35. Mamá Wang

1.4K 141 33
                                    

Se levantó como resorte de la cama y se vistió con una rapidez increíble. Ayudó a Yibo a hacer lo mismo y en menos de dos minutos ya tenían la ropa puesta y muy mal acomodada. Hasta que Xiao Zhan recordó algo. Habían dejado ropa tirada en el baño y su toalla en pleno pasillo.

—¡El baño! —exclamó Yibo, acordándose también.

Xiao Zhan corrió y sacó lo que dejaron ahí, volvió al cuarto y recogió todo lo posible, cambió las sábanas y se deshizo de la evidencia.

Mientras Xiao Zhan se encargaba de todo eso, Yibo usó sus muletas para ir al baño y tratar de arreglarse un poco. Se veía tan desvelado y tan... feliz.

Intentó concentrarse en lo importante y empezó a asearse todo lo posible. Su novio se le unió, parado detrás de él para verse al espejo, pero cuando lo hizo...

—¡Wang Yibo!

—Lo sé, lo siento, lo sé.

Desesperado, se miró todas las marcas en el cuello. Eran demasiado notorias.

—Usa cuello de tortuga, te prestaré uno.

—No hace tanto frío.

—Es eso o que mi madre los vea.

Refunfuñando, aceptó.

—Debería quedarme así, para que ella vea y te de vergüenza.

Yibo rio antes de responder con completo descaro:

—Te daría más pena a ti que a mí.

Y tenía toda la razón.

En menos de cinco minutos desde que despertaron, ya se encontraban más o menos decentes, listos para abrir la puerta, como si no fuera bastante extraño que los dos juntos fuesen a hacer aquello.

El nerviosismo era evidente.

Cuando abrieron, una hermosa mujer apareció ante ellos.

—Mamá —su corazón se sintió lleno de calidez con el simple hecho de verla.

—¡Mi niño! —lo abrazó con mucha fuerza, Yibo era bastante más alto, haciendo la escena en verdad adorable—. ¿Por qué tardaron tanto en abrir? —se quejó—. ¿Qué tanto hacían?

—Bu-bueno, vi tus llamadas y mensajes, la verdad era que estábamos dormidos y... nos arreglamos un poco, no quería recibirte así.

La señora lo miró fijamente unos momentos, tratando de hallar la verdad detrás de ello, pero desistió y se rindió ante la felicidad de tener a su hijo una vez más entre sus brazos, más de un año llevaba sin verlo, eso era más de lo que podía soportar.

Yibo correspondió el abrazo, logrando que las muletas terminaran en el suelo haciendo un escándalo al caer.

Xiao Zhan se apresuró a recogerlas y extendérselas. Fue ahí cuando la señora lo miró directamente durante unos segundos, su mirada era tan pesada como la que Yibo le dirigía a todo mundo. Para él segundos le parecieron una eternidad. Ella estudiaba su rostro sin limitaciones, mirándolo por primera vez en persona. Xiao Zhan no sabía cómo reaccionar, así que se quedó tan rígido como una piedra, sudando frío.

—Mamá, él es... —silenció al ver que tomó a su novio entre sus brazos, con un cariño que no le profesaba a nadie más que a su familia.

—Xiao Zhan, es un placer conocerte al fin —le dijo en medio del abrazo. Él se quedó petrificado, pero correspondió con un poco de torpeza—. Gracias por cuidar de mi hijo durante todo este tiempo —no se refería solo a esos días, ella sabía mucho más de lo que aparentaba.

NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora