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Otro día de escuela, de flojera, hambre, sueño y ganas de patear a los profes. Todo iba bien, ya había salido de clases y ahora iba de camino a mi hogar, eso hasta que Kisaki se me paró al frente.

—Quiero hablar contigo. —Dijo seriamente.

—Claro, ¿Hablamos aquí o en otro lado? —Pregunté tranquila.

—En otro lado. —Murmuró con una sonrisa.

Dejé que me guiará, pero entre más nos alejabamos de las personas, más me sentía insegura.

—¿De qué quieres hablar? —Pregunté alerta, no me sentía cómoda estando a solas con él.

—Hace unos días dijiste que no era justo que interfiera en la relación de Hina y el otro tipo. —Yo respondí con un 'Ajá'. —Considero que no eres mi amiga entonces.

—¿Y como por?

—Los amigos se apoyan en las decisiones del otro, y tú no me apoyaste. —Dijo acercándose, pude ver qué tenía una mano en su bolsillo, así que comencé a retroceder. —Me temo que ahora que sabes eso, no debes...-

Kisaki sacó una navaja, y como siempre me paralice, odiaba congelarme en momentos así.

—Oi, Kisaki, ¿Vas a atreverte a dañar a mi chica? —La voz de Hanma se hizo presente. —Si tú llegas a ponerle un dedo encima, no me importará quién seas.

—Hanma. —Gruñó Kisaki guardando su navaja.

El pelinegro se puso frente a mi, a su vez haciéndome más para atrás como poniendo una barrera entre el moreno y yo.

—Es mi chica, así que no te metas con ella, ¿Entiendes? —Bramó y tras tomar mi mano nos sacó de ahí.

Caminamos un buen rato hasta que él habló finalmente.

—¿Por qué te relacionas con ese tipo? —Preguntó con molestia.

—Bueno, debería preguntarte lo mismo. —Dije mirándolo.

—Moe, Kisaki no es un buen tipo, así que no te acerques a él.

—No es como si tú fueras el mejor tampoco eh.

—No estoy hablando de mi. —Gruñó y tras verlo completamente serio, supe que no bromeaba como usualmente haría. —No te acerques a él, no sabes de lo que es capaz. Yo sé que siempre estoy bromeando pero por primera vez no lo hago. No quiero que te haga daño.

Seguimos caminando, yo detrás de él.

—Aunque eres muy fuerte al momento de pelear, en situaciones así siempre hay alguien que te salva. —Rió sin gracia. —Aquella vez con esas chicas, si tus amigos no hubieran llegado, era una paliza segura a esas chicas de mi parte.

—No necesito que me defiendan. —Dije a modo de reproche.

—A veces es necesario que otros te defiendan. —Murmuró. —Bueno, me largo, se me pasó el camión para ir a mi casa, tuviste suerte de que eso pasara y te salvara de ese lunático. Ah, otra cosa. Qué feo que me cambies por esa pelusa rosa, pero igual siempre seguirás siendo mi chica. ¡Nos veremos de nuevo mi amor!

Hanma se fue y yo pude seguir mi camino.

Decidí comprarle unos chilaquiles a Draken, así que pasé al local y esperé hasta que me los dieran, después de pagar salí y luego de unos minutos llegué a casa.

Draken no estaba así que dejé las cosas en el refrigerador, y fui a darme un baño en la tina. 

Aún no podía creer que Kisaki hubiera tratado de dañarme, o matarme, sea cual sea que hubiera sido su objetivo, Hanma me ayudó y se lo agradezco.

No sé cuánto había pasado en la tina, pero mis dedos se sentían como pasas. Me envolví en la toalla y salí hacia mi habitación, me cambié por mi pijama de dinosaurio con mis pantuflas de garritas y luego fui a la sala para poner el maratón de Monsters High.

Me sentí solita, como insegura e incómoda, así que llamé a Hina y ella llamó a Emma. Cuando llegaron ellas se encargaron de darme cariño amor y comprensión. Entre nosotras terminamos de ver el maratón hasta que Draken llegó.

Les pedí a las chicas que se quedaran conmigo como a una pijamada, y luego de llamar a sus familiares se quedaron, les di unas pijamas y ellas sacaron productos de belleza de sus bolsos para ponernoslos.

—¿Ya has hablado con Smiley? —Preguntó Emma poniéndome una mascarilla.

—Noup, me da penita pero tengo que hacerlo algún día. —Murmuré.

—Ah, ¿recuerdan aquellos tiempos en los que Moe nos amenazó y casi nos quería golpear? —Se rió Hina con ternura mientras me peinaba con una trenza.

—Si quieres te golpeo, para que no se pierda la costumbre. —Le dije en broma.

—Así estoy bien, gracias.

—¿Y si hacemos un karaoke? ¿O fingimos que somos Idols? —Propuso una emocionada Emma encendiendo mi televisión para después poner YouTube y colocar canciones de Kpop.

—Yo la verdad no te sé el coreano. —Dije.

—No pues ni nosotras, sólo finjamos que estamos en un fanmeeting. —Dijo poniendo una mesa frente a mi cama, las Hina y yo nos sentamos mientras que Emma fingía ser nuestra fan.

Nos pasamos un rato haciendo eso, luego bailando a como entendiamos, aunque nos aprendimos unos cuantos pasos de unas canciones, luego hicimos una supuesta sesión de fotos.

Ya para cuándo nos dimos cuenta, Draken estaba en la puerta mirándonos jugar con unas Barbies.

—¡No mames, asustas imbécil! —Exclamé lanzandole mi pantufla de garrita. —Regresame mi pantufla porfis.

Draken tomó mi pantufla y camino hacia nosotras, mostrando el muñeco Ken. Simulamos jugar a qué Draken era el príncipe y Emma la princesa, pero Hina era una malvada bruja y que según yo era la guerrera que pelearía con Hina.

Después de un tiempo jugando, nos pusimos a ver Barbie escuela de princesas y nos dormimos, cuando sentí Draken nos había cargado poniéndonos en la cama y tapandonos, luego apagó la luz y se fue cerrando la puerta.

NEXT LEVEL [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora