver chango. —Bufé.

—¡Ahí, la chica de cabello de arcoiris! —Exclamó Hina y me volvieron a jalar. —Hola, ¿Te gusta la salsa Valentina?

—Prefiero la botanera.

—¡Monstruo! —Exclamé. —¿¡Qué clase de persona le pone botanera a algo!?

—¡Estás loca, Dios! —Exclamó yéndose a otro juego.

—Meh, ni quería estar con ella, se ve muy pipirisnais.

Salimos del arcade y fuimos al puesto de alitas.

—Busca, busca. —Codeó Hina a Yuzuha.

A lo lejos, vi un letrero, y de inmediato salí corriendo del local para ir hacia el otro local.

¡La edición limitada de la salsa Valentina! ¡Creí que nunca más la vería! Ja, y ese Draken decía que era una tontería.

Me formé en la fila esperando entrar a la tienda, cuando estuve dentro fui hacia el estante donde estaban las salsas y tomé felizmente mi botellita de salsa Valentina.

Al ir a pagar había una chica muy bonita, pipirisnais, muy Fancy. Y extrañamente usaba gafas de sol.

—¿Se te perdió el sol? —Pregunté burlona.

—Que chistosa, ¿Comiste payaso?

—En realidad, comí unas deliciosas enchiladas. Momento... ¡Tú eres la que me quiso sacar dinero poniéndome brakets!

—N-No, no es cierto. —Negó.

—¿Cómo no? La dentista se llamaba Ting Ningring, ¡Y tú gafete dice Ningring! —Exclamé. —Que vueltas da la vida, un día eres dentista y al otro una vendedora de salsas.

—¡Por tu culpa me corrieron de mi trabajo! —Gruñó.

—Nop, no fue por mi culpa, fue la tuya porque querías tener más dinero y a lo wey. —Le dije tocandole la nariz.

—Cierra la boca enana. —Bramó.

—Nah, es divertido pelear.

—Señora, ¿Va a comprar o nos va a dejar pasar? —Cuestionó un tipo.

—Señora su abuela. —Gruñí. —¿Qué dices? ¿Salimos a comer?

—¿Cómo así? Deberías estar molesta, ni siquiera deberías hablarme.

—Soy muy confianzuda, ¿A qué hora sales?

—A.... las dos. —Dijo nerviosa.

—Genial, vendré por ti a esa hora. Pobre de ti que no estés aquí porque te demandó. —Gruñí haciéndola asustar. —Es broma, ¡Nos vemos!

Salí bien campante del local y pronto me encontré con las chicas y otras dos chicas.

—¡Encontramos dos candidatas!

—Ya encontré una. —Les dije feliz.

NEXT LEVEL [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora