MICHELLE
Fitzwiliam Darcy ese hombre creado por Jane Austen uno de los personajes de la literatura romántica inglesa, se podría decir que es el único que me tiene enamorada actualmente.
Por la mañana bajamos a la piscina a pasar el día porque hoy a decidido no salir demasiado el sol. Hemos vuelto a intentar aprender hacer pádel surf y lo he decir todo, me he podido mantener más de un minuto en pie, casi le he dado la vuelta a la piscina. Por lo menos hasta que os chicos han decidido tirarse de bomba y ya sabéis como he acabado.
Después hemos terminado de comer unos macarrones que Thomas ha cocinado y que sorprendentemente estaban muy buenos y cada uno ha desaparecido por la cabaña para supuestamente dormir. Todos menos Emily y Nate que han terminado haciendo cosas de mayores, Thomas como de costumbre se ha dormido. West y Alice creo que son los únicos que han mantenido una conversación normal mientras que Melody se ha ido a dormir y James se ha encerrado como de costumbre en su cuarto. En cuanto a mi, bueno he salido a la terraza de nuevo, pero esta vez con Orgullo y prejuicio debajo del brazo.
Así que aquí estoy, enamorándome del señor Darcy página tras página. Lo siento, pero es un no parar, por no decir que estoy enamorada del carácter de Elizabeth, ella no busca un amor por conveniencia. Ella busca un amor sincero y honesto más allá de un compromiso por asuntos.
Metida de lleno en los asuntos y las tontas discusiones del señor Darcy y la señorita Elizabeth siento que alguien toca mi hombro con cuidado de no alertarme demasiado.
– Hey, hemos decidido que vamos a salir a jugar al baloncesto, ¿te vienes? – me pregunta Nate.
– Ya habéis acabado Emily y tú de darle al tema – inquiero levantándome de la silla y guiñándole un ojo.
Entramos los dos y me siento en la cama mientras Nate ríe y se queda apoyado en la puerta.
– Dame cinco minutos y voy directa al campo. – le pido dejando el libro en la mesita junto a los cascos de música.
– Muy bien, pues haznos el favor de colocarte ese chándal gris
Le lanzo un cojín que logra esquivar mientras cierra rápidamente la puerta. Se va riendo porque lo escucho.
– Menudo idiota. – repongo riendo.
– TE HE ODIDO, PRECIOSA – grita desde el pasillo.
Joder que oído tiene el muchacho, parece mi madre.
Termino por y le hago caso a Nate colocándome el chándal. No hace demasiado frio, aunque este nublado, así que opto por una camiseta corta pero una chaqueta fina marrón, lo suficiente como para no sudar, pero no pasar frío. Paso hacerme una coleta y cuando estoy lista caliento un poco echando una carrera hasta el campo de baloncesto.
– ¿Cómo hacemos los equipos? – pregunta Melody con las manos en la cadera.
– Muy fácil – responde James que vuelve botando la pelota desde la otra canasta – tú y yo capitanes, elige tú a un chico de primeras y yo a una chica.
– Bien. Nate conmigo – declara Melody.
– Entonces Alice conmigo. – esta vez es el turno de James.
– Michelle – me reclama y me pongo de su lado cuando noto que James se da cuenta de mi presencia y me repasa de arriba abajo.
– Sabes, me alegra que vengas con nosotros – susurra Nate en mi oído mientras James esta distraído. – de esa forma tenemos una ventaja y es que si meneas un poco el culo delante de James estoy seguro de que pierde balón.
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Heridas
Romance¿Cuánto tiempo se supone que tardas en cerrar una herida?, ¿meses, años...?, esa pregunta ronda la cabeza de Michelle todas las noches. Todavia no hay respuesta claro. Ella tiene 18 años y este, va a ser su primer curso en la universidad. ¿Su plan...