Capítulo 23

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MICHELLE

Llegamos sobre las nueve y diez a la fraternidad y el ambiente no ha cambiado demasiado al de la otra vez. El jardín está lleno de unos que bailan o por lo menos lo intentan, otros vomitando por cada esquina que ven e incluso algunos que se han emborrachado antes de tiempo y están tirados al otro lado de la valla riéndose tontamente.

Aparco el coche un poco antes de llegar a la puerta principal, porque ya solo me faltaría que algún borracho vomitara cerca de él. Emily sale directa a entrar, pero la detengo antes.

– Em, espera – la sostengo de la muñeca – recuerda una hora, solo una y nos vamos. – señalo mi reloj y cronometro una hora.

– Vaaale, pero vamos a aprovecharla y ha divertirnos. – intercambia mi mano por la suya y tira de mi – yo guardaré las llaves.

Emily y yo vamos directas a entrar. El olor a cigarro es increíblemente fuerte, se cuela por mi nariz haciendo que lleve la mano a ella antes de que estornude. Cuando llegamos a la cocina el olor es sustituido por el del alcohol, la mesa central esta llena de todo tipo de botellas, desde cervezas a distintas botellas de ron, ginebra etcétera.

– ¡HEY! HAS VENIDO, MICHELLE. HOLA EMILY – nos saluda chillando por la música tan alta y con dos bebidas en la mano.

– ¿tenía otra opción? – le preguntó, irónicamente.

– ¿Siendo Em tu compañera de cuarto? Lo dudo – contesta riéndose – ¿Qué queréis de beber?

Después de un rato esquivando a las personas para salir de la cocina, los tres llevamos nuestras bebidas. Emily vodka con cerveza, yo con agua y Thomas con su primera cerveza o eso dice él.

Cruzamos todo el salón hasta llegar al final donde estaban colocados los dos sofás de la otra vez. Allí están Nate, West y Alice, pero por lo que se ve James y Melody no se les ve por ninguna parte.

– Hola chicas –

West nos saluda y se hace a un lado para dejarme un lado, mientras que Emily se lanza, literalmente hacia Nate para comenzar a morrearse.

– Hola – saludo.

– ¿Dónde están Melody y James? – pregunta Emily despegándose de los labios de Nate.

Puede que, si me importe donde este Melody, ella es muy agradable, aunque tan solo pude hablar con ella en la comida, pero James, él como si se pierde en una isla desierta.

– Han ido a por dos cervezas – nos explica – ¿no os los habéis cruzado? – pregunta Nate.

Parece que mi idea de que este perdido se esfuma. – cincuenta minutos – es lo que me queda para irme, me repito mentalmente.

– Venga, ¿Por qué no jugamos a La verdad? – pregunta Alice animándonos a jugar mientras se hace hacia delante en el sillón.

– ¿En serio quieres jugar a eso? – interrumpe James apareciendo y sentándose enfrente de mi con Alice a su lado y al otro Melody.

Cuarenta y siete minutos, cuarenta y siete minutos, me repito.

– ¿Qué es eso de La verdad? – le pregunto susurrando a West.

Parece que no lo digo tan bajito cuando Alice lo escucha y se dirige a explicármelo:

– Te explico. Se trata de hacernos preguntas entre nosotros, y bebes si no quieres contestar, o si te parece estúpida la pregunta.

Preferiría no jugar y mantenerme tan solo a observar, pero me siento en la situación de no negarme. Por la poca luz que hay ninguno se habrá percatado de mi cicatriz así que tal vez ninguno me pregunte por ella, pero espero también que no sean preguntas algo más privadas. Siendo honesta espero que sean preguntas tipo – ¿cual es tu película favorita o tu helado o tu cantante? –

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