Cap. 27: Tensión Entre Colmillos.

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Su corazón latía con tanta fuerza mientras que todo su cuerpo se sentía completamente extraño, como si en realidad no estuviera en él y todo su espíritu estuviera enfocado en guiar cada aliento, cada atención de cada átomo de su cuerpo a la pantalla. Remus arrugó con fuerza la tela del pantalón que traía puesto mientras su mamá rodeaba sus hombros con fuerza, una forma de reconfortar su terrible y silencioso pánico.

"Lo atraparon..." Murmuró una voz en su cabeza. 

En la pantalla seguían anunciando como Fenrir Greyback fue atrapado cerca de Still Halls, en el que había otro terreno con una casa abandonada, y lo peor de todo es que el cuerpo de Remus  tembló mucho más cuando anunciaron el trayecto que hicieron los oficiales para llegar hasta el territorio, que justamente quedaba a treinta minutos de su casa. Las autoridades no dejaban de decir que lo único que obtuvieron de Greyback es que estaba muy angustiado por regresar por su hijo, y al menos tuvieron la cortesía de no volver a mencionar a Remus y la decencia de ni si quiera decir que era el hijo biológico de este. 

La mujer que narraba el suceso empezó a comunicar que Greyback no solo sería juzgado por los cargos de secuestro y agresión física a un menor de edad, si no que por presunto asalto y herir a un civil. Las pruebas que tuvieron sobre la demanda del asalto estuvieron en el lugar donde se escondía, así que por más que el hombre dijera que no hizo nada cuando lo sacaron del auto de policía, las pruebas ya estaban ahí. Tampoco han informado nada del caso, solo ellos fueron llamados en la tarde para decirle a Lyall que tenía que ir a testificar al juicio junto con su madre para que fuera encerrado de nuevo. 

Su mamá apagó el televisor y Lyall no tuvo que leer entre líneas lo suficiente para darle un abrazo con fuerza a su mujer quién comenzó a exhalar de alivio. Remus recibió un fuerte abrazo de su mamá y una caricia de Lyall en su cabeza para seguir reconfortado el inmenso alivio que ambos, y en parte él, ya tenían. Cuando lo soltó se fue a su habitación, cerró la puerta en silencio, y sin saber porqué, se echó en su cama y dejo que su rostro se empañara en lágrimas silenciosas. 

Aun parecía irreal que por fin hayan dado con él y eso solo estremecía su corazón. Se quedó ahí encerrado hasta que fue de madrugada y todos se fueron a dormir. Remus estaba incluso inquieto por lo tan relajado que su cuerpo se encontraba, la constante e invisible tensión con la que tuvo que lidiar esos días era grande, lo curioso es que nunca se dio cuenta de aquello. Se secó las lágrimas del rostro frustrado y se levantó para ir al baño a lavarse la cara. 

El frío chorro de agua se deslizó por sus dedos y escurrió en su brazo empapando las muñecas de su suéter. El frío era reconfortante, si el agua salía fría en un verano caluroso era refrescante, si había frío en invierno significaba acurrucarte en algún lugar cálido, el frío congelaba y aliviaba el dolor. Por dentro sentía un inmenso frío cuando levantó el rostro mojado y por primera vez en días dio con su reflejo demacrado; las ojeras de las malas noches se iban desapareciendo gracias a las pastillas que tomaba para dormir, y aunque parte de su rostro tenía su clásico color carnoso, una línea blanca cruzaba en el mismo. Remus se cubrió esa parte del rostro con una mano, y su cuerpo se empapo de frialdad al ver que comenzaba a repugnar lo único impune que por mucho tiempo tuvo. 

Sollozó de nuevo y sus hombros temblaron por su respiración irregular. 

Lo habían atrapado ¿Pero a qué costo? El daño estaba hecho de nuevo. 

Antes de que el ataque fuera más prominente, abrió con tranquilidad su estuche de medicinas con las que debía tomar esa noche, para dormir, y se la llevó a la boca tragándosela a secas.  Así mismo, solo se cubrió con sus mantas y su respiración se volvió acompasada mientras sus ojos se cerraron lentamente. Por fin se sumió a la tranquilidad, solo mantenía el leve recordatorio de que un día la dosis y las pastillas se acabarían, cuando aquello ocurra, él enfrentará pesadillas de nuevo, así que iba a aprovechar y agradecer todas las noches de paz que pueda tener.

Bajo la Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora