El espacio que tuvo para pensar adecuadamente en su situación fue muy corto; Era como tener los brazos y piernas sujetas por unas cuerdas, aquellas que llegaban a salir de un extremo profundo de su interior y trataban de quitarle la venda con suavidad para mostrarle, pero Remus no quería, y aunque el propósito de las cuerdas era mantenerlo a la fuerza, él seguía evitando que la venda de los ojos se cayera, porque le resultaba difícil contemplarla.
Pero últimamente era muy tedioso creer que en realidad veía todo con claridad; Había una voz que murmuraba siempre que veía los ojos grises, un radar conectado que terminaba por indicarle en dónde estaba, que aclamaba por atención y que por primera vez se sintió como si viera a través de un lienzo lleno de colores extraños.
Las señales eran claras, los sueños se encargaron de eso así como una vez se encargaron de que sea consciente de sus debilidades y vulnerabilidad. Si esto fuera una de sus novelas románticas, los protagonistas estarían tan exaltados por el sentimiento de desear con más fuerza esos colores que ellos se dejarían llevar por la belleza de admirar. Pero no era así para él, la voz estaba ahí, murmurando cosas que no escuchaba, y la venda no se cayó de sus ojos.
Eso no quería decir que fuera obstinado, no, absolutamente no.
Cada vez que lo pensaba todo su cuerpo se tensaba y encriptaba de una forma áspera. Podía pasar horas de su vida leyendo novelas, viendo películas o presenciando en la escuela como el acto de esos vividos colores traspasaban a las personas, y en cada una de ellas era incapaz de ver el sentimiento. De entenderlo.
Pasó los primeros años de su vida viendo que las emociones fuertes eran destructivas y horribles. Greyback solía llenarse de enojo con mucha facilidad y arañarlo constantemente para que respondiera, pero él pensaba que las emociones no controladas solo estaban destinadas a trastornar a las personas. Existían otras como la felicidad, embriagadora y alta, con mucha de ella podías dar un paso erróneo sin darte cuenta, y la realidad es que todos podían verlo como algo normal. Las risas estaban hechas para ser escuchadas, y la felicidad era el empuje para que el mundo se llenara de ellas.
¿Y dónde quedaba la atracción o el amor? Remus sabía que sentir atracción era un paso infructuoso, débil comparado al amor. Pero la misma atracción igual puede desencadenar la propia perdición si no se tenía cuidado. Greyback igual llegó a sentir atracción, una muy fuerte hacía los venenos de su vida que lo llevaron a tocar mucho más fondo.
Remus aprendió a comprender a las personas, pero no a los sentimientos, y seguiría viendo el reflejo constante del abuso de ellos en su pasado. Aun así, seguiría con una pena absoluta de ver como James y Regulus giran entorno así mismos sin dar pasos certeros, embriagados con el mismo sentimiento destructivo. Nadie iba a juzgar esos colores como lo más horrible del mundo, él tampoco lo haría para ser honestos. Y era aquello que lo tenía en una burbuja de suplicio en esos días antes de volver a casa, ¿Por qué si no estaba dispuesto a verlo como algo destructivo tampoco se permitía llenarse de esos? No, no era tonto. Jamás dejaría volver a sumirse en la frustración y desesperación que traía aceptar eso, porque eso significa igual lo que no quería ver; Encontraría los colores cálidos más preciosos del mundo, y en sus sombras y bordes estarían los escondidos.
Y no quiso que se diera cuenta, que nadie lo hiciera. Por cada sonrisa, Remus la devolvía sin titubear, esperando unos minutos para volver a contemplarlo en silencio, ya no buscaba falsas acciones, simplemente admiraba. No era un lienzo, ignoraba los colores, y solo se permitía llenarse de la esencia que acarreaba hacerlo, una no nombrada por él y negada por cada célula que su cuerpo se permitiera tener.
Fue más sencillo acabar los días de su cuarto año así, mucho más reconforte ignorar los sueños que al despertar lo dejaban tumbado unos minutos hasta que el hormigueo en su boca desapareciera, y una ducha helada para que escupiera el cosquilleo del estómago.
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Bajo la Luz de Luna
FanfictionRemus Lupin vivió parte de su infancia siendo maltratado por su papá, hasta que su mamá regresó por él para llevárselo a una nueva vida. Producto de las secuelas del maltrato, Remus comienza a detestar que las personas lo toquen, y vive constantemen...