Capítulo 24

50 7 0
                                    

MICHELLE

Después de un rato a paso rápido volvemos James y yo a la fraternidad donde la fiesta casi ha acabado. Aun quedan algunas personas en el salón bailando lentamente apunto de caer rodando al suelo, pero parece que se sostienen. De momento.

Voy buscando a Emily como una loca para que podamos volver al cuarto, pero no la encuentro. Voy primero a la cocina y nada, en el saló tampoco esta y decido buscar en la habitación de Nate. Nada. El único lugar que me queda es el cuarto de Thomas, pero dudo que este allí. Una vez estoy frente a la puerta de Thomas la abro lentamente y tan solo lo encuentro a él tumbado en su cama boca arriba, con las manos en el abdomen y la boca entreabierta.

No me puedo creer que se haya ido. Ni siquiera me he fijado si mi coche seguía aparcado fuera, pero esta claro que aquí dentro no está, ni ella ni las chicas ni Nate ni West. Se han ido todos. Bajo rendida por las escaleras y vuelvo a la cocina en busca de un vaso de agua. Tengo la garganta seca y un nudo formado en ella que al parecer no desaparece.

– Nate y Emily están en tu habitación, habían salido a buscarte. – me informa entrando en la cocina y quedándose al otro lado de la encimera de brazos cruzados observándome detalladamente. – Los demás se han ido también.

– Menos Thomas, él esta como si se hubiera caído del piso de arriba en su cuarto – declaro terminándome lo que queda de mi vaso de agua.

– He pensado... – se interrumpe llevándose las manos a los bolsillos – ...que podías quedarte a pasar la noche.

– Bien – respondo sin ganas.

– Bien

Nos sumimos los dos en un extraño y algo incómodo silencio hasta que decido llenarlo mientras me levanto y rodeo la encimera acercándome de nuevo a la botella de agua y llenándome de nuevo el vaso.

– ¿Tienes algunas pastilla para la cabeza? – le pregunto volviéndome a él mientras me apoyo en la encimera.

– Claro, coge tu móvil, el vaso y sube conmigo – me dice rodeándome y saliendo de la cocina.

Sigo a James y subimos las escaleras hasta llegar a su cuarto. Y al de Nate. La última vez que estuve aquí para recoger a Emily terminamos discutiendo como todas las demás veces y no pude fijarme en cada detalle. Su cuarto es algo más grande que el mío, la parte de Nate esta llena de posters de jugadores de fútbol americanos, que me recuerdan a Roy y otro demás de muchas charlas que se hacen en el campus. El lado de James es mucho más simple, unas cuantas banderas de equipos de baloncesto y dos camisetas colgadas con los números de sus jugadores favoritos supongo.

– Toma – arrodillado en el suelo me pasa la pastilla y se levanta en dirección al armario abriendo un cajón.

Me tomo la pastilla con el vaso de agua entero y lo dejo en la mesa cuando noto que sigo temblando y me llevo los brazos al cuerpo buscando algo de calor corporal. Me doy la vuelta y James me tiende una sudadera.

– Ponte una de las mías – me ofrece – te diría que fueras al baño, pero lo más seguro es que haya alguien borracho en el atrancando la puerta. Estaré abajo por si necesitas algo, cámbiate aquí.

Dicho esto, sale del cuarto dejándome sola y hago lo que me dice. El vestido esta empapado, aunque no del todo. Se me ha pegado al cuerpo como una segunda piel y me cuesta sacármelo hasta que lo consigo y dejándome solo las braguitas y las zapatillas me coloco la sudadera e intento peinar un poco el pelo hasta que decido hacerme un moño.

Bajo a la cocina cuando ya estoy lista y me encuentro a James recogiéndola con una bolsa de basura negra en las manos. No nota mi presencia cuando entro y comienzo a recoger algunos vasos de plástico de la encimera y del suelo hasta que me acerco y los dejo caer en la bolsa.

HeridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora