Capítulo 13: Gatito nada inocente

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...Vivimos una realidad distorsionada, en la que cualquier mínimo cambio haría explotar los mayores secretos...



Pov. Adara

Aparto mi vista de la TV y la centro en el hombre que está paradote como poste telefónico en la entrada a la sala, siento su vista en mí, potente, despiadada, enigmática. Trago en seco antes de volver mi vista a la TV y fingir que no existo.

Siento que se acerca, pasa atrás del sillón y se detiene tras de mí. Sus manos se posan sobre mis hombros y comienza a dar algunos apretones, sus pulgares se mueven en círculo, presionando sobre mis paletas, suelto un pequeño gemido ante lo bien que se siente ese masaje.

– Puedo hacerte gemir así todas las noches, solo que por razones diferentes –siento su aliento pegar en mi oído lo cual envía escalofríos a todo mi ser.

Cierro los ojos y siento que en mi mente se reproduce una de las canciones de Junior Express.

< Control, control, aquí cabina de control, atención... >

Y sí, control es lo que estoy teniendo, me he sorprendido a mí misma de lo fuerte y capaz que soy.

Automáticamente quito sus manos de mis hombros con sutileza y me giro un poco para verle, sonrío.

– ¿Quieres ver algo en la tele?

Le veo rodar los ojos, manía que se le ha pegado de mí gracias al tiempo que lleva en esta casa y se sienta a mi lado, se recuesta del espaldar y cruza los brazos sobre su pecho.

Le observo de reojo, su expresión es neutra mientras vemos La ciudad que teme al ocaso. Esta se termina un par de minutos después en los que ninguno emitimos el más mínimo ruido.

Pasan los minutos de silencio incómodo en el que dan los créditos y comienza la repetición de las series de la semana, precisamente la que estaba esperando: Espartaco.

Me emociono, ya había visto la primera y segunda temporada, hoy comenzaba la tercera y ahora presto mucha más atención a la TV.

Y me doy cuenta que no solo yo, sino que ahora el hombre al lado mío le presta sumo interés a lo que se está reproduciendo.

Pasan los minutos en los que el sonido de la TV y la fuga de los protagonistas y gladiadores se hacen presentes, y justo cuando pienso que por fin voy a tener un momento en calma con el personaje que está a mi lado pasan en la serie una escena sexual.

Ok, por unos momentos casi se me olvida que "Espartaco" contiene un alto contenido sexual, tanto como el contenido violento.

Giro mi cabeza hacia otro lado.

< Oh, que interesante pared, ¿siempre había estado ahí? >

Siento un peso sobre mis piernas y entonces vuelvo mi vista hacia esa zona. Zarek se había acostado sobre el sofá y recostando la cabeza en mis piernas, comenzó a trazar pequeños circulitos sobre mi piel.

Zarek. Mi Dios Griego personalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora