Cap. 9: Dulce amargo.

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Mientras más pasaba el tiempo, Remus se acostumbraba mucho más a la rutina que ya se había planteado las primeras semanas. Lo único que a veces lucía diferente en toda esa rutina era el tiempo que pasaba corriendo detrás de sus tres amigos idiotas que parecía que no se cansaban de ir de un lugar a otro para meterse en problemas. A este punto, Remus se preguntaba todo el tiempo cómo era posible que los maestros no se hayan dado cuenta que los cuatro, porque tenía que incluirse ya que tan indiferente no lo era y entraba como cómplice, revoltosos que apenas se distinguían como sombras en la noche por las cámaras eran niños de primer año pertenecientes a la casa de Gryffindor. 

Sin embargo, ahora se sentía mucho más relajado por ser Halloween, todos estaban a flor de piel porque la escuela realizaba una fiesta para que se diviertan, así que prácticamente tenían todo un día libre, y tan a público sus amigos solo se limitaban a molestar a los que no les caían bien, es decir, la mitad de Slytherin.

Lo dejó todo en manos de la profesora McGonagall y él se quedó alejado del castillo leyendo, debajo de un árbol cercano al lago, su celular no dejaba de vibrar con fotos de Sirius, de vez en cuando le echaba un vistazo para asegurarse que realmente sea Sirius en el grupo, ahora renombrado, Merodeadores que seguía mandando fotos de Peter tirado en el suelo por alguna prueba fallida de alguna de sus bromas. 

Apagó el teléfono y se dio cuenta que Lily se acercaba a él junto a Severus, les dio una pequeña sonrisa que solo la pelirroja correspondió con alegría, Snape hizo una mueca mientras tomaban lugar junto a él. Hablaban en susurros mientras él seguía leyendo con ahínco su libro. 

— ¿Por qué no estas con James y Sirius? — Preguntó Lily con curiosidad, Snape fingió no verse interesado. Remus levantó el rostro de su libro. 

— Salieron de la sala común corriendo, se me perdieron de vista y decidí venir a leer aquí. — Se encogió de hombros restándole importancia. Lily suspiró como comprendiendo que Remus quería pasar un tiempo a solas a pesar de que no lo mencionó directamente. Snape entrecerró los ojos y su mueca de desagrado aumentó. 

— ¿Por qué te juntas con ellos si son tan... tan... tontos? — Preguntó sin contenerse, Lily le dio un codazo pero Remus no se lo tomó a mal, de hecho meditó la pregunta y sonrió. 

— Son tontos, no lo niego, pero son mis amigos, y en realidad no los cambiaría por nada del mundo. Pero igual si los conoces no son tan tontos como aparentan... — Severus lo miró sin comprender muy bien, al igual que Lily, tenían una perspectiva diferente respecto a los merodeadores que no podían cambiar aun. 

— ¿Para ti no son idiotas?

— Severus. — Cortó Lily en advertencia. Remus río y empezó a asentir con la cabeza cuando su celular comenzó a vibrar como loco. 

Levantó el teléfono, eran audios de James y Sirius, tanto por privado como por el grupo. Abrió el del grupo y le dio reproducir al primer audio que encontró aunque no sea por el que debía empezar. 

— "REMUS, NO BAJA, LLEVA COLGADO ASÍ DIEZ MINUTOS, AYUDAAA" — Gritó su amigo por el audio. 

Frunció el ceño ignorando los rostros confundidos y curiosos de los que lo acompañaban. James no dejaba de enviarle fotos y entró a su chat con él solo para dar un pequeño grito de horror; Peter estaba colgado de cabeza con una cuerda atada a sus piernas, pero estaba elevado muy alto, a un lado se veía el cuerpo de Sirius sujetando una cuerda mientras ponía fuerza tirando por el lado contrario. 

— Idiotas. Tengo que irme, nos vemos Lily, hasta luego Snape. — Remus se levantó rápidamente y salió corriendo con dirección al castillo mientras le enviaba un audio a James diciendo que iba enseguida. 

Bajo la Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora