Capítulo 60: Espectáculo de luces

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...Siempre fuiste esa luz que me tentaba a acercarme, aun sabiendo que tal vez no fuese lo correcto...

< Oh mierda, oh mierda. > Se repite en mi mente una y otra vez.

Esto es grave.

— El pergamino está en mi oficina —responde Esteban tranquilo—, pensé que podría ser falso, así que lo saqué de la exposición hasta comprobarlo.

Ella sólo asiente con la cabeza y me mira — ¿Puedo hablar contigo? —pregunta algo dudosa.

— Claro que sí Elena —digo.

— Bueno, yo debo seguir mi camino —comenta Esteban poniéndose de pie.

— Gracias por todo —agradezco y me sonríe comprensivo para luego salir de mi casa.

Elena me observa y por unos segundos se queda en silencio — ¿Está...aquí? —pregunta y entiendo que se refiere a Zarek.

— Está dormido —Le digo seria.

— No quiero discutir contigo Ara —dice con voz calma—. Tú y tu padre siempre han tenido el mismo genio, pero él sólo quiere protegerte.

— Ya no soy una bebé.

Entonces ella sonríe — Para nosotros siempre serás nuestra dulce niña —Ella toma mis manos y acaricia el dorso—, algún día cuando tengas hijos, entenderás el dolor de sólo pensar en que algo pueda lastimarlos.

— Lo siento —digo y ella me abraza.

— Sé que tienes buen juicio hija, si has decidido albergar a ese hombre debes tener razones más que suficiente para ello —Mis ojos se cristalizan y la abrazo con fuerza—. Eres fuerte mi niña —acaricia mi cabello con delicadeza—. Eres la chica más fuerte que conozco, sólo déjate llevar por tu corazón, a veces la razón no es buena consejera.

— Eres la mejor —expreso—. Gracias por confiar en mí, mamá —Y por fin, tras largos años, le he dicho esa palabra a la persona que en verdad se lo merece. De repente siento como su cuerpo da leves espasmos y solloza, río bajito—. No llores mamá, o yo también lo haré.

— Está bien, lo siento —Se separa de mí y seca sus lágrimas al igual que yo mis ojos húmedos—. Es sólo que me emocioné —sonrío y acaricia mi mejilla—. No te preocupes, hablaré con tu padre, todo se solucionará.

— Lo sé —Ella besa mi mejilla y se despide de mí yendo hacia la puerta y sale de mi casa.

Me siento mejor, y aliviada, sonrío feliz, poder decirle esto a Elena me ha liberado, llevo años llamando madre a alguien que no le importo, ya era momento de ponerle un punto y final a esa situación.

Pov Zarek

Han pasado unos días y ahora Adara se ve más feliz, al parecer hizo las pases con su familia y eso me alegra, se ve más radiante cuando sonríe. Dice que esta noche me llevaría a los... ¿carnavales?

No sé que demonios sea eso, pero me suena a máquina de tortura.

Pero por su sonrisa puedo dejarme hacerlo. Se veía tan emocionada por salir ese día.

Al llegar la noche tenía puesto un vestido corto que se ajustaba a sus caderas juntos a unos zapatos deportivos. Se miraba al espejo mientras arreglaba su hermoso cabello oscuro.

Me acerqué a ella y la abracé por la espalda, hundiendo mi rostro en su cuello, ahora tenía un olor a violetas que inundó al instante mis sentidos. Acaricié sus caderas y la pegué a mi cuerpo con dominación, Zeus, esta chica me hechizaba con lo más mínimo.

— El color rojo te favorece —susurro a su oído y noto su piel erizarse causando que sonría—. Te ves hermosa.

— Zarek —jadea mi nombre en un susurro cuando mi mano desciende a su entrepierna, dando un ligero apretón, y muerdo la piel de su cuello

— Me pregunto si tu ropa interior es del mismo color —digo tratando de subir a sus bragas pero ella detiene mis manos.

— Ahora no —advierte y voltea, hago un pequeño puchero ante esto por lo que sonríe, acorta nuestra distancia y besa mi labio inferior por un corto momento para luego besar mi mejilla y ponerse en puntas para besar mi frente—. Cuando volvamos, ¿de acuerdo?

Pongo los ojos en blanco pero luego asiento fervientemente.

< Ni creas que se me olvidará Adara. >

Pocos minutos después tocan en el timbre de la casa y ambos bajamos viendo a Keila e Iria. Ya era tarde en la noche y avanzamos hasta una calle muy alejada de casa y estaba llena de personas.

Mis ojos se abrieron con sorpresa al ver las coloridas, amm...¿camiones gigantescos?

Volteo a Adara quien ríe por mi cara de asombro y confusión — Esas son carrozas —explica—. Todos los años hay un gran desfile de ellas, es muy animado, al final hay fuegos artificiales.

— ¿Van a quemar algo? —pregunto mucho más confundido y ella niega.

— No, ya verás —asegura guiñándome un ojo.

Cuando comenzó el paseo pude observar a las personas bailando frente a las carrozas con un ritmo particular y animado, habían niños riendo y bailando y muchos tomándole fotos a las carrozas en donde bailaban personas vestidas con colores brillantes.

A pesar de robarme la atención de quienes estaban a nuestro alrededor disfruté bastante, sobretodo porque no era la de muchos, todo era tan brillante que ese espectáculo se merecía la vista de su público.

— Ya va a empezar —anuncia Iria viendo su reloj.

— ¿Empezar? —cuestiono.

— Los fuegos —dice Keila mirando hacia el cielo.

No puedo evitar que mi cuerpo se tense pensando en las peores probabilidades.

— ¡Hey! —Adara sujeta mi mano y palmea mi hombro—. Tranquilo, no es nada peligroso —asegura.

Cuando siento una explosión no puedo evitar sobresaltarme, y la alarma en mi cuerpo inmediatamente se disipa al ver aquellos colores adornando el cielo nocturno, otra explosión y esta vez el cielo se ilumina de un azul intenso. Me sentí feliz al ver aquello, era un show de luces increíble.

Atraigo a Adara a mi cuerpo y sin importarme la vista del resto la abrazo por la espalda y dejo recostada mi barbilla sobre su cabeza mientras la aferro a mi cuerpo, por un momento ella se tensa pero esto no dura por mucho.

Sonrío feliz — Gracias Adara.

— Sólo es algo normal —dice sobre la música.

— No, gracias por hacerme vivir estos momentos que pensé nunca tener —admito y beso su coronilla para luego agacharme lo suficiente y besar su mejilla—. Gracias pequeña —susurro a su oído y me enderezo para seguir admirando el espectáculo de luces.







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Un capítulo tranquilo antes del desmadre, avisados quedaron buajajajajaj

Gracias por seguir esta historia, admito que ha sido un poco más difícil escribir en estos días ya que tengo consciente de que casi estoy llegando al final, y esta es mi obra favorita entre todas las que he escrito hasta ahora

y no quiero terminarla


Espero les haya gustado el capítulo, nos leemos la próxima semana

Zarek. Mi Dios Griego personalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora