Cap. 19: El Otoño Me Destruye.

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El viernes por la noche caminaron hasta los jardines, iban tan tranquilos que para uno era difícil de creer que en realidad fueran estudiantes de la escuela de Hogwarts. No era por menos, en el internado había mucha seguridad, parte de las aclamaciones del colegio eran recibidas por tener un brillante sistema de seguridad bastante eficiente para tratarse de un castillo antiguo en el que las personas creían que podría derrumbarse. Los prefectos, maestros y el guardia eran bastante estrictos con vigilar, incluso el director era severo en ese aspecto. Era muy extraño que tan extraordinario sistema haya sido evadido limpiamente por un grupo de chicos de trece años que se hacían llamar "los merodeadores", que en ese momento iban saliendo y evadiendo las cámaras.

James siempre leía con facilidad el mapa que elaboraba Remus, por eso el de lentes siempre iba por delante, Remus se quedaba detrás de él para asegurarse que no se equivoque, mientras tanto Peter iba por detrás de Remus y Sirius se quedaba al final. Nadie nunca ha negado lo sobreprotectores que son Potter y Black con sus amigos, su lealtad de los cuatro es invaluable, es por eso que en todas sus salidas la forma de acomodarse era con James a la cabeza y Sirius cubriendo sus espaldas, Peter tendía a ser muy torpe, en el centro era muy difícil que el resto lo dejara serlo, y Remus tenía que ser el más cercano para asegurarse de ello.

Salieron sin dificultad a los jardines, una vez ahí, se alejaron lo suficiente de la escuela para llegar al bosque y caminar hasta el sauce viejo.

— Te lo digo yo ahora, Cornamenta, vamos por el camino correcto. — Informó Sirius desde un extremo mientras el mencionado y Remus se aseguraban de estar en el camino. En el bosque ya era un poco más difícil guiarse.

— Solo nos aseguramos, Canuto. Colagusano, deja de temblar o vas a atraer lobos. — Dijo James despreocupadamente mientras escuchaba el crujir de los zapatos de Peter por removerse a cada instante.

— Lo vas a asustar más. — Riñó Remus.

— Ese es el punto de decirle. — Dijo Sirius divertido.

— ¡Dejen de hablar como si fuera un niño de tres años!

Peter no estaba acostumbrado a esto, sus salidas por la noche eran seguras dentro de la escuela, pero cuando incluía integrarse en el lugar prohibido, era inevitable no tener miedo hasta los huesos. O al menos en el caso de Peter, porque Sirius y James amaban la adrenalina de sus salidas, por otro lado Remus siempre intentaba tener la mente fría en caso de emergencia, ya sea dentro o fuera del castillo.

— Vamos. — Indicó James.

Se abrieron paso entre ramas y murmullos, solo tenían sus teléfonos como linternas pero tampoco optaban por encenderlos todo el tiempo, si lo hacían podrían llamar la atención, así que solo recurrían a ellos cuando pensaban que se alejaban de más.

Por fin salieron por una vereda del bosque dando con el sauce viejo, sus grandes raíces sobresalían de la tierra, el tronco, aunque grueso y resistente, se veía cascareado, pero seguía siendo imponente para ellos. Remus estaba seguro que para alcanzar dicho tamaño debió ser plantado hace mucho, porque realmente era grande.

James los guió hasta las raíces, esquivando, y tropezando en algunas, dieron con un arbusto bastante espeso. James apartó con cuidado unas ramas y fue cuando los ojos de Remus se ampliaron; Una trampilla oculta entre la tierra. Ahora se veía perfectamente, pero seguro había permanecido enterrada por tierra y el arbusto. James miró a sus amigos con una amplia sonrisa cuando la trapilla crujió y fue abierta sin dificultad.

— Yo iré primero. — dijo James pero Sirius negó con la cabeza.

— Puede ser peligroso, déjame a mí. — James arqueó una ceja, Sirius se veía realmente determinado a cumplir esa tarea.

Bajo la Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora