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—¿Fiesta en casa de los gemelos? Yo jalo. —Sonreí mirando mi celular.

—Lo más seguro es que lleven bebidas, así que de una te aviso que no vas a tomar. —Advirtió Draken.

—Aish, aguafiestas. —Gruñí.

La fiesta sería a las cinco, lo más probable es que termine al siguiente día. El motivo por el que hacían su fiesta era porque... Ni idea la verdad, pero los padres de los gemelos iban a celebrar su quién sabe cuál aniversario y se habían ido de viaje.

—¿Un traguito se puede? —Hice mis mejores ojos del gato con botas mirando a Draken. —Andale, prometo no ser mala copa.

—Ya veremos dijo el ciego. —Dijo. —Iré por Emma, ¿Quieres ir?

—¿Irá Mikey a la fiesta?

—Obviamente.

—Nah.

—Me caes mal. —Gruñó saliendo de casa.

Aproveche para ir a darme un bañito, porque ya era justo y necesario, después de eso me arregle bien perra diva empoderada, incluso me puse un poco de maquillaje y dejé suelto mi cabello.

Cómo aún no llegaba Draken me puse a ver mi celular, pero en eso recordé la carta de la abuela.

Corrí hasta mi mueble y lo tomé, sentándome en la cama para comenzar a leer.

“Querida Momo, no tengo idea de cuánto tiempo pueda seguir con este dolor. Te extraño tanto que he pedido a los mejores buscadores que te encuentren, sin importar el precio...”

Órale, estos riquillos hacen todo con dinero. Cómo dice el dicho, con dinero baila el perro. Prosigamos.

“... Pero después de que tus padres dejaron de buscarte, yo no perdía las esperanzas de que estuvieras una vez más en mis brazos. Momo, te quiero tanto que incluso todas las noches te sueño...”

Eso suena muy pinche raro.

“... Me gustaría poder verte una vez más pero no creo poder llegar. Momo, si ya no te vuelvo a ver, pero regresas a casa, espero que leas ésto. He hecho mi propio testamento, y puse todas mis pertenencias a tu nombre, espero puedas disfrutarlo tanto como yo lo hice en su momento.

Te quiere, tu abuela Lia.”

Pues... Esta bonita. Uy, Draken ya llegó.

—¡Apúrate Moe! —Exclamó Draken desde afuera. Tomé mi mochilita con mis cosas y salí de la casa.

—¿Achis, y yo con quién me voy? —Hice un puchero viendo que Emma estaba en la moto de Draken.

—Ya viene Mikey. —Dijo Draken.

Apenas llegó el enano subí a su moto y me aferré en chinga a su torso porque al baboso se le ocurrió acelerar y casi me caigo.

—Ay perdón. —Se burló.

Aprovechando que mis manos estaban en su estómago le piqué una mini lonja que tenía y se quejó.

—Suelta-aaaAaAAaa. —Exclamó riéndose.

Luego agarré su lonjita y la apreté.

—¡Kenchin, Moe me está manoseando!

—¡Moe, sucia! —Rió Emma.

—Ya sueltame o no respondo. —Sonrió perverso.

—Callese mugroso. —Reí volviendo a poner mis manos sobre su abdomen. —¿Has sabido algo de Baji?

—No, Takemicchi dijo que se encargaría de tráelo de vuelta a la Toman, pero no sé qué pasará. —Suspiró. —Espero que regrese.

—Si, yo también. —Murmuré agachándome para recargar mi cabeza en su hombro, incluso sentada era más alta que Mikey.

Para cuando llegamos a la casa de los gemelos, ya se escuchaba el reguetón del viejito desde afuera.

—Aydiomio. —Murmuré viendo que Hakkai se salía de la casa y vomitaba en las macetas de la señora Kawata. —Tss, se va a molestar muy feo.

—Vamos. —Dijo Draken sujetando por la espalda a Emma mientras que Mikey se paraba casi de puntitas para pasar su brazo por mis hombros, pero yo creo se cansó porque después puso sus manos en mi cintura.

Al entrar todos estaban bien ambientados cantando Candy de Plan B.

—¡Moe! —Exclamaron los gemelos viniendo por mi y jalandome para ir a la sala donde se supone es el centro de la pista de baile.

Andaba bien perdida, pero luego me eché los pasos prohibidos y todos gritaron emocionados.

—¡Eh! ¡Eh! ¡Eh! —Ambos gemelos se acercaron a mi y comenzaron a bailar conmigo.

—¡Epale, los estoy viendo! —Exclamó divertido Draken bebiendo algo.

Después se escuchó la canción de “Puto” y todos la cantamos emocionados señalandonos unos a otros divertidos.

Mikey puso payaso de rodeo, pero como no sabíamos bailarlo nos pisabamos empujamos unos a otros. Pusieron nuevamente el reguetón y yo me cansé por lo que fui a buscar algo de tomar.

—¿Y esto qué? —Pregunté señalando los vasos.

—De a cincuenta cada uno. —Dijo Chifuyu.

—No mames, bien caro, dame un agua.

—El agua sale en cien. —Dijo. —Son negocios Mija.

Gruñí tomando un refresco de dudosa procedencia, pero me lo tomé en chinga y corrí de regreso a la pista. A lo lejos vi que Emma y Draken se andaban dando sus besotes y sonreí feliz por ellos, aunque todavía ninguno de los dos se decidía a decir sus sentimientos por el otro.

—¡Juguemos verdad o retoooo! —Exclamó ya bien soñado el Mitsuya. —Moe ponte enfrente de mi.

—Ora. —Me reí.

Los capitanes y subcapitanes se sentaron alrededor, Takemicchi y Hina se pusieron de frente, al igual que Draken y Emma.

—Abrete a la.... —Le dijo Mitsuya a Smiley.

—No, allá hay más lugar. —Dijo el durazno con una sonrisa muy feliz. —Me agrada estar frente a Moe.

Mitsuya gruñó y jaló la chaqueta del gemelo mayor haciendo que el menor se molestará, pero mientras esos weyes se peleaban por quién iba a estar frente a mi, Chifuyu les ganó.

—Ya siéntense par de imbéciles. —Les dijo Draken. —Empecemos entonces.

Mucho puso una botella de cerveza al centro, y la hizo rodar. Mikey dejó caer su cabeza en mi hombro mientras Hina le preguntaba algo a Chifuyu. Continuaron con retos y verdades, pero a mí no me tocaba.

—Ay ya que me toque a mi. —Lloriqueé.

—Ya ahorita te toca. —Me dijo Draken.

Y justo pasó, tocó de Angry para mí, Smiley se le acercó susurrandole algo en el oído, Angry lo miro como si estuviera loco pero tras un asentimiento, Angry me miró.

—Te reto a besar a Smiley. —Dijo.

NEXT LEVEL [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora