Part 2 - 78

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—¿Café? —Preguntó Nahoya dándome una taza.

—Por favor. —Dije y bebí el contenido.

Hacían diez meses que habían nacido los trillizos, pero... Es algo difícil tenerlos controlados, más que nada a las dos nenorras porque se la pasan peleando entre sí.

Bomi, la mayor. Maya-mi, la de en medio. Y John Cena Ozuna el negrito ojos claros.

Ah se crean, se llama Zaotao, pero de cariño le decimos Tao.

Los tres eran un desmadre, pero obviamente las dos chamacas cuidaban mucho de su hermano menor, porque es un chillón de primera.

—¿Ese que está llorando es Tao? —Pregunté. —Te toca, ya me dolió la cabecita.

—¿Y si le decimos a mis padres que vengan por ellos?

—Andale, que buenas ideas das.

Nahoya llamó a su madre y ellos dijeron que estarían aquí pronto, mientras eso pasaba él tuvo que ir a ver a su hijo.

Cuando sus padres llegaron se llevaron a nuestros retoños a dar una vuelta.

Nuestro plan inicial era hacer cosas cochinas, pero apenas íbamos a empezar Nahoya se quedó dormido.

—La edad. —Dije divertida acomodándome al lado de él para dormir igual.

°°°

Una llamada nos llegó, a ambos de hecho, por lo que despertamos y ambos contestamos.

¡Perdóname, por favor perdóname, fue solo un segundo!

—¿Eh? —Nahoya y yo nos miramos.

—¿Qué está pasando? —Preguntó él levantándose para ponerse los chones.

¡Se llevaron a Tao, unos tipos se lo llevaron!

Mi corazón se detuvo, un frío me recorrió la columna.

—¿Y las niñas? ¿En donde están? —Pregunté comenzando a vestirme, a la vez que tratando de mantener la calma.

Ellas están aquí con nosotros, pero están llorando por su hermano.

—¿Les dijeron algo? —Cuestionó Nahoya tomando las llaves del auto y de la casa.

Dijeron que iban de parte de la familia.

Mi enojo floreció al máximo, me regresé a la casa y tomé el bate que tenía bajo la cama, luego regresé al auto y Nahoya manejo hasta donde sus padres les habían dicho.

Apenas él bajó del auto yo me cambié a su lugar y puse el seguro a las puertas.

—¿¡Qué demonios haces!? —Exclamó él tratando de abrir la puerta.

—Cuida a las niñas, regresaré con Tao. —Le dije y arranqué.

Conocía la casa de esa familia, así que no era tan difícil para mí llegar allá.

Apenas llegué me estacioné y marqué el número de Draken.

—Kenny, te quiero demasiado, por favor cuida de mis hijos, ¿Si? También cuida de Nahoya.

¿Eh? ¿De qué hablas?

—Necesito que llames a los abogados de Niell, y les digas de mi parte que ya puso la marrana.

¿Qué clase de código pedorro es ese?

—Solo hazlo.

Le colgué y fue entonces que salí del auto, pronto un montón de gente me rodeó.

—Había esperado este momento desde que esas bestias nacieron. —Exclamó feliz el jefe.

—¿Qué es lo que quieres? —Cuestioné sujetando el bate y poniéndolo en mi hombro.

—¿Crees que con eso me vas a detener? —Se burló. —Al grano, yo buscaba un heredero, y me mentiste tan descaradamente. Deshiciste el matrimonio y por si fuera poco el trato. Es justo que me quedé con uno de tus bastardos.

—¿En serio? —Reí sin gracia. —Quedatelo.

—¿Ah? ¿Así de fácil?

—¡Mami! —Exclamó Tao. Él reía feliz ajeno a lo que sucedía, aún no tenía conciencia.

—Hagamos otro trato, yo te regreso a tu hijo, sano y salvo, pero a cambio te casas con mi Inasa.

—Bien. —Asentí fingiendo parecer de acuerdo. —Pero ya estoy casada.

—No importa, te divorcias del greñudo ese, y te casas con mi Inasa.

—¿Por qué sigues tan aferrado a qué me case con él? —Apreté el mango del bate con fuerza, me estaba conteniendo demasiado.

El jefe me soltó un puñetazo casi haciéndome soltar el bate, luego me dio otro en el estómago.

—Bueno —Comenzó a hablar sujetandome del cabello. —, eres una mujer fuerte y valiente, ninguna de las perras que ha traído ha tenido el valor de enfrent...-

No lo dejé hablar y simplemente le di un golpe directo en la cabeza con el bate. Toda su seguridad estaba completamente anonadada.

Yo sin embargo no pare de golpearlo hasta el cansancio.

Pero fue entonces cuando Inasa grito.

—¿¡Qué mierda esperan!? —Exclamó.

Las armas de los guardias se dirigieron hacia Tao, corrí hacia él como pude y lo abracé. Pronto los sonidos de los disparos se escucharon. Cerré mis ojos apretando contra mi el pequeño cuerpo de mi hijo.

—¿Mami? —Escuché la voz de Tao.

Abrí mis ojos, esperando sentir dolor pero no me encontré con nada. Verifiqué que Tao estuviera bien y entonces me giré hacia los demás. Ellos yacían en el suelo con disparos en todo el cuerpo, incluso Inasa estaba herido.

A lo lejos pude ver a los abogados de Niell, y algunos policías.

—Ya van dos veces que te salvas de la muerte, comienzo a pensar que eres inmortal. —Me dijo Draken saliendo de un auto.

Sonreí y abracé a mi hijo. Las niñas también salieron del auto corriendo hacia acá, ignorando los cuerpos de los guardias, ellas abrazaron a su hermano y luego me abrazaron.

—Bueno señora Kawata, en vista de que fue por defensa personal no habrá cargos para usted. Sin embargo, logramos recuperar el dinero de la familia y como usted ordenó se irá a caridad.

Nahoya vino a abrazarme y darme besos por toda la cara, diciendo cuan preocupado estaba. Incluso me regañó por haber actuado de manera impulsiva.

Pero creo que ya todo estaba bien, ya no habían problemas o eso quería pensar.

NEXT LEVEL [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora