36. Bienvenido

1.6K 137 34
                                        

Al separarse de nuevo, volvieron cada uno a sus rutinas, sintiendo la necesidad de estar juntos de nuevo desde el momento en que se separaron. Ya no podían seguir así y Yibo decidió tomar cartas en el asunto. Sabía que su amado no se podía mover de Beijing por causa de su trabajo, pero en cambio él... vivía en Shanghái, pero tenía que volar constantemente a Beijing por cuestiones de trabajo. Eso era ilógico, sin mencionar que el amor de su vida residía ahí también.

Entonces no lo pensó más: se mudaría a Beijing.

Su madre fue la primera en saberlo y en apoyarlo completamente. A partir de ese día comenzó a indagar en bienes raíces, buscó opciones que estuvieran en un radio de no más de un kilómetro de distancia del departamento de Xiao Zhan. No le importaba qué fuera, podría ser casa, departamento, loft, lo que fuese mientras estuviese cerca.

Pocos días después de comenzar su búsqueda, recibió un mensaje de su querido manager, le había dicho sobre su decisión de mudarse y él estuvo más feliz que nadie, pues vivía originalmente en Beijing, así no tendría que viajar tanto.

—No sé por qué no tomaste esta decisión desde antes —le dijo por videollamada.

—Yo tampoco —rio.

—Mira, te acabo de mandar una opción a tu correo, ahí encontrarás toda la información necesaria.

—Espera... ¿Solo una opción? ¿No había más?

—Sí, había más. Pero te aseguro que es la mejor. Hay un cuarto perfecto para tus LEGOS, dos para visitas y la recámara principal es bastante espaciosa como para dos personas. Los pisos son perfectos para que viva también un gato ahí.

—No tengo gato.

—Pero Xiao Zhan sí.

Las mejillas de Yibo se sonrojaron tiernamente.

—También le gustará a él.

—¿Es una casa o departamento?

—Abre el correo y léelo, sé que te gustará. Y si es así avísame lo antes posible, pues ya muchos están interesados en ella. Es un sector muy privado y bastante solicitado, si no eliges este, no encontrarás otra opción en años.

—Bien, bien. Gracias, adiós —colgó la llamada y abrió con prisa el correo. Vio las imágenes y especificaciones de la casa.

No era una casa nueva, pero estaba en perfectas condiciones, era lo suficientemente amplia para que vivieran dos personas a sus anchas, era de dos pisos, con mucha iluminación, un pequeño jardín trasero y una linda fachada. Tenía una pinta bastante hogareña y muy estilo de los suburbios estadounidenses. Era una linda casita de película.

Era perfecta.

Sin siquiera ir a verla, llamó a Wen Pei y le dijo con mucha seguridad:

—Cómprala.

—Sabía que te gustaría. Ya fui a asegurarme de que las fotos no mintieran. Se ve incluso mejor que en las imágenes, te lo aseguro.

Con una gran sonrisa que Wen Pei no pudo ver, Yibo le agradeció.

Ahora solo tenía que decirle a su novio que viviría a dos cuadras de su casa. ¿Cómo lo tomaría? Quizás solo lograría incrementar las sospechas de Xiao Zhan de que era un acosador experto.

No le importó. Esa misma noche buscó a su amado para darle la gran noticia.

Hicieron videollamada mientras cenaban. Hablaron primero sobre su día de trabajo, Xiao Zhan le dijo algo que lo sorprendió un poco.

—Tengo que empezar a ir al gimnasio de nuevo.

—¿Por qué? —frunció el ceño—. ¿Te están exigiendo que vayas? —estaba preocupado por la posibilidad de que su agencia también le exigiera eso.

NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora