Capítulo 45: Parte 2

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MICHELLE

Terminamos comprado dos pizzas de jamón y queso, que entre risas y cotilleos ya nos habíamos acabado la primera y estábamos abriendo la segunda. Me lo estaba pasando demasiado bien y es que no hay nada mejor que amigas y pizzas. Durante toda la noche hemos estado hablando de cada uno de los chicos de la universidad y de los cotilleos que me contaban ellas.

Me levanté a por otra botella de agua, pero cuando volví a sentarme de piernas cruzadas y cogí otro trozo de pizza noté tres miradas pendientes de mi.

– ¿Qué os pasa? – les pregunto mientras volvía a dejar el trozo de pizza en su sitio.

– Durante toda la noche te has reído de todas y cada una de las tontería que decíamos y te has enterado de muchos de los cotilleos, ¿seguro que no tienes nada que contarnos? – me pregunta Alice mientras las demás solo observaban aguantándose las risas.

– Amm... que yo sepa no, ¿chicas de que va todo esto? – declaro de lo más confusa. No sé a lo que se refieren. A mi no me ha pasado nada y yo no se manejarme en la incertidumbre.

– ¿Qué pasa entre tú y James? – pregunta Melody soltando de una vez su incriminatoria.

– Melody... – se queja Alice – queríamos que lo dijera ella – le propina un golpe en el hombro a Melody mientras no pueden parar de reír las dos.

Así que era eso lo que les rondaba por sus cabecitas. Viniendo de ellas me lo podía esperar, ahora solo quedaba darles explicaciones porque sino no me dejaran en paz.

– No hay nada entre nosotros. – comento defendiéndome, pero esta vez sin tanta firmeza y es que ni yo misma sé que somos o que hay entre nosotros.

– No somos imbéciles, conocemos demasiado bien a James y ahora te conocemos a ti – replica Emily

Eso si que lo dudo mucho.

– Os pasasteis todo el viaje de ida y de vuelta los dos sentados delante en el autobús y tú no apartaste la cabeza de su hombro. En más de una ocasión os quedasteis vosotros dos solos en la cabaña, no me digas que no hicisteis nada de nada. ¿Quieres más datos? – inquiere Emily llevando un baso de agua a sus labios.

– Por no olvidar que eres la única persona que conocemos con los ovarios bien puestos que consiguió lo que todos llevamos un año intentando y es que se subiera al coche. En más de una ocasión nosotros lo intentamos y...

– Os mando a la mierda, lo sé – dije terminando la frase por ella. – que os puedo decir, la primera vez también me mandó a la mierda, pero soy demasiado cabezota como para darme por vencida. – acabo por contarles llevándome un trozo de pizza a la boca.

De verdad que no me podía creer que las chicas estuvieran al tanto de todos los momentos en los que estuvimos James y yo a solas y que yo sepa cuando fuimos de camino a la cabaña estaban casi todas dormidas cuando yo me cambié de sitio. Las tres juntas parecían el FBI.

– A demás señoría Smith tengo más cosas que aportar al caso – Emily se levanta y se pone andar de un lado a otro con las manos cruzadas detrás de su espalda. – dígame si es cierto que James le pidió que le acompañara a uno de sus partidos, donde horas más tardes volvió con su sudadera puesta. – contraataco Emily de nuevo.

Aquello si parecía un interrogatorio siendo Emily la policía y Alice y Melody sus fieles testigos que apoyaban sus conclusiones. Mientras que yo solo era la acusada, que interrogaba en una sala, a la vista de sus testigos. Ante su declaración sobre lo del partido. Abrí tanto los ojos que pensé que se me saldrían de las orbitas.

– ¿Estabas despierta, cuando llegué? – le pregunté con un tono cargado de tanta curiosidad como pude.

– No, que va no lo estaba, para cuando tu viniste yo ya estaba en el quinto sueño – hizo una pausa, quintándole importancia. – pero esta mañana he podido observar su sudadera estirada en TU cama y como no, llevaba su número... 11. Señorita Michelle ha sido acusada de noviazgo secreto.

Las tres toman un sorbo de sus vasos y yo solo me limito a mirarlas sin saber que cara poner o que decir después de saber toda la información que sabían.

– Puede... que lo besará – solté sin más.

Las chicas casi se atragantan bebiendo y comienzan a toser mientras no pueden parar de reír y es que para estar bebiendo agua toda la noche cualquiera que nos viera diría que estamos por nuestra quinta cerveza.

– Lo sabía – dijo Alice – me debes diez dólares – le repuso a Melody con una sonrisa de oreja a oreja.

A cada día y momento que las conocía más, me reafirmaba que se llevarían genial con Roy y hasta este momento lo tengo aun más claro, serian los cuatro mejores amigos. Se emocionaban hasta con una mosca.

– ¿Cuándo fue? – me pregunto Alice sentándose al lado mío.

La verdad es que nos hemos besado un par de veces y no sé cual de ellas contarles porque si les contara todas y cada una de las situaciones se morirían aquí mismo de la emoción, y siendo sincera no sabría que hacer con tres cadáveres de universitarias.

– Cuando volvimos de la cabaña nos sentamos los dos delante, bueno pues cuando el autobús llegó a la fraternidad, se levantó bajó su bolsa, después de la mía y por último se despidió plantándome un beso en la boca. – al final acabe confesando.

Las chicas acabaron tirándose en el suelo, yo no pude contener más la risa y me uní a ellas sin poder dejar de reír. Éramos un grupo de chicas de lo más dramáticas y creí que nunca diría esto de nuevo, pero eran mi grupo de amigas y éramos las reinas del drama.

El resto de la noche la pasamos viendo películas románticas una detrás de otra sin poder parar. Con cada una que poníamos acabamos llorando, pero eso no nos detenía a poner la siguiente.

Al final acabamos el maratón de películas mirando la bella y la bestia, que era una de mis películas favoritas de Disney y Emma Watson una de mis actrices favoritas.

– Será mejor que recojamos esto antes de irnos a dormir – propongo levantándome mientras cierro las dos cajas de pizza. Melody y yo lo recogemos todo mientras que Alice y Emily lo organizaban para que las cuatro podamos dormir en el cuarto.

Melody y yo bajamos a la calle con una bolsa de basura para tirarla y antes de volver a subir me detiene cogiéndome de la muñeca haciéndome dar la vuelta.

– Sabes, conozco a James y desde que estoy con él en la universidad no te voy a mentir se ha tirado a muchas chicas, pero ni una sola la hemos conocido como su novia, mientras que tú eres la primera a la que le regala algo exclusivo en su cumpleaños y la única que le acompaña a un partido a parte de nosotras. – hace una pausa Melody recuperando el aire – a lo mejor suena una tontería y algo que podría hacer con todas, pero se nota a lo lejos que le importas.

No sé muy bien como reaccionar ante su confesión o a lo que podría ser eso, pero me gusta por su parte que fuera tan directa.

– Siendo verdad, no tengo claro lo que siento hacia él, pero si sé que hace mucho me hicieron daño y aun me cuesta volver a abrirme, pero él para mi también es importante simplemente porque es el único que sabe que decir ante mis silencios, y que son abundantes. – no sé muy bien porque digo eso, pero sentí la necesidad de decírselo a Melody, porque había cogido mucha confianza con ella.

Las dos nos quedamos sumidas en un silencio para nada incomodo, hasta que fue ella quien decidió romperlo de nuevo.

– Bueno pues ahora vamos a dormir porque yo no sé tú, pero yo me muero de sueño – me confeso mientras paso su mano por detrás de mi cuello y fuimos subiendo de nuevo al cuarto.

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Ya teneis nuevo capítulo, espero que os guste y nos vemos el martes con el siguiente no lo olvidéis.

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