Se acurrucó en la bañera, apoyando la nuca en la orilla de las baldosas que le erizaron la piel por lo frías que se sentían junto al agua tibia y aromática.
Ese año había sido seleccionado como prefecto, junto con Lily, y tenía algunas tareas extra como hacer rondas por los pasillos vigilando que no hubiera nadie fuera de su cama, bajando puntos a los que cometieran alguna infracción y teniendo cierto privilegio con usar el baño de prefectos. Quizás las únicas ventajas gloriosas que él podría garantizar de eso era el mismo baño; Amplio y cómodo, con frascos llenos de fragancias y sales de baño que ayudaban a la piel, además de la gran bañera con agua caliente, igual tenían duchas y casilleros para colocar sus cosas.
Los merodeadores usaron todo eso a su favor, Remus lo vio venir cuando le dieron la noticia el primer día de clase, y es que lo que los cuatro disfrutaban más que nunca era tener la oportunidad de usar el dichoso baño cuando quisieran. El castaño se vio encargado de determinar el horario fijo en el que el baño no estaba siendo usado por ningún otro compañero prefecto para que los cuatro pudieran entrar, y sobre todo, para que al final Remus igual usara.
Era divertido estar ahí con sus amigos, pero Remus disfrutaba de un buen baño a solas sin nadie alrededor, e igual porque eso le permitía estar en la bañera sin usar ropa y enjuagarse como era debido. Seguía incomodándole un poco que los demás vieran sus marcas, incluso si sus amigos estaban enterados de ellas, Remus se sentía vulnerable. Las que tenía en su rostro eran suficientes para que el resto de los alumnos creyera que son sus únicas cicatrices de Greyback. Era una ventaja que sus amigos realmente comprendieran esa parte y se limitaran a darle su espacio sin decir ni una sola palabra.
Levantó su mano juntando el dedo índice con el pulgar y luego soplar con suavidad en el centro para que una burbuja se formara y se levantase. Había unas que se formaban y salían de la bañera por si solas, pero seguía siendo agradable crear algunas para luego estallarlas con las puntas de lo dedos, con eso Remus tenía una excusa para mirar el techo y contemplar como estas caían, igual que los copos de nieve que comenzaron adornar la escuela.
Además, cada vez que sentía el cuello frío se volvía a sumergir en el agua hasta que estuviera caliente. Repitió esa acción por lo menos la hora entera que permaneció en el lugar hasta que el agua se volvió lo suficientemente fría para sacarlo. Se envolvió con su bata de baño y se arrodilló junto a la bañera para presionar el botón que permitía desaguarla.
Algunas burbujas seguían flotando en el aire cuando se estaba colocando la ropa, y fue un alivio tener los pantalones puestos cuando escuchó la puerta abrirse. Se terminó de colocar la camisa con el suéter y se giró justo a tiempo para ver a Evan Parkinson entrar riendo junto a Theodore Nott. Ambos se detuvieron al verlo.
— Oh... ¿Terminaste de usarlo? — Preguntó nervioso Parkinson. Remus sabía que ambos, así como sus amigos, no tenían permiso de entrar al baño.
— Ya me iba — Dijo con una sonrisa que hizo a Nott suspirar de alivio por no recibir un castigo —. Tranquilos, no es como si fuera una gran noticia que este baño no solo sea usado por los prefectos — Theo asintió con la cabeza dándole la razón, pero Evan seguía luciendo igual de nervioso que antes.
Escuchó risas y reconoció a los otros chicos que se asomaron detrás de ellos, y sobre todo porque uno de ellos iba sujeto de la mano con una chica que no sería difícil de reconocer a kilómetros; Rodulphus y Rabastan Lestrange, dos mellizos dueños de la industria Lestrange de armas, y Bellatrix Black. Había rumores de que Rodulphus y Bellatrix estaban saliendo, eso los hacía mucho más terribles, porque si había algo que Remus tenía en cuenta es que luego de que Lucius dejara de ser un bully para otros chicos, Rodulphus ocupó el puesto y lo hacía de maravilla junto a la mayor de los Black.
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Bajo la Luz de Luna
FanfictionRemus Lupin vivió parte de su infancia siendo maltratado por su papá, hasta que su mamá regresó por él para llevárselo a una nueva vida. Producto de las secuelas del maltrato, Remus comienza a detestar que las personas lo toquen, y vive constantemen...