MICHELLE
– ¡ARRIBA CUMPLEAÑERA!
Pego un salto de la cama aterrizando en el suelo envuelta por la sábanas, después pegarme un tortazo con la sien en el suelo.
– ¡Au! – me quejo mientras intento sacar un brazo de entre las sábanas y me lo llevo a la sien frotándomela.
Por favor dejarme de dormir que no soy persona todavía.
– Vamos levántate dormilona – escucho la voz poco imitable de Emily y sus brazos sobre mis hombros moviéndome – venga que no se cumplen diecinueve todos los días. Primer plan, llevarte a desayunar.
Me levanto con su ayuda como puedo y me froto los ojos. Cuando al fin consigo enfocar algo la vista, me doy cuenta de que todos están dentro del cuarto. Incluso Alice y Melody sujetan una pancarta enorme, felicitándome el cumpleaños. Nate y West al lado de cada una y Thomas y James apoyados en el marco de la puerta con los brazos cruzados. Esta claro que por la mañana estos dos son la alegría de la huerta.
– No podéis dejarme dormir diez minutos más – les suplico dejándome caer de nuevo en la cama con los brazos abiertos.
– De eso nada señorita – de forma rápida Nate y West se colocan a mi lado cogiéndome cada uno de los brazos y sacándome de la cama – o vamos contigo en pijama o tienes diez minutos para cambiarte.
Elijo la segunda opción y cuando les prometo no volverme a meter en la cama, me dejan sola en el cuarto para que pueda cambiarme.
– Te esperamos abajo – me avisa Melody, que es la última en salir.
Dejando a un lado mi promesa me siento a los pies de la cama durante unos minutos mirando a la nada, rodeada aun por las sábanas y es cuando entro en conciencia de que de verdad se van a tomar muy enserio celebrar mi cumpleaños. Tan solo hay que mirar la pancarta. Letras grandes y ovaladas con purpurina a mogollón y estrellitas por todas partes.
Al final me levanto, antes de que tiente a la suerte y suba Emily a pasos grandes y termine sacándome de aquí a medio vestir. De mi bolsa saco unos vaqueros azules y una camiseta de manga corta grande. Antes de colocarme debajo me pongo una de manga larga blanca, muy finita y después la de manga corta. Esta es negra y con un dibujo de un coche en llamas. La arreglo de tal forma que la parte larga caiga por delante y atrás sea un poco más corta. De calzado opto por unas deportivas blancas y ya estoy lista.
Bajo las escaleras a toda prisa mientras me hago una coleta alta, y cuando llego al salón los veo a todos sentados en el sofá esperándome.
– ¿A dónde vamos? – pregunto apretándome la coleta y guardando mi móvil en el bolsillo trasero de mi pantalón.
– Al final de la calle, en la esquina hay una cafetería, con el mejor café que hayas probado – Thomas me pasa un brazo por detrás de mi mientras nos dirigimos a la puerta.
– Podríais haber empezado por ahí – replico riendo – no funciono sin una taza de café.
– También hacen unos gofres con nata y chocolate que están para chuparse los dedos. – me avisa Alice, cerrando la puerta de la cabaña cuando estamos todos fuera.
Recorremos toda la calle hasta la esquina y nos topamos con la cafetería. Es pequeña pero preciosa por dentro. Tiene un rollo a la cafetería de Luke en Gilmore Girls, con una barra larga y unos taburetes altos de color rojo, además de unas cuantas mesas. El olor a café es lo que hace que comience casi a babear solo de pensar en lo bueno que debe estar por como huele. Aunque también se puede diferenciar el olor a gofres con chocolate.
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Heridas
Romance¿Cuánto tiempo se supone que tardas en cerrar una herida?, ¿meses, años...?, esa pregunta ronda la cabeza de Michelle todas las noches. Todavia no hay respuesta claro. Ella tiene 18 años y este, va a ser su primer curso en la universidad. ¿Su plan...