09

7.6K 1K 130
                                    

El día del festival había llegado, para desgracia o fortuna, era el día de la obra, así que luego de las primeras horas de clase, los de teatro nos fuimos a cambiar. Me sentía media incómoda con la ropa pero ya daba equis si enseñaba los calzones.

—¿Me queda bien? —Le pregunté a Mitsuya quien me estaba ayudando.

—Soy genial en lo que hago, todo lo que yo hago hace ver genial a los demás. —Dijo egocéntrico. —Ah, si, te ves bien.

Bufé mirándome al espejo, el equipo de maquillaje y peinado vino rápidamente a... Pues a eso, y luego de quedar lista tuve que ensayar un poco antes de iniciar la obra.

Junto con mis compañeros ensayamos sólo como lo íbamos a decir, la escenografía ahorita no nos importaba.

—Bien, faltan diez minutos, Moe, confío en ti. —Yo sonreí y asentí con emoción.

Después de que dieran inicio, me concentré en hacer genial mi personaje, en una breve pausa corrí a cambiarme y a que me cambiarán el peinado, continuamos con la obra y felizmente acabó.

El público nos aplaudió y yo no pude estar más feliz, eso hasta que vi a Draken y a Emma en el público. Fui a cambiarme rápidamente y sin quitarme el maquillaje jalé a Mitsuya llevándolo conmigo a la puerta trasera del auditorio.

—¿Qué mosco te picó? —Preguntó.

—Nada, quería salir de ese ambiente... Ya sabes, la mayoría son padres que están ahí para ver a sus hijos, y pues es incómodo. —Me encogí de hombros y seguimos caminando.

—¿Con quién irás al festival?

—No iré, tengo exámen el viernes de la siguiente semana, así que aprovecharé para estudiar un poco.

—¿Segura que no quieres ir? Podría ir contigo si quieres.

—Aprecio eso, pero no es lo mismo. —Reí sin ganas. —Me quedaré en casa a estudiar.

—Bueno. —Me dijo no muy convencido.

Cada uno se fue por su lado, aunque yo preferí ir a ver a los gemelos, necesitaba un apoyo femenino, y qué mejor que la madre de los gemelos.

—¿Me quieres decir qué te pasa? —Preguntó la señora Kawata.

—¿Recuerda que todos los festivales le negaba ir con sus hijos porque siempre iba con Draken porque según yo era tradición? —Ella asintió. —Pues él rompió la tradición por irse con una güera oxigenada.

—Ay Moe, ¿Qué fue lo que te dije aquella vez de la habitación? ¿O de que él comenzaba a hablar con chicas y tú se las espantabas?

—Pero eso fue porque también él espantaba a mis amigos.

—Calla y escucha. —Demandó y yo me asusté. —Ustedes dos no van a estar juntos toda la vida, en algún momento como él, tú vas a tener tu propia pareja, y si te dijera que vayan juntos al festival es obvio que tendrías que cancelar a Draken. Yo sé que era tradición, Moe, pero en algunos años cada quien tendrá su familia y esa tradición que ustedes tenían pasará a cada uno. Se separarán, sí, pero seguirán manteniendo esa tradición.

Me mordí el interior de la mejilla.

—¿Entonces debería ir con alguien? Mitsuya me propuso ir juntos pero le dije que no.

—Llamalo y dile que venga por ti, me comentaste que él había hecho una Yukata para ti, dile que te la traiga.

Cuando estaba a punto de llamarlo, él me llamó, me sorprendió pero conteste.

—¿Al...?-

—¡Ven rápido, Peyan quiere matar a Draken!

Y luego de colgar gruñí apretando mi celular y rompiéndolo  con facilidad, los gemelos bajaron con sus uniformes y sin decir nada Angry me cargó y subió a su moto.

—¡Venimos en un rato! ¡Pero probablemente sin Moe! —Exclamó Smiley emocionado.

—¡Tengan cuidado! —Apenas dijo eso, los gemelos arrancaron.

—Ese maldito Peyan hijo de la.... —Justo un auto tocó su claxon. —... ¡Lo voy a matar!

—Tranquila fiera, ya podrás descargar tu odio con todos los que quieras.

En el camino, todos los de la Toman se fueron uniendo, Baji, Chifuyu, Mucho y los demás. Nos detuvimos en el estacionamiento, cuando bajamos lo primero que hice fue correr hacia donde estaba Draken, el pobre tenía un golpe en la cabeza y estaba sangrando.

—¡Peyan te voy a matar! —Exclamé. —¿Hanma?

—¿Lo conoces? —Cuestionó Draken.

—Con él salí. —Dije molesta.

—Hola linda, es un gusto volver a verte, aunque esperaba que nos viéramos en otras circunstancias.

Gruñí protegiendo a Draken. Luego de unas sabías palabras, todos nos lanzamos a atacar a los de blanco.

Descargue toda mi furia sobre algunos, patada, izquierdazo, derechazo, gancho derecho, cabezazo, el movimiento del Rey Misterio y otros cuantos movimientos fueron a dar en los pobres a quienes me encontraba.

Eso hasta que vi a Draken pelear contra uno de la misma Toman, me asusté viendo que sacaba un arma de un palo, como pude me escurrí por Enmedio de todos, sólo para evitar que el tipo apuñalara a Draken.

—¡Ya llegó su lodo puercas! —Exclamé comenzando a darle puñetazos en la cara al tipo, lanzando el arma con mi pie lejos de él.  —¡Muere hijo de puta!

De reojo vi que Draken seguía peleando, así que sólo tomé la cabeza del tipo bajo mi cuerpo.

—Aún no es tu día de muerte. —Sonreí. —Pero cuando llegue, te prometo que estaré ahí.

Aunque fue muy tarde cuando reaccione, al parecer otro tipo había tomado el arma y ese sí había apuñalado a Draken.

Mi mundo se detuvo, no supe cómo reaccionar, las lágrimas se acumularon en mis ojos cuando vi que Draken caía al suelo. Levanté mi cabeza para ver al tipo, pero ya se había ido.

Me quedé parada, sentía mi corazón palpitar demasiado rápido, podía escuchar los múltiples bombeos que daba, mi respiración comenzo a ir demasiado rápido y pronto mi vista se nubló.

No me quise permitir un desmayo, así que tras clavarme las uñas en las palmas de mis manos me mantuve despierta, pero aún mis piernas no reaccionaban.

—¡Draken! —Vi que Takemichi había llegado y revisaba a Draken. —¡Moe! ¿¡Qué sucedió!?

Pero las palabras no salían, ni siquiera pude mantenerme en pie porque caí al sentir la falta de aire.

NEXT LEVEL [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora