Capítulo 33: ¿Espacio personal?

1.6K 274 60
                                    

...A veces quisiera que cada pequeño muro entre ambos se derrumbe, pero a la vez me da miedo que esto pase,me da miedo acercarme lo suficiente a ti y descubrir que ya no podré volver atrás...



— Zarek, ya llegué —anunció en cuanto paso por la puerta de mi casa y veo la TV encendida.

< El pago de corriente me va a dejar sin un quilo este mes. >

Pienso mientras voy hasta la televisión y la apago.

— Zarek —vuelvo a llamarlo pero no hay respuesta.

Me dirijo hacia la habitación y le veo tendido en la cama durmiendo a pierna suelta, sonrío y niego con la cabeza, cerrando nuevamente la puerta de mi cuarto sin hacer ruido y voy a hacer la cena.

Una hora más tarde me había dado una rápida ducha y el olor del cerdo agridulce que cocino comienza a hacerme la boca agua, y creo que no solo a mí.

— ¿Qué huele tan bien? —Me volteo viendo a un adormilado Zarek internarse a la cocina, se frota sus ojos con los puños tratando de despejarse.

¿Cómo el Mr. Sexy puede transformarse en Señor Ternuras en un dos por tres?

— Cerdo agridulce, casi está listo, así podrás comer —Le respondo con una sonrisa.

Él me escanea de arriba abajo y se muerde el labio inferior, cosa que hace que me ponga en extremo nerviosa.

— Yo preferiría comer otras cosas —menciona y me giña un ojo.

Y así damas y caballeros es como Zarek puede pasar de "soy un bebé" a "te hago un bebé" en un pinche segundo.

— Zarek —Le nombro en señal de advertencia y me ofrece una sonrisa inocente.

Claro, lo único inocente que tiene es su sonrisa, gracias a Dios no puedo leer mentes.

— ¿Cuándo llegaste? —pregunta sentándose a la mesa mientras observa cada movimiento que hago.

— Hace una hora más o menos, te vi dormido y no quise despertarte —respondí.

— No me hubiese importado, podíamos habernos divertido antes de la cena.

Si hubiese estado bebiendo algo juro que lo hubiese echado por la nariz, él ríe ante mi expresión y se levanta del asiento.

< Oh, no, no, no, no. >

— ¿Qué pasa Adara?

< Usa ese tono seductor una vez más y no me hago responsable de lo que pase. >

Llega hasta donde estoy, colocando ambas manos a cada lado de mi cuerpo, dejándome aprisionada entre la meseta y él, se inclina un poco hasta que su rostro queda a la altura del mío.

— ¿Te pongo nerviosa? —Sus ojos deparan en los míos y desvío mi mirada hacia cualquier cosa que no sea él.

— ¿Cómo no me voy a poner nerviosa si haces esto? —murmuro.

Él agacha su cabeza con una pequeña risa, yo le miro con mi ceño fruncido, no sé que carajos le da gracia, su cabello cubre su rostro, cuando vuelve su mirada a mí se muerde el labio con una sonrisa divertida.

— Me agrada tu sinceridad —Tras decir eso se acerca un poco a mis labios y yo entrecierro mis ojos esperando que estos choquen con los míos—, pero, no deberías dar todo por sentado —Le oigo decir y se separa.

Ríe mientras con un cucharón que había tomado de tras de mí se acerca a la olla para probar la salsa.

< ¿Qué pasó? >

Zarek. Mi Dios Griego personalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora