Capítulo 3: La invocación

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...Tu nivel de cordura está vinculado con las amigas con las que te juntes, confirmado, por mi salud mental debo buscar otras amistades...



Pov. Adara

Hoy es sábado, gracias a Dios que está allá arriba viéndome y permitió que mi cumple cayese fin de semana, porque si les soy sincera, con mi amiga y mi hermana festejando es amanecer con un fuerte dolor de cabeza y no precisamente por la resaca.

Estoy terminando de bañarme y me coloco mi camiseta preferida para que cubra mi cuerpo, ato en mi cabello una coleta y oigo el obstinado timbre el cual estoy segura es presionado por el insistente dedo de mi hermana.

– ¡Ya voy! –exclamo desde mi habitación y corro directo a la puerta porque el sonidito que se esparcía por toda la casa me estaba irritando.

Abrí la puerta...

– ¡Felicidades! –Dos locomotoras que dicen ser llamadas seres humanos me envuelven en sus brazos y pasan sobre mi cadáver ya que son atraídas por el olor de las pizzas que se encuentras en la sala.

Cierro la puerta y me dirijo hasta ellas donde ya Keyla tiene un trozo de la botana entre sus manos mientras que Iria coloca música desde los reproductores y las bocinas cuando comienza a resonar "Soltera" de Lunay y mis dos acompañantes comienzan a moverse al ritmo de la música.

Ambas me toman de una de mis manos para que me una a ellas y termino bailando como la buena joven cubana que soy.

(...)

Dos horas aproximadamente y nos la hemos pasado comiendo, jugando videojuegos en línea, bebiendo y bailando.

– Creo que estamos molestando a los vecinos con la música –comento riendo como foca epiléptica junto a Keyla quien graba lo graciosa que se ve Iria ya con alcohol en sangre mientras baila Dame tu cosita de El Chombo, imitando los pasos que hace el alien en el vídeo.

– Diles que eres tan buena vecina que pones música para toda la manzana –Las palabras de mi amiga nos causan una risa a la bailarina y a mí.

– Deberías dejar de ver memes en Facebook –Le sugiere Iria entre carcajadas.

– Y tu deberías dejar de beber alcohol –Le responde ella sacándole la lengua y trastabillea unos pasos atrás.

La única medio sobria en esta fiesta era yo aunque fuera la cumpleañera, el problema es que soy la responsable de que estas dos lleguen a sus casas, si Keila no llega su madre la mata y luego me mata a mí.

Tengo miedo.

Y si mi hermana no llega...pues va a estar feo que me vomite la alfombra como lo hizo la primera vez, desde ese día la envío a casa tras una fiesta, de hecho, sucedió en la primera que hicimos.

De repente Iria mira hacia afuera y sonríe como lunática.

– ¡Es hora!, ¡es hora! –grita y corre, se tropieza con la mesita de centro, se cae y vuelve a levantarse para apagar la TV, luego vuelve a correr y esta vez se golpea con el sillón.

– ¡Mierda! –exclama con fuerza.

– No digas malas palabras –Le regaño.

– Eso es porque no fuiste tú quien se golpeó el dedo meñique –levanta su pie dañado pero termina perdiendo el equilibrio y cae sobre el sofá.

Zarek. Mi Dios Griego personalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora