Capítulo 10

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MICHELLE

Habían pasado dos días desde la fiesta. Para entonces el fin de semana transcurrió de lo más aburrido. Salí a correr manteniendo mi rutina y cuando volvía al cuarto preparaba mi mochila para pasar la mañana en la biblioteca. En cierta forma lo hacia porque quería evitar a Emily y aunque no apareció ni el sábado ni el domingo. Prefería esconderme tras los libros de la biblioteca. En cuanto a James, simplemente intenté olvidar la pequeña conversación con él. Ahora mismo era la última persona que quería ver.

Hoy comienza mi segunda semana de universidad y algunos de mis profesores estaban ocupados con unas reuniones así que tenia la mañana libre e incluso parte de la tarde. En el día de hoy solo tenia clase a las siete, así que cuando ayer le devolví las llamadas a Roy decidimos quedar para pasar la mañana en Coney Island. Es una de las mejores playas de nueva york y tanto a él como a mi nos encanta pasear por la orilla, recibiendo la brisa que trae el mar en nuestros rostros. Son las diez de la mañana y ya he vuelto de correr me he duchado y he optado por ponerme un chándal gris largo y arriba un top de manga corta azul. Solo ha pasado una semana y unos días desde que vine aquí y vi por última vez a Roy, pero lo extraño mucho.

Ahora mismo estoy guardando mis cosas en mi mochila mientras espero a que Roy me avise para bajar. Entro al cuarto de baño por última vez y me hago dos trenzas de raíz para que no me moleste el pelo en la cara. Mi móvil vibra sobre la cama.

De Roy:

Baja ya pajarillo

Le contesto con un simple OK y me vuelvo para colgarme la mochila de mis hombros, poco después cierro con llave y salgo casi corriendo escaleras abajo. En cuanto estoy fuera lo busco con los ojos hasta que lo veo. Apoyado en la puerta de su camioneta con la vista puesta en el móvil. Lleva puesto un chándal gris como el mío, una camiseta negra y la gorra de los Raiders negra, que en más de una ocasión le robé. Salgo corriendo por el césped de la entrada hasta que estoy cerca de él. Se da cuenta de que voy corriendo y cuando se aleja un poco de la camioneta me abalanzo sobre él haciendo que los dos rodemos por el suelo.

– Yo también me alegro de verte loca – me susurra al oído estrechándome fuerte con sus brazos.

No era lo suficientemente consciente de lo me hacían falta sus abrazos, esos mismos que me hacen sentir segura a salvo, como si ya estuviera en casa. Me hace mucha gracia el como nos vemos ahora. Él es mucho más alto que yo por eso cuando nos damos un abrazo parecemos un oso abrazando a su cría, o eso era lo que nos decía la abuela de Roy.

– Te he echado mucho de menos. – contesto mientras nos levantamos y le doy un beso rápido en la mejilla.

– Solo hace una semana desde que nos vimos – espeta dedicándome su mejor sonrisa. Lleva sus gafas de sol arriba de la gorra, que le dan un aire de chico malo. Pero conociéndolo es un osito de peluche, igual de cariñoso.

– Ya bueno y que semana – contesto bufando. Le robo la gorra y me la coloco yo mientras le devuelvo sus gafas.

Él intenta volver a recuperar su gorra, pero soy más rápida y rodeo la camioneta. A punto de subirme noto que alguien toma mi brazo. Me revuelvo para ver quien es y ahí está, parado llevándose las manos a los bolsillos de sus sudadera. James.

– Michelle escúchame – me pide llevándose una de las manos a la nuca. Presiento nerviosismo en él – solo quería disculparme por lo de la otra noche no pretendía hacerte sentir mal – termina soltando y llevándose la mirada al suelo.

No se muy bien como actuar. Por un momento pienso en decirle que lo olvide que fue una estupidez por su parte y que ya esta. Por otro momento recuerdo lo mucho que me fastidió volver a escuchar esas palabras que tanto se han repetido estos dos años y la misma ira que sentí, vuelve.

HeridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora