44. Niña Perdida

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Descansaban en su cómoda cama luego de una excelente sesión de masajes y sexo después del trabajo. Sin embargo, Zhu Zan Jin notó que su pareja estaba algo distraído mirando el reloj.

—¿En qué piensas, Liu?

—¿Qué hora es en Estados Unidos?

Zhu Zan Jin alzó una ceja.

—No tengo idea. ¿Por qué?

El otro sonrió y negó con la cabeza.

—Estás pensando en ellos. ¿Verdad?

Liu Haikuan asintió.

—He querido mandarle un mensaje a Yibo para preguntarle cómo van las cosas.

Zhu Zan Jin se enterneció al recordar cómo Wang Yibo recurrió a su pareja para pedirle consejos muy íntimos. No pudo evitar verse en él cuando aún no tenía relaciones con Liu Haikuan. La diferencia fue que ellos dos tuvieron que descubrir todo por sí solos, no hubo ni una sola persona que pudiera darles algún consejo.

Quizás fue por esa razón que Liu Haikuan se tomó muy en serio su papel de "Mentor", tanto así que tuvo una larga video-llamada con Wang Yibo. Zhu Zan Jin recordó cómo el pobre de su amigo suplicaba a Haikuan que se callara y que no fuera tan explícito.

Había sido un momento digno de grabar.

—Yo le mandé un mensaje ayer —dijo Zhu Zan Jin.

—¡¿Qué?! —se exaltó—. Él no sabe que te conté.

—Pues ya lo sabe —rio—. No se molestó. Imagino que al momento de pedirte consejos debió suponer que yo terminaría enterándome.

—Quizás. ¿Y qué le dijiste? ¿Qué te respondió?

—Le pregunté si... —rio—...si la serpiente ya había entrado a la bota.

Liu Haikuan se llevó ambas manos a la cara.

—¿En serio le preguntaste así? —sintió demasiada pena ajena.

—Claro que sí —se echó a reír.

—¡¿Y qué te dijo?!

—Me dejó en visto por varias horas antes de responderme con un simple pulgar arriba.

—Que poca delicadeza tuviste.

—Solo fui directo.

—Espero que les esté yendo bien —suspiró, mirando hacia el techo.

Zhu Zan Jin lo miró y compartió el mismo sentimiento. Admiraba cómo su pareja se preocupaba y le tenía tanto cariño a esos dos a pesar de que no se veían tan seguido como quisieran.

—Todo va a ir bien, ya no te preocupes. Si tú y yo lo logramos sin ayuda de nadie, estoy seguro de que a ellos les estará yendo de maravilla justo ahora.

No estaba nada equivocado.

>>><<<

Se recuperaba de un fuerte orgasmo, recostado sobre el pecho de Wang Yibo y percibiendo el alocado ritmo de su corazón, sus latidos eran tan potentes que Xiao Zhan podía sentir que su cabeza recostada sobre ese pecho se movía al ritmo de sus pulsaciones.

Yibo deslizó sus manos por toda la columna vertebral de Xiao Zhan. La cabaña estaba en un silencio tal, que incluso el ruido de esa ligera fricción fue totalmente perceptible. Cada vez que Yibo subía y bajaba lentamente sus manos por esa espalda, podía escuchar el roce de sus pieles. Asimismo sus respiraciones eran completamente notables.

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