MICHELLE
– Vale Michelle... por favor...relaja un poco... el paso.
– Em si voy más despacio terminaré por andar – hago una pausa para girarme y prestarle atención – y esto se llama correr por algo. Vamos no te pares – la animo a continuar.
Esta mañana me he levantado más dormida de lo normal con legañas en los ojos que no me dejaban ver con claridad. Al final he cogido la ropa de deporte y pasado al baño para cambiarme y despejarme un poco con el agua bien fría en la cara. La excepción y la sorpresa ha sido cuando he salido. Emily estaba levantada con ropa de deporte puesta y una sonrisa. Casi me ha suplicado acompañarme y como no he visto ningún inconveniente lo ha hecho.
Así que aquí estamos las dos ahora. Llevamos tres quilometros de diez y creo que Em no va a volver a querer acompañarme. Después de todo si sigue parándose cada cuatro segundos voy a terminar por cargarla como un saco sobre mi hombro y llevarla hasta la cafetería.
– Tú, ves delante como... como si no estuviera – replica parándose de nuevo y echándose las manos a las rodillas mientras recupera el aire.
– Si hago eso me da tiempo a tomarme el café con tranquilidad, llegar al cuarto, ducharme y tumbarme en la cama hasta que tú termines el recorrido. Así que venga, vamos – vuelvo a animarla retomando el camino.
– La cuestión es que si me dejas aquí sola, no te prometo terminar los diez quilometros – repone – me quedaré por el quinto, como mucho.
---
De normal, este recorrido me lleva una hora o un poco más depende el ritmo que le ponga. Pero con Emily nos ha llevado dos horas y quince minutos terminarlo, el caso es que ahora estamos las dos sentadas en Hard Rock.
– Aquí tienes, un bombón doble para ti, un capuchino frío para mi – comento dejando las tazas en la mesa y me siento.
– Ahora es entendible lo buena que estas – repone poniendo una mueca de cansancio mientras lleva su taza a los labios.
Tanto ella como yo, antes de salir nos hemos hecho una coleta para retirar el pelo de nuestro rostro. A diferencia de Em yo solo tengo algunos pelos fuera de la coleta, pero ella son cuatro los que tiene recogidos. Se nota que es la primera vez que sale a correr.
Después de nuestros café hemos vuelto a paso muy, pero que muy lento al cuarto. Emily se ha pedido ducharse primero, bueno realmente no se lo ha pedido se ha lanzado como una loca al baño.
Yo espero a que salga tirada en la cama mirando el móvil mientras termina de ducharse y rezando porque no gaste toda el agua caliente. Al poco rato Em sale del baño peinándose el pelo.
– Dios, me he quedado como nueva – replica mientras busca su bolso y deja el peine en su mesa – por cierto, voy a pasar el día en la biblioteca no te importa ¿no?
– Por supuesto que no, como te voy a poner pegas si yo me paso la vida allí metida – declaro buscando un chándal para ponerme.
– Vale, pues luego nos vemos. Adiós – se despide con un abrazo y saliendo.
---
Luego de una refrescante ducha termino por hacerme un moño cómodo pero desordenado y comienzo a recoger mi parte del dormitorio, porque esta igual de desordenada de la de Emily.
Primero recojo toda la ropa y meto la que es para lavar en un cesto y aparto la otra que es para doblar y guardar. Después paso a guardar todos mis libros de texto en la mochila porque luego soy yo la que no los encuentra, y se tira media hora buscándolos.
ESTÁS LEYENDO
Heridas
Romance¿Cuánto tiempo se supone que tardas en cerrar una herida?, ¿meses, años...?, esa pregunta ronda la cabeza de Michelle todas las noches. Todavia no hay respuesta claro. Ella tiene 18 años y este, va a ser su primer curso en la universidad. ¿Su plan...