Cap. 13: La Excepción.

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Lucius Malfoy aprendió por su padre que parte de las mejores virtudes que podía tener el ser humano era ser puntuales. Era el tipo de rectitud que tenía que seguir para que sus padres lo consideren digno de su apellido, reglas y más reglas, era una completa ventaja que en la escuela no tuvieran que estar ahí para arrastrarlo a sus clases de etiqueta o las fiestas de negocios que manejaban. 

Justo ahora su mayordomo y chofer estaban con él para acompañarlo, con una lista asegurándose de tener todas las maletas del chico con ellos y que ningún equipaje hubiera sido olvidado. Lucius, mientras tanto hacía una mueca al ver el mensaje de Nott, otro de sus compañeros. Habían quedado en verse junto a Parkinson para ir en un compartimiento, no les apetecía estar en el vagón de Slytherin en ese momento, pero el otro se había retrasado y ahora tenía que esperarlo antes de abordar. Su chofer comenzó a subir sus maletas al vagón del equipaje mientras él se quedaba mirando su celular esperando que cualquiera de sus amigos le responda los mensajes. 

Apagó el aparato cuando Nott le informó que iba llegando, así que comenzó a recorrer con la mirada el lugar buscando al chico. Estaba seguro que incluso Evan estaría llegando a este punto, las familias ya empezaban a llegar en masa al lugar incomodándolo de sobre manera. Dejó de buscar a sus amigos cuando su atención se centro en el alborotado cabello negro azabache del insulso James Potter, una deshonra para su categoría, pero ese niño era lo que menos le importaba en el mundo, la única razón por la que lo veía era porque a dónde quiera que él fuera siempre se encontraba Black, otro niño y... 

Ahí estaba, Remus Lupin, luciendo un poco más alto y con el rostro más anguloso, sin dejar de lado sus rasgos suaves y sutiles. El malestar en su estómago le llegó justo con la amarga opresión en su pecho de solo verlo. Aún no podía sacarse de la cabeza lo que ese patético niño le dijo el año pasado, desde que cruzó palabras con él de ese forma y pudo ver el repudio reflejado en sus ojos, Lucius ya no podía meterse totalmente con sus amigos y con él. Era un sentimiento, una voz que siempre insistía en recordárselo, sin falta, cuando los molestaba con sus amigos o respondía a sus bromas con tratos humillantes, la voz del castaño llegaba a su cabeza recriminándole. 

Sus labios se fruncieron en una mueca de desagrado. Lupin era el único que repelía sus tratos humillantes, podía ver a Potter y Black a la cara, contarles las más de un razones por las que son estúpidos, incluso darles argumentos de por qué sus existencias son un desperdicio total, pero pregúntale por el niño Lupin, Parkinson incluso lo notaba, y para Malfoy era aterrador que su mejor amigo se diera cuenta que en realidad no tenía argumentos, insultos o ideas, de usar su presencia en su contra, de hacerse notar como un superior a él. 

Desde la primera vez que lo vio, sus ojos color miel, casi dorados, le hicieron sentir que estaba frente a un lobo. No, no era sumiso, es solo que Lupin era extraño, y no podía rebatir eso contra el niño. Solo pensar de hablar de su apariencia tan simplona, de sus infantiles reacciones con el chocolate, o del brillo en sus ojos cuando Severus y él se encuentran en la biblioteca, no eran actos o excusas validas para usarlas en su contra. ¿Cómo podría usarlo cuando cada vez que lo intentaba lo único que su mente repetía era "tierno"? 

Sacudió la cabeza con más hastío que antes. Remus Lupin solo lo cautivaba por ser un niño que podía bailar con los tonos de otoño, abrazar el invierno, besar la primavera y seguirse viendo tan vivo con cada estación. Estaba seguro que era de esos que disfrutaba de una suave brisa en el verano, que la calma era su total aliada. Suspirando trató de no vomitar, el malestar en su estómago era mucho más preocupante, y estaba a punto de pedirle a su mayordomo que le entregue una botella de agua cuando el extraño malestar incrementó de solo ver esa sonrisa en el rostro de Lupin. "Nauseas, que patético, el niño me provoca nauseas" pensó, afirmando que era el primer pensamiento lógico que tenía en semanas. 

Bajo la Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora