Capítulo 26

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MICHELLE

El fin de semana se pasó rápido. Lo que quedó de él me la pasé viendo películas de Disney, terminando algunas tareas que tenia y quedándome hasta las tantas hablando con Emily. Después de todo tampoco he podido ir muy lejos la rodilla me sigue doliendo y he pasado de irme a correr. La rodillera que James me dejo no me la he quitado, tan solo para ducharme.

- ¿Sientes mejoras en la rodilla? - me pregunta Emily poniéndose la chaqueta.

- Un poco, seguro que mañana ya me siento del todo bien. - cierro mi ordenador y me levanto de la cama para arreglarle la parte trasera de la chaqueta. - Pásatelo muy bien con Nate. - le digo dándole una palmada en el hombro.

- Siento mucho que no puedas venir - se disculpa por octava vez durante la noche.

- No te preocupes esta cojita, se quedará aquí disfrutará del silencio puro y me librare de ver vuestros morreos y escuchar vuestros apodos tan cursis. - la acompaño hasta la puerta y le aseguro de nuevo que estaré bien.

- Vale. ¿Estoy bien? - es una pregunta que también se ha repetido demasiadas veces esta noche.

- Estas perfecta y ahora deja de mirarte la parte del culo y baja que tu príncipe seguro que te estará esperando ya. -la animo a salir por la puerta.

- Creo que has visto demasiadas películas de Disney - contesta riéndose.

- Puede ser. - me encojo de hombros dándole prácticamente la razón.

- Muy bien... si necesitas algo me llamas. - termina por decir y se va

Al fin me quedo sola y me vuelvo para tirarme de nuevo sobre la cama y estirarme de lo más a gusto. Ayer por la tarde quede con Roy, para que hoy a las ocho hiciéramos una video llamada, pero estoy tan cansada que ahora que son las ocho y dos minutos estoy esperando a que sea él quien llame. Después de cinco minutos largo lo hace.

- ¿En algún momento tenias pensado llamarme? - me inquiere molesto.

- No - respondo, pero cuando noto su cara de confusión me rio - quiero decir si, pero estaba tan cansada que estaba esperando a que tú lo hicieras.

- ¿Cansada de que?, tan solo vas a las clases. - pregunta mientras abre una bolsa de palomitas de colores. Me ha entrado hambre.

- Me duele un poco la rodilla, pero ya se me esta pasando estoy bien - le aseguro antes de que monte un drama. - ¿tú que tal?, ¿qué haces?

- Cenando - contesta con la boca llena de palomitas.

- Tú no eras el que iba a hacer dieta - inquiero recordando el juramento que le hizo a mi madre y a la suya para comenzar a hacerla en la uni. Esta claro que él no la necesita, es de cuerpo grande y musculoso por constitución, pero es deportista de élite, debe dar ejemplo si es el capitán.

- Dieta - repite con la boca llena de nuevo - ¿eso que es?, si se come te la compro.

Terminamos riéndonos los dos a carcajadas.

- Y si la dieta se fuma te la compro yo.

Oliver aparece por la pantalla con dos bolsas de nubes de azúcar entre sus brazos y la boca llena de palomitas. Estas son saladas.

- Hola Oliver - lo saludo regalándole una sonrisa.

Oliver es el compañero de cuarto y uno de los amigos de Roy en la universidad, lo conocí el año pasado y no sabría como describirlo. Es de cabello rubio, ojos azules, una espalda bien grande en resumen el prototipo de chico surfeo. Es de Hawái y se mudó a Nueva York para comenzar su carrera, pero le gusto tanto que ha decidido terminarla aquí. Es gracioso y muy simpático, pero no se corta ni un pelo a la hora de hablar de temas que llegan a incomodarme, como el sexo, por ejemplo.

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