Cuando sus papás llegaron, su mamá fue directo a abrazarle y acariciar su cabello, Lyall guardó distancia y sonrió aliviado de verlo bien, o al menos por fuera, porque el interior de Remus se seguía retorciendo de solo pensar en la persona que andaba libre. Esa era una parte que no tenían que saber sus papás, aunque lo más seguro era que ya lo sabían.
Lyall se fue a hablar con McGonagall y con el director Dumbledore para que le expliquen lo que ocurrió. Su mamá se quedó con él y le aseguraba que Hope se encontraba al cuidado de sus abuelos en su casa.
— ¡No quiero que se acerque! — Dijo Remus desesperado, su mamá asintió con la cabeza comprendiendo a lo que se refería.
— No lo hará, cachorro. El accidente fue del otro lado de Londres, lejos de casa, y la policía lo está buscando en cada rincón. Todos están en guardia para atraparlo. — Le aseguró ella con tono tranquilo.
— No quiero regresar a clases de baile... — Murmuró.
— Cachorro. — Llamó su mamá en advertencia.
— No, no quiero salir a la calle sabiendo que él esta por ahí.
— ¡Remus! — El castaño saltó cuando su mamá levantó la voz. — No puedes volver a encerrarte ¿o es que acaso quieres regresar dónde estabas antes? Cariño, sé que es difícil, pero has estado mejorando, y si intentas retroceder provocaras lo que él siempre te ha causado. No le des esa oportunidad cuando ya no la tiene.
Remus asintió con la cabeza sin estar convencido. Su mamá podía decir aquello tan fácilmente con una expresión en blanco que solo le hacía creer que ni si quiera ella estaba del todo convencida por sus palabras. Claro que no debía estarlo, estaba tan asustada como él y quería ocultarlo, pretender que todo estaría bien hasta que fuera de esa manera.
Suspiró y guardó silencio, ya no quería tratar el tema y estaba agradecido con las personas que entraron para sustituir el silencio por los sonidos de las suelas de zapatos contra el piso.
Creyendo que se trataba de Lyall, su mamá abrió la cortina de su cama. La mujer se cruzó de brazos y sonrió al ver a James, Sirius, Peter y una chica pelirroja frente a ella.
— Buenas tardes, Sra. Lupin. Veníamos a ver a Remus. — Dijo la chica.
— Eso depende ¿La enfermera les dejó pasar? — La niña se giró con los ojos entrecerrados a los otros tres.
— ¿Pueden pasar? — Preguntó Remus reconociendo la voz de Lily, su mamá suspiró y se hizo a un lado. Sirius corrió a su lado mientras Lily se dirigía al otro y sacaba de su mochila una caja roja.
— ¡Nos asustaste, Moony! — Regañó Sirius.
— ¿Por qué saliste corriendo? — Preguntó James con más calma, pero antes de que Remus dijera algo, Lily habló:
— ¡Déjenlo, dijimos que nada de preguntas! Mira, Remus, te dejaron esto en la sala común. — Informó la chica entregándole una caja roja.
— Gracias.
Cuando lo abrió soltó una carcajada por ver la cantidad excesiva de dulces y barras de chocolates. Removiendo un poco los dulces, dio con otro regalo oculto. Metió las manos y del fondo de la caja sacó un libro.
Su mamá se iba acercando con curiosidad al ver una edición especial de "La vuelta al mundo en ochenta días" de Julio Verne, en el que las hojas estaban en dorado y la pasta dura mostraba letras en relieve con varios detalles brillantes.
— Se lució esta vez. — Murmuró Sirius con una sonrisa al ver el pequeño brillo que tuvieron los ojos de Remus.
El castaño deslizó una mano por la pasta y la abrió con delicadeza solo para sonreír de lado al ver que la niña misteriosa decidió escribirle:
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Bajo la Luz de Luna
FanfictionRemus Lupin vivió parte de su infancia siendo maltratado por su papá, hasta que su mamá regresó por él para llevárselo a una nueva vida. Producto de las secuelas del maltrato, Remus comienza a detestar que las personas lo toquen, y vive constantemen...