Cap. 23: El Rostro De Tu Madre.

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Sirius seguía contemplando el techo de su habitación, lanzando otro de sus calcetines hacía el candelabro que tenía por lámpara, ya había más de doce colgados y planeaba batir un récord.

Se removió incómodo entre su ropa regada por toda la cama, debía tener un mejor ángulo de tiro entre todo aquel revoltijo. Se supone que tendría que estar haciendo sus maletas para irse de viaje a Hamburgo con sus padres, pero ni si quiera podía considerar armar bien su valija y seleccionar su ropa sin ponerse a pensar en sus amigos. Siendo más específico, en Remus.

James y él se quedaron angustiados de que haya sucedido algo grave con su abuelo y que no haya podido responderles, pero luego estuvo otro día entero completamente ausente y James comenzó a especular que podría haber enfermado de nuevo del estómago o tuvo otro inconveniente.

Sin embargo, pasó otro día en el que Remus simplemente seguía sin dar señales de vida y Sirius comenzó a sentirse más ansioso de lo normal. Su sexto sentido le avisaba que algo extraño ocurría, de esos que normalmente aparecen cuando su mamá llega enojada después de encontrar alguna de sus bromas. Pudo haber imaginado que se trataba de él y su sentido sobreprotector de no ser porque James y Peter estuvieron de acuerdo en estar preocupados. Y todo eso se sumaba justamente a que sus padres se les ocurría hacer un viaje en el que Sirius ni quería ir. No quería mover un pie de Londres hasta asegurarse que Moony se encontraba bien.

No funcionaba que James no dejara de insinuar que seguramente exageraban y simplemente se le cayó el celular al retrete cuando fue al baño, pero todos eran conscientes que ese tipo de accidentes le suceden a cualquiera como ellos y no a Remus. Solo era que entre más pasaban las horas, las excusas que los calmaban eran mucho menos persuasivas.

Cuando su calcetín quedó colgado en otro de los brazos del candelabro, sacó su celular y buscó el contacto de James. El de lentes no tardó ni un segundo en responder y Sirius lo puso en alta voz para tomar otro calcetín y comenzar a lanzar.

— ¿Llegaron?

— "Aún no. Llevan una hora fuera, Sirius, no deben tardar más tiempo en volver." — Respondió James a través del celular. — "Te dije que apenas lleguen te iba a llamar."

— Lo sé, es solo que estoy perdiendo tiempo para no empacar. — La puerta de su habitación se abrió y Sirius levantó un poco la cabeza para asegurarse que sea Regulus, una vez vio el ceño fruncido de su hermano la dejó caer de nuevo. — Estoy preocupado.

— "No estoy mejor que tú. ¿Tu hermano sabe algo? Remus igual hablaba con Snape."

— No, Potter. — Contestó Regulus en lugar de Sirius mientras se recostaba junto a su hermano, su cabeza al otro lado del celular. — Le pregunté a Severus justo cuando me dijeron que lo hiciera, él tampoco sabe nada. — Se escuchó un gruñido por parte de James y Sirius lo imitó.

— ¿Y si vamos a la casa de los Lupin? — Sugirió.

— "Si te digo que siento que pasa algo raro es porque es verdad, mis padres ni si quiera me dejan ir con ellos cuando van a ver a los Lupin."

— Solo han pasado tres días ¿No creen que exageran? — Regulus se levantó esperando a que le respondan, pero guardaron silencio para que continúe. — Remus quizás esta en una emergencia familiar o algo así. Yo dejo de hablar con Barty cuando me aburre.

-— Pero tu eres tú, a ti te fastidia la existencia de todo ser viviente. — Sirius rodó los ojos para ver a su hermano menor. — Remus siempre nos responde incluso para avisar que no lo hará más. Yo creo que se volvió a enfermar y es algo contagioso, por eso no quieren que vayas, James.

— "Estaría feliz si solo lo veo desde su ventana. Solo para quitarme la angustia de encima. Y si fuera así creo que tendría su celular en la mano."

Bajo la Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora