Cap.53: Incertidumbre.

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Su papá termina por aceptar a Malfoy a regañadientes, ya no se opone tanto a que el novio de su hijo no ponga un pie en su casa, pero sigue mal mirándolo cuando se pega demasiado a Remus o lo sorprende rodeando su cintura en un gesto cariñoso. Lyall no hace otra cosa más que acostumbrarse al hecho de que su hijo comienza a traer a Lucius la mayoría de los días, y para su mala suerte, el resto de su familia está más que encantada con el muchacho. Pero no es el único que pasa ratos intentando separar a la pareja cuando la tiene cerca, resulta que las visitas se vuelven tan frecuentes que los merodeadores se han encontrado de cara con la sonrisa burlona del rubio.

James y Peter pasan la mitad del tiempo intentando que Lucius se avergüence, la otra mitad solo disfrutan de como el papá de Remus y Sirius forman una especie de alianza en contra de Malfoy. Ninguno de sus planes o comentarios funciona, los dos se cruzan de brazos cuando notan que Remus no desviará su atención y Malfoy no va a ceder a ninguna de las provocaciones. Lo curioso es que ambos desisten de molestarlos en el momento en que Remus se sonroja o sonría solo con verlo, James lo llama: "Asumir la derrota en una batalla sin sentido."

Todos los demás aceptan sin molestia la presencia de la pareja del otro, Remus es bienvenido cuando Malfoy lo invita a salir con sus amigos. Inesperadamente, Lily también está con ellos por invitación de Evan Parkinson y la chica está más que feliz con ver a Moony junto al rubio. Theodore Nott es el único que estuvo gimoteando por su soledad antes de que Evan y Lucius lo golpearan, el resto del rato se dedicó a enseñarle a los dos Gryffindor's los mangas que tenía en su mochila, enojando a sus mejores amigos por quitarles su atención y darles historias por leer y reír en la cena de aquel día.

Lucius cumple su promesa, se dedica a pasar los últimos días de verano junto a Remus. Es irónico, porque el resto de las horas que no pasan en su compañía del otro su mente no deja de procesar el inminente hecho de que se irá. En realidad no está asustado, es un alivio que su confianza siga tan firme como la primera vez que lo reflexionó y sabe que no es un adiós definitivo. Tiene la certeza de que esa misma motivación es la que Lucius carga con él, porque nunca le ha demostrado lo contrario al respecto.

Cuando el día de partida de Malfoy llega, una noche antes se queda tarde cenando con él en su casa. Ambos pasan largos minutos sentados en los escalones de la entrada, con las manos entrelazadas y las miradas en el cielo, como si estuvieran todavía en Hogwarts, en el campo de lacrosse.

No hay nada que decir, para mala suerte de ambos, expresar sus sentimientos no es algo a lo que estén completamente abiertos. Se llegan a conocer tan bien que no necesitan agobiarse con esas cosas, y a Remus le parece sencillamente perfecto, porque en realidad no sabría qué decir para él sin que su pecho se oprimiera.

Lucius se limita a levantar la mano de Remus y besar cada uno de los nudillos marcados con adoración, sin sus padres vigilando, se toma la libertad de acercarse a él y rozar de nuevo con las yemas de sus dedos el perfil de su rostro; las cicatrices, las ondas de cabello castaño que le caían en la frente y las pecas, casi ocultas, que descansaban en sus mejillas. Lucius lo besa con cariño y hace sonrojar a Remus hasta el cuello cuando deposita un cálido beso por debajo de su mandíbula, aprovechando para deslizar el collar de perlas, que escondía en su camisa, al exterior.

No lo puede acompañar al aeropuerto temprano por la mañana para no enfrentar a su familia, pero se despierta a tiempo para enviarle un mensaje antes de su partida. Remus se queda despierto por la mañana hasta que él le avisa que despegará pronto y tendrá que apagar el celular. Se queda dormido a los minutos de desearle un buen viaje, disimulando su tristeza con el cansancio de haber dormido hasta tarde.

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Su rutina en la escuela se vuelve taciturna, al menos las primeras semanas. Es curioso, sabe que su organización era parecida a los primeros años que tuvo en Hogwarts, pero claro que había muchas diferencias con ese niño enclenque y temeroso. Seguía siendo un enclenque, pero lo de ser temeroso quedó tan en el fondo de sí mismo que a veces cree que se ha borrado por completo.

Bajo la Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora