Capítulo 33

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MICHELLE

– ¡ARRIBA CUMPLEAÑERA!

Pego un salto de la cama aterrizando en el suelo envuelta por la sábanas, después pegarme un tortazo con la sien en el suelo.

– ¡Au! – me quejo mientras intento sacar un brazo de entre las sábanas y me lo llevo a la sien frotándomela.

Por favor dejarme de dormir que no soy persona todavía.

– Vamos levántate dormilona – escucho la voz poco imitable de Emily y sus brazos sobre mis hombros moviéndome – venga que no se cumplen diecinueve todos los días. Primer plan, llevarte a desayunar.

Me levanto con su ayuda como puedo y me froto los ojos. Cuando al fin consigo enfocar algo la vista, me doy cuenta de que todos están dentro del cuarto. Incluso Alice y Melody sujetan una pancarta enorme, felicitándome el cumpleaños. Nate y West al lado de cada una y Thomas y James apoyados en el marco de la puerta con los brazos cruzados. Esta claro que por la mañana estos dos son la alegría de la huerta.

– No podéis dejarme dormir diez minutos más – les suplico dejándome caer de nuevo en la cama con los brazos abiertos.

– De eso nada señorita – de forma rápida Nate y West se colocan a mi lado cogiéndome cada uno de los brazos y sacándome de la cama – o vamos contigo en pijama o tienes diez minutos para cambiarte.

Elijo la segunda opción y cuando les prometo no volverme a meter en la cama, me dejan sola en el cuarto para que pueda cambiarme.

– Te esperamos abajo – me avisa Melody, que es la última en salir.

Dejando a un lado mi promesa me siento a los pies de la cama durante unos minutos mirando a la nada, rodeada aun por las sábanas y es cuando entro en conciencia de que de verdad se van a tomar muy enserio celebrar mi cumpleaños. Tan solo hay que mirar la pancarta. Letras grandes y ovaladas con purpurina a mogollón y estrellitas por todas partes.

Al final me levanto, antes de que tiente a la suerte y suba Emily a pasos grandes y termine sacándome de aquí a medio vestir. De mi bolsa saco unos vaqueros azules y una camiseta de manga corta grande. Antes de colocarme debajo me pongo una de manga larga blanca, muy finita y después la de manga corta. Esta es negra y con un dibujo de un coche en llamas. La arreglo de tal forma que la parte larga caiga por delante y atrás sea un poco más corta. De calzado opto por unas deportivas blancas y ya estoy lista.

Bajo las escaleras a toda prisa mientras me hago una coleta alta, y cuando llego al salón los veo a todos sentados en el sofá esperándome.

– ¿A dónde vamos? – pregunto apretándome la coleta y guardando mi móvil en el bolsillo trasero de mi pantalón.

– Al final de la calle, en la esquina hay una cafetería, con el mejor café que hayas probado – Thomas me pasa un brazo por detrás de mi mientras nos dirigimos a la puerta.

– Podríais haber empezado por ahí – replico riendo – no funciono sin una taza de café.

– También hacen unos gofres con nata y chocolate que están para chuparse los dedos. – me avisa Alice, cerrando la puerta de la cabaña cuando estamos todos fuera.

Recorremos toda la calle hasta la esquina y nos topamos con la cafetería. Es pequeña pero preciosa por dentro. Tiene un rollo a la cafetería de Luke en Gilmore Girls, con una barra larga y unos taburetes altos de color rojo, además de unas cuantas mesas. El olor a café es lo que hace que comience casi a babear solo de pensar en lo bueno que debe estar por como huele. Aunque también se puede diferenciar el olor a gofres con chocolate.

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