Capítulo 57: Buscándote

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Pov. Adara

Camino al lado de Iria llevando los vasos para nuestras bebidas mientras conversamos cuando veo a Zarek a lo lejos alejarse de Keila, me acerco viendo a mi amiga.

— ¿A dónde va? —pregunto y ella sólo se encoge de hombros.

— No sé, preguntó por ti y se marchó.

— Traje las bebidas —dice eufórico Egan llegando hasta nosotras.

Dejo los vasos y avanzo siguiendo a Zarek, lo veo detenido frente a una callejuela. Mirando con atención la pared en su final.

— Adara —Lo escucho decir mi nombre, con un tono extraño.

— ¿Zarek? —Él voltea hacia mí, sus hermosos ojos dorados expresan dolor, eso me preocupa—. ¡Hey! ¿Qué ocurre? —cuestiono y doy un paso hacia él, sin embargo retrocede, haciéndome detener.

Mira hacia atrás, como si esperase ver algo en ese pequeño espacio y luego a mí.

— Zarek, ¿qué pasa? —pregunto perdida, jamás me había evitado cuando he tratado de acercarme.

— Sólo...déjame en paz —expresa y pasa por mi lado, alejándose.

Paso trabajo al tragar y algo dentro de mí duele ante sus palabras, me duele que me haya alejado, ¿qué hice para que me tratase así?

— Ara —escucho la voz de mi hermana—. ¿A dónde va Zarek?

— No tengo la más mínima idea.

Narrador Omnisciente

La diosa de cabellos castaños daba la espalda al dios tras de ella mientras en la fuente instalada en sus aposentos veía reflejado en el agua a Zarek quien caminaba bajo la lluvia sin rumbo aparente, como si su mente estuviese en otro mundo.

— Sí que está afectado, buen trabajo Deimos —expresa y voltea.

— Nada es gratis —Le dice este y ella asiente dándole la razón.

Extiende hacia él su mano con unas hiervas — Estas sólo crecen en mi jardín, dáselas de tomar a tu padre y su poder menguará.

Deimos toma la planta y se dispone a irse cuando la voz de la castaña lo detiene.

— Antes de que te marches, quiero saberlo, ¿cuál es su peor pesadilla? ¿Qué es lo que más lo atormenta?

El Dios del pánico se acerca a ella y coloca sus dedos medio e índice en su frente, de repente la diosa comienza a reír.

— ¿Satisfecha? —pregunta este y ella sólo le hace unas señas con su mano para que se marche—. Estás yendo demasiado lejos.

Esta le ofrece una sonrisa socarrona — ¿Lo dice quien busca hacerle daño a su propio padre? Ares debería vigilar más a sus engendros, ahora lárgate.

Él obedece saliendo de los aposentos y la deidad vuelve su vista al reflejo del agua.

— Así que...la historia vuelve a repetirse.

Pov Adara

— ¡Zarek! —exclamo corriendo bajo la lluvia.

Ha oscurecido y hace cuatro horas que Zarek no da señales de vida. Estoy muy preocupada, él no conoce estos lugares, pudo haberse perdido, y como si eso fuese poco, ha comenzado a llover a cántaros.

< Tranquila. > Me digo a mi misma. < Zarek es listo, no se alejaría mucho sabiendo que esta zona le es desconocida. > Analizo.

Vuelvo al hotel pero sigo sin encontrarlo, los demás también están buscándolos.

— ¿Nada? —pregunto tomando la llamada de Keila.

— Nada —asegura preocupada.

< Ok, no está en los alrededores. >

Voy hasta el coche y entro en el asiento del conductor, poniendo en marcha el auto y salgo a la carretera, conduzco aproximadamente un kilómetro antes de encontrar un barrio. Bajo del coche y camino por este.

Hay algunas personas caminando con paraguas al igual que yo, pero la mayoría están en sus casas.

< ¿Dónde estás? > Me pregunto, nerviosa, asustada, molesta. ¿Dónde demonios se metió mi Dios Griego?

¿Por qué se alejó de mí?

¿Qué causó que huyera?

¿Qué hice para que me esquivase?

Estoy a punto de llorar, estoy entrando en pánico, tengo miedo, miedo de no encontrarlo, yo debía estar a su lado, no lo dejaría solo, y lo he hecho, lo he dejado ir.

Mi vista comienza a nublarse y siento mi corazón latir con rapidez. Entre toda la lluvia dirijo mi vista hacia el puesto de una tienda cerrada y ahí está.

Camino a paso rápido y me detengo frente a él, está agachado, su cuerpo se extiende hacia adelante, como si estuviese escondiendo algo.

— ¡Zarek! —exclamo molesta y su vista se dirige a mí, veo dolor en su mirada, paso una de mis manos por mi rostro—. ¡Rayos! ¡¿Sabes lo preocupada que he estado?! —grito—. ¡Te he buscado por todos lados Zarek! ¡Por todos!

— ¿Por qué lloras? —pregunta en un murmuro, y al verlo de esta manera parece que en cualquier momento se derrumbará.

— ¡Porque estaba asustada! —admito—. No puedo perderte Zarek, no puedo —bajo mi voz y las lágrimas de molestia y alivio ruedan por mis mejillas mientras trato de recuperarme del susto.

— Lo siento —dice y le observo, sus ojos dorados posados en mí—. Lamento haberme ido así, disculpa por preocuparte.

Lo observo mejor y me doy cuenta de que algo se remueve entre sus brazos.

— ¿Qué es eso? —pregunto inquisitiva.

Él se mueve, sentándose en una postura recta, dejándome observar a un pequeño cachorro entre sus brazos, está mojado y tiembla...claro, no sé cuál de los dos lo está más.

— Volvamos al hotel, antes de que pesques un resfriado.

Él asiente en silencio y se pone de pie aun con el cachorro entre sus brazos. Levanto mi mano con el paraguas para que logre taparlo a él y a mí, quedando muy cerca.

— Déjalo —Le digo refiriéndome al perro.

— No tiene un hogar —dice.

— No podemos llevarlo al hotel, debes dejarlo aquí —explico.

— ¿Por qué? ¿Qué diferencia hay entre él y yo? ¿Por qué yo puedo estar caliente bajo un techo y un pequeño animal debe sufrir en las calles?

Sus ojos me observan, esperando mi respuesta — Precisamente por pensar de ese modo es que lo mereces —llevo una mano a su mejilla pero él voltea su rostro.

No entiendo por qué me está evitando, como si mi toque le quemara, como si el simple hecho de verme le doliese.

Zarek ¿por qué pones este muro entre ambos?





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Nuevo capítulo


Felicidades a todas las personitas que comentaron que un dios estaba entrometido en la pasada escena, confíen en Adara

Les doy una estrellita⭐

¿Pensaron que todo iba a ser paz?

¿Teorías?

Pronto las  verdades saldrán a la luz, solo aviso

¿Qué ocurrirá con Zarek y Adara?

¿Se dará cuenta de que todo fue una visión de su peor miedo?

Hasta el próximo martes, los amo😘


Zarek. Mi Dios Griego personalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora