Cap. 15: Chocolates y Flores.

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Remus se salvó del castigo, de la baja de puntos, incluso de que llamaran a sus papás reportando el incidente. Pero aún así se tuvo que quedar en la enfermería para que le revisen adecuadamente la boca; tenía un corte en el labio, tanto por dentro como por fuera que provocó con sus dientes. Afortunadamente no era profundo, la enfermera Pomfrey dijo que fue un golpe bastante fuerte como para que Remus se haya cortado la boca de esa manera, y sería una suerte que luego no le quedara un moretón, aunque el niño lo dudaba, con lo inflamado que traía el labio inferior pensaba que no tardaría en aparecer. 

Lo dejaron irse luego de tomar un analgésico para el dolor y una bolsa de hielo para presionar suavemente en su boca. Ni si quiera se molestó en esperar a sus amigos, ni dirigió la mirada a nadie más cuando le dejaron irse. Una vez supo que estaba absuelto de todo, salió sin decir palabra. Por más insistentes que fueron las miradas del resto, Remus no les hizo caso. Estaba lo suficientemente enfadado con ellos por todo el caos ocasionado, sobre todo con el imbécil de Malfoy.  

Cuando llegó a su sala común, las niñas y Frank corrieron para ver su estado. Remus los tranquilizó diciéndoles que no fue nada grave, la cantidad de sangre fue porque tuvo dos heridas en su labio. Lily no dejó de decirle que incluso Severus estaba preguntando por su estado, Remus le dijo que lo llamaría luego para asegurarle que todo estaba bien, ya había visto los mensajes del niño por su celular. Frank, aprovechando en tenerlo de regreso, le dijo que Malfoy era un idiota por comenzar la pelea, Marlene se quejó porque fue claro que Sirius y James son los que reaccionaron con golpes, y viendo que iban a comenzar a discutir, Remus se despidió para irse a su habitación, todo el ajetreo lo dejó cansado y moría por un baño. Así que dejó a sus compañeros discutiendo, solo Lily y Dorcas se apresuraron a acompañarlo para ver si necesitaba algo, y Remus terminó por sentirse peor de que creyeran que estaba invalido por tener un golpe en la boca. 

Salió del baño con un cambio de ropa cómoda, no pensaba ni si quiera ir a cenar, al menos no con el labio hinchado. Fue entonces cuando Peter entró en la habitación y lo observó con cautela mientras se acercaba. 

— ¿Cómo estas? — Dijo nervioso, aún lucía despeinado después de que le jalaron el cabello. 

— No estoy grave, Peter. Estabas ahí cuando madame Pomfrey lo dijo. — Hizo una mueca deslizándose en su cama. Peter se sentó a su lado. 

— Pero es que se ve muy... bueno, se está poniendo morado. Ni si quiera los golpes de Sirius o James están así. 

— Técnicamente fue un golpe doble, Sirius aumentó la fuerza, creo que por eso se ve tan mal. — Se encogió de hombros mientras sacaba sus cuadernos, tenía que ponerse al corriente con sus tareas, ya había perdido horas de la tarde por la dichosa pelea, y comenzaba a rebatir la idea de ir a comer porque si tenía hambre. 

— ¿Quieres que te vaya a buscar unos emparedados al comedor? — Remus le sonrió a Peter y asintió con la cabeza, el rostro de su amigo se iluminó en la tarea de verse útil en apoyo a Remus. Peter se arregló lo mejor que pudo el cabello y se dirigió a la puerta, pero se detuvo dándose de nuevo la vuelta hacía Remus. — Sirius y James están realmente arrepentidos. 

— Tienen que estarlo. — Contestó a secas Remus. Peter volvió a ponerse nervioso y se apresuró a salir de la habitación. 

Por algo Remus odiaba que sus amigos se pongan de esta manera; en la escuela primaria era muy común que Sirius y James se metieran en problemas con niños mayores, la pelea con Malfoy no es de las primeras que suceden en la vida de esos dos. Pero luego de conocer el historial de Remus con los golpes, estas no volvieron a darse por un tiempo. En realidad, le pedían permiso a Remus para atacar de esa manera, justo como lo que pasó hoy, por eso se comenzaron a refugiar más en ser bromistas que reaccionar a peleas. Aprendieron a evadirlas de una forma u otra, pero estaba seguro que las ganas de golpear a Malfoy solo se combinaron por las ganas que traían de golpear al Ravenclaw viendo que los dos lo empujaron a propósito. Remus ni si quiera tenía palabras para justificar la forma en que reaccionaron, esta no se las podía dejar pasar tan limpiamente, así que cuando ellos llegaron a la habitación luciendo miserables y arrepentidos, Remus ni si quiera les dirigió la palabra. 

Bajo la Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora