Cap.46: Otra Forma De Resolverlo.

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Sirius estaba terminando de comer, escuchando, a duras penas, como James hablaba sobre sus planes de que esta vez invitemos a Regulus con ellos a Hogsmead. Peter y Remus parecían no tener problema con eso, pero él era el único que se negaba totalmente a aceptarlo.

Sus amigos decían que ya no tenía sentido que se siguiera oponiendo al inminente noviazgo que James y Regulus tenían. El problema no era eso, el problema era que si Reggie asistía con ellos, Barty lo haría, y muy probablemente, Quejicus tendría que ir por obligación.

Se negaba a verle la cara totalmente a ese idiota, después de su disputa, Sirius no podía sacárselo de la cabeza. Huía al enfrentamiento, y era asqueroso tener que recordar una y otra vez la forma en que ese sin vergüenza lo retó.

Fue obligado. Sirius no tuvo otra opción que enfrentarlo directamente, y Snape no era alguien que admitiera la derrota fácilmente. Así que si Sirius lo obligó a sentarse en una mesa para que tuviera más cercanía fue porque no tuvo opción, si ambos tiraron con fuerza de la camisa del contrario fue para demostrar quién de ellos era mejor. No tenía nada que ver con la extraña forma con la que Snape lo miró luego de besarlo, o la sensación eléctrica que recorrió su piel cuando sus manos lo tomaron de la nuca.

Absolutamente no.

En sus planes no estaba tener una confrontación repentina, no era idiota. Si tuviera a Severus enfrente podría pasar algo muy malo, extremadamente malo, y no estaba seguro de si se refería a una pelea.

— ¡Podríamos comprar más dulces entre todos! — Siguió insistiendo James, comiendo de su tostada con mermelada —. Solo piénsalo, Sirius, será un respiro luego del partido.

— Eso es otro punto a mi favor ¿Sabes lo horrible que sería soportar a Regulus en el improbable caso de que nos ganen? — Le dijo en respuesta.

— ¿Estas empezando a sugerir que vamos a perder? — Preguntó Remus divertido, dejando el libro que estuvo leyendo desde que llegaron al comedor.

— ¡Claro que sí! James es lo suficientemente imbécil como para ir brincando a dejarle la pelota a Regulus si le guiñara el ojo.

James se sonrojó, abrió y cerró la boca sin saber exactamente cómo negarlo. Remus y Peter solo lo observaban con diversión.

— No es mi culpa que tu hermano sea lindo... — Protestó avergonzado, haciendo que Moony y Colagusano rieran mucho más.

— Lindo no está al nivel de Reggie, mi hermano es mucho más que eso, pero menos que yo.

— Si dijera otra cosa me lanzarías tu jugo.

— Exactamente — Coincidió. James rodó los ojos.

— Es lacrosse, no seré tan amable incluso si se trata de tu hermano.

— Ni siri tin imibli — Se burló con tono infantil —. ¡Quiero resultados, no palabras!

James miró mal a Sirius pero no protestó, solo le sacó la lengua en respuesta. La conversación se detuvo un poco con eso, así que continuaron con su desayuno en silencio.

Sirius tenía más que un punto a su favor con el partido de lacrosse este fin de semana. Con los entrenamientos siendo el doble de fuertes, su cabeza apenas daba para más, y para la tarea que Remus le obligaba a hacer.

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Remus gritó con fuerza junto a Peter cuando el equipo de Gryffindor entró al campo. Lily, Alice, Marlene y Dorcas agitaban unos pompones rojos en alto detrás de ellos, así que en ocasiones podías sentir el cosquilleo de las tiras en la nuca cuando las chicas los levantaban.

Bajo la Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora